Besties Perfectas

23

BRITANY

Juro que en este momento estoy en modo trágame tierra, recuerdo la época en varias personas me acompañaban a la hora de hacer compras, muchas cargaban las bolsas y paquetes sin siquiera quejarse o decir algo, en cambio, yo estoy que no puedo conmigo misma, llevo dos horas de arriba para abajo y ya siento que las zapatillas no me aguantan ni un minuto más.

—Avanza Deluxe, que aún quedan varias tiendas que visitar, esto recién ha empezado— Mientras ingresa de la mano de su novio, nunca podría sentir envida de Reynolds, pero en este momento por algún motivo anhelo algo similar, se nota a kilómetros que ese hombre se derrite como chocolate al solo por ella, que le vio solo él sabrá, bueno él y las decenas de personas que se le acercan a pedir autógrafos sin ningún tipo de consideración conmigo una me empujo y agradezco que Justin me ayudara a levantarme porque ella solo se preocupó porque nada se hubiera roto, por momentos, me pongo a pensar si yo me portaba igual, lo dudo, yo tenía clase, yo tenía el porte de una mujer de mundo, en cambio, ella solo finge ser quien no es, ahora se cree empresaria porque va a abrir un negocio, pero ella tiene cero experiencia, ese barco se va a hundir antes de zapar y solo así se dará cuenta de que mi trato es la mejor opción.

—Espero que la sepas entender, lo que le hiciste en el pasado no es fácil de perdonar, exactamente no sé qué fue eso que hace que ella se porte así contigo, porque con el resto es un pan de Dios. Por eso la adoro, hablaré con ella luego para que no te trate de esa forma.

—Supongo que gracias —. Aunque no parezcan, esas palabras saliendo de mi boca solo con mis padres, especialmente con mi madre, a quien le debo tanto, así como también este dolor que nunca se irá de mí al haberla perdido.

Hasta que por fin ella se da cuenta de que se necesita un respiro, nos terminamos sentados en una de las mesas del centro comercial, por un instante como un flash back de aquella época.

—Mirad a la gordita esta, creo que esto le va a dar algo de color a tu vida. — Sin esperar un segundo, le esparcí el jugo de fresas que estaba a punto de beber.

—¿Por qué me odias tanto? — Sin abrir los ojos, supongo que la vergüenza era demasiado y lo que yo le dije fue como la cereza del pastel.

—No te odio, cariño, solo te enseño que hay niveles y la gente como tú debería estar recluida en un sótano con vergüenza de asomar su cara al público, aunque mejor sería que vayas a un circo tú y toda tu humanidad

—Algún día todo esto se te regresará, Britany, tanto daño nunca queda impune.

Supongo que ese día había llegado, hoy Britany Deluxe no es más que una esclava para Jennifer Reynolds, ni en mis peores pesadillas podría haber imagino algo como esto, yo que estoy acostumbrada a comer en lugares tan diferentes a este, veo niños correr, madres tras ellos, otros niños llorar pidiendo los brazos, algunos hombres mirando sus teléfonos o leyendo el diario. Es como si la vida siguiera su ritmo mientras la mía se detuvo para luego hundirme en un pozo profundo, uno donde la salida se siente tan lejana, donde no me halló, no sé cómo voy a hacer para resurgir, como volver a ser la misma luego de esto, me estoy perdiendo a mí misma en este lugar, volver a estas calles me hacen dar cuenta lo miserable que me siento, yo que creía que tenía el mundo a mis pies, termine siendo tragada por ese mundo que me demostró que nada es seguro, la vida, el dinero y estatus social, nada es seguro, tal vez después de todo si existe eso a que le dicen KARMA.

—¿Puedes pedir de una vez? El camarero no va a esperar una eternidad. — No me di cuenta en qué momento, ese muchacho se había acercado, me brindó una sonrisa. Yo solo regresé mi mirada al menú, entre tantos carbohidratos tuve que escoger lo que menos grasa tenía.

—El número cinco, pero sin papas fritas y soda, por favor — Todos me quedan mirando como si me hubiera vuelto loca.

—Mujer este no es un restaurante gourmet donde puedes pedir de acuerdo a tu gusto, tráela las papas y la soda que de esas me encargo yo y mi novio — Cuando dijo eso algo de rubor apareció en sus mejillas, pero después de todo tiene razón, este tipo de vida que llevo ahora no puedo escoger, simplemente tengo que tomar lo que ella me da, a veces cuando pasan estas cosas tengo ganas de llorar, como si un nudo se formara en mi garganta, la vergüenza, la desdicha, de haberlo perdido todo y no quedarme con opciones.

No dije nada, solo guardé silencio y no le repliqué nada, como lo hago últimamente. ¿Quién diría? Que la nunca paraba de dar órdenes a diestra y siniestra, hoy tendría que agachar la cabeza ante la mujer, la cual humillé por mucho tiempo. Tengo que admitirlo, eso hice.

El camarero trae la comida y junto con ella un papel pequeño con su número de teléfono, hasta Justin ríe ante eso, el muchacho es mucho más joven que yo y no tiene reparos en intentar ligar con una cliente que falta de respeto, en un instante iba a romper ese papel y así ponerle en su lugar, pero luego lo pienso y tengo el temor que alguien me ponga en mi lugar a mí y guardo el papel en mi bolsillo derecho sin decir nada.



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En el texto hay: secretos, amor

Editado: 28.09.2024

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