[beyblade] Ártico | Yuriy Ivanov |

Capítulo 3: El ataque de Unicolyon


 


 

|| Francia ||
 


 

En una elegante cafetería de Paris Oliver y Aria se encontraban tomando un café mientras hablaban sobre aquellos chicos que se hacían llamar los Bladebreakres.
 


 

— Asi que son los campeones asiaticos y estadounidenses — comenta el peliverde
 


 

— Son chicos muy interesantes —bebe de su taza — en especial Kai.
 


 

— El que llegó contigo?
 


La ojiazul asiente, en verdad consideraba al bicolor como el más fuerte del equipo, tenía buen control y gran agilidad, ambos eran factores muy importantes en batalla, esto había logrado llamar su atención.

— Johnny se enfadará por tu interés en Kai. — bromea Oliver
 


 

— Él se enfada por todo 
 


 

— Sobre todo cuando se trata de tu atención — dijo de manera pícara provocando un leve rubor en los pómulos de la ojiazul que no pudo evitar mirar hacia otro lado.
 


 

— No juegues, Oliver
 


 

El peliverde sonríe de lado, para él era evidente el interés amoroso que tenía su temperamental amigo sobre la ojiazul, pero le costaba reconocerlo. 
 


 

— No era broma — susurra el francés
 


 

— Dijiste algo? — preguntó la ojiazul
 


 

— No es nada — sonríe — Quieres ir al museo? — dijo cambiando de tema, no le correspondía hablar sobre lo que sentía el escocés.
 


 


 


 


En una tienda de Beyblade, el rubio de los Bladebreakers se encontraba observando una revista de deportes dónde salía Oliver en la portada, al tomarla observa la fotografía de  ojiazul en una revista de Opera.


 

—  Quiénes son? — pregunta con sorpresa
 


 

— Yo le puedo responder, joven — comenta un vendedor — Él es Oliver, es el hijo de un millonario Francés, es un beyluchador campeón muy famoso aquí en Francia.
 


 

El rubio estaba impresionado, no podía creer que aquel joven que encontraron en la Torre Eiffel fuera un Beyluchador profesional.
 


 

— Y ella? — señala la fotografía de la ojiazul, la cual llevaba puesto un elegnte vestido negro y tenía suelto su cabello.
 


 

— Ella es Aria Tornatore, es La Sirena de Europa, se le conoce de esa forma por su voz. 
 


 

Ahora todo era claro para el rubio, al ser extranjeros no habían reconocido a la ojiazul pero los demás sí, por eso llevaba consigo los lentes y boina.
 


 


 


 

|Museo de Louvre|
 

 

Dos jóvenes se encontraban observando las pinturas en completa calma, al menos hasta que una conocida voz llama su atención.
 

— Los encontré!

— Tyson? — pregunta con sorpresa la ojiazul — Cómo lograste entrar?

— Vaya eres tú — sonríe de lado el peliverde —  estás viendo los lugares más importantes de todo París?

 

Al fijar su vista en ambos, el azabache le recrimina a Oliver por dejarlos fuera del museo, esto tomó por sorpresa ambos chicos que no consideraban estar haciendo nada malo, sim embargo, el japones parecia enojado por lo que el peliverde lo detiene alzando su mano con autosuficiencia para presentarse adecuadamente y tener una charla más calmada.
 

— Por qué alquilaste toda la galería para ustedes solos? — preguntó un enojado Tyson — Mi amigo Kenny tenía muchas ganas de venir.

— Vengó aquí a contemplar las obras de los grandes artistas — responde el francés

— Y tienes que hacerlo solo? — acusó

— Claro que sí — respondió entrecerrando los ojos, en verdad podía ser muy caprichoso sin darse cuenta, pero la directa sinceridad de Tyson sobre su actitud egoísta lo hace meditar — ...No creí que estaba haciendo infelices a tantas personas.
 

Tras pensarlo, Oliver se pone de pie, esto sorprende a la ojiazul que lo observaba con curiosidad, sin duda Oliver no era de los que cancelaban su día de arte en el Louvre, más no pudo evitar aceptar su mano cuando se la extendió para ayudarla a ponerse de pie y acompañarlo.
 

— Oigan dónde creen que van?! — exclama Tyson

— A mi restaurante — respondió con simpleza el francés — aceptarías almorzar con nosotros?
 

La invitación de Oliver toma por sorpresa a la ojiazul pero sonríe de lado al escuchar la afirmativa del japonés, había algo en ese grupo de chicos que le agradaba, aún no entendia qué era pero estar cerca de ellos le daba una agradable sensación.


 


 


 


 


 

 

Al salir, el curador del Louvre detiene al azabache pero Oliver hace que lo suelten aduciendo que el japonés es un buen amigo suyo, esto sorprende a Kenny pues había pasado menos de 5 minutos, por lo que Tyson intenta relajarlo diciendo que el francés se disculpó y que lo invitó a almorzar a su restaurante.
 

— Naturalmente tú también estás invitado — comenta el peliverde antes de marcharse con Tyson y Aria, los cuales dejaban atrás a un muy agobiado castaño.

— Lo único que quería era ver la Monalisa —  lamenta Kenny


 


 

| Callejones |
 


En una zona dominada por Bladers callejeros, un bicolor se enconrraba frente a un beyestadio, había derrotado a todos los beyluchadores presentes, ninguno era digno rival de su Dranzer.
 

— Ahora, dime todo lo que sabes de estos beyluchadores — espeta de forma amenzante — Oliver Polanski y...Aria Tornatore.

 




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