Besties Perfectas

30

JENNIFER

Siento esas malditas mariposas de las que tanto hablaban todos, lo quiero gritar, estoy enamorada como una maldita colegiala, no importa la mirada del mundo a mi alrededor, mientras camino de la mano con Justin y comemos un helado.

—¿Eres feliz Jennifer? —Sus palabras hacen que mi corazón de un sobre salto lleno de emoción, estoy más que feliz, tengo al chico perfecto a mi lado tomándome la mano, la tienda porque he luchado contra viento y marea está a muy poco de inaugurarse y mi hermano bueno él poco a poco está entendiendo que me merezco la oportunidad de que alguien me ame y me cuide tal como él lo hace, eso si antes le hizo una aclaración sobre tres puntos.

—A mi hermana la respetas, nada de estar hasta altas horas de la noche en la calle como si fuera una hija del vecino y no la hermana mayor de tu jefe y mejor amigo, segundo quiero que la visites en casa y en escasas ocasiones tengas citas a solas— Yo no puedo evitar reírme sobre esa última regla.

—Owen, te das cuenta de que soy mayor y no soy la virgen María— Hasta Britany quiere reír por mi comentario. Mientras Justin arruga el entrecejo, tal vez no debí decir eso de la virgen María.

—No me interesa y no quiero saber al respecto, solo quiero que él te respete como te mereces. Por más que seas la mayor, eso no quita que quiera protegerte o cuidarte, así sea el mi mejor amigo y sé qué clase de hombre es.

Nunca debí dudar acerca de contarle lo que estaba pasando. Él sabe que Justin es uno en un millón, por eso debe estar respirando tranquila, además de que lo va a tener más vigilado.

—Preciosa, te estoy preguntando: ¿Si eres feliz? — Por andar pensando en mi hermano, olvido la pregunta de mi novio: ¡qué raro suena eso! “MI NOVIO”

—¿Tú qué crees? — Mientras, sin importar que mis labios tienen helado, le doy un beso y pongo mis brazos sobre sus hombros y hago mi beso más profundo. No puedo negar que ese hombre hace que quiera hacer muchas cosas con él, pero aún es pronto para algo como eso. Cuando dejó sus labios, tenía los ojos cerrados, creo que lo sorprendí, aunque igual una hermosa sonrisa se dibuja en sus labios.

—Eso me pareció un sí, pero prefiero confirmarlo — Y ahora era el quién me tomaba de la cintura me pegaba a su cuerpo y me devoraba la boca con desespero hasta que sentimos un carraspeo a nuestro alrededor, nos tenemos que separar a regañadientes y veo a una muchachita de menos de dieciocho años, con los brazos cruzados dando de golpes en el sueño con su pie derecho.

—Por esta gorda déjate de amar a Priscila, qué decepción de ti hermano — Yo no puedo evitar sentirme dolida con sus palabras, ella parecer ser Patty la hermana menor de Justin, no me conoce y ya me detesta, ya él me lo había dicho que ellas se encariñaron mucho con su ex que al final resultó ser una mujer sin corazón que lo dejo por buscar fama y fortuna lejos de aquí.

—Discúlpate en este momento Patricia, mis papás no te criaron de esta manera además respeta a mi novia Jennifer — Está molesto, creo que lo entiendo se supone que él es casi como un padre para ella, puesto que el suyo murió hace unos años y aun así se porta de esa manera, imagino que con sus otras dos hermanas será un caso similar.

—Pues no lo haré, eso nunca, tú deberías estar con Pri y no con esta vaca —Justin no lo soporta más y yo me muero de vergüenza las personas que transitan por la plaza la están oyendo y no sé dónde miércoles esconderme, cuando veo que él la tomó del brazo y antes me dice disculpa de manera muy baja que casi tengo leerle los labios. Parece que ella no se quiere ir, porque patalea como si fuera una nena de diez años mientras él la casi arrastra del lugar.

Salgo rápido de ahí y regreso a la tienda había aprovechado la hora del almuerzo para salir a dar una vuelta, pero hubiera sido mejor si no salía, al final solo sirvió para saber que ellas no me quieren ni me querrán nunca y duele porque sé cuan importantes son ellas para él, me da miedo ¿Si nunca llego a caerles bien?

—Creo que la parte trasera quedo bien después de todo— Es Britany que después de haberme defendido en la sala enfrentando a mi hermano por mí y dándome inconscientemente el empujón que necesitaba para revelar mi relación, luego de ese día sorprendentemente no es como si hubiera dado un vuelco como el día a la noche, pero si se nota que ha habido un cambio adicional que ha hecho unos platillos para chuparse los dedos, a veces quiero decirle que debería intentar en ese rubro, pero no somos tan cercanas aún y no sé si algún día lo seremos.

—Hoy por la tarde traen el nombre de la tienda para el interior y si puedes vuelve a limpiar los vidrios delanteros donde estas las fotografías de las modelos — Cuando decidí que trabajaría para mí, pensé mil cosas para humillarla y hacerla sentir miserable como me sentía yo en el pasado, pero hoy no puedo, es como si en la última semana hubiéramos pasado tantas cosas que me es imposible querer hacerla sentir mal.

—Eso es muy bueno, ya que solo faltan dos días para la inauguración. ¿Has pensado algo especial para ese día? — Bueno, la verdad, pensándolo bien, no lo había pensado. He repartido volantes y lo han anunciado en la radio, eso último gracias a mi hermano y sus influencias policiales.



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En el texto hay: secretos, amor

Editado: 28.09.2024

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