CAPITULO SEIS

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Ninguno de los dos personajes que me acompañan en el carro dicen una palabra. Comienzo a desesperarme. Hace unos minutos que vamos en la calle, no rápido, pero conduciendo un poco deprisa. ¿A dónde iremos? Esa es la pregunta que me estoy haciendo desde hace un buen rato. No es como si les tuviera miedo. Hace unos días que ya Kade ha despertado sentimientos en mí. Cosas que pensé no sentiría. Se y comprendo que apenas empiezo a vivir. Me siento en ocasiones como si tuviera 40 años ya, y mi juventud se me hubiera escapado como una pluma se va de las alas de las palomas. En ocasiones de forma dolorosa y otras ni cuentas se dan. Me han sucedido cosas que me hacen reconsiderar la parte de la confianza masculina, aunque al parecer me queda un poquito en lo más recóndito de mi corazón.

Cuando conocí a Kade, sentí que algo se removía en mí, solo que no fue reciproco. No lo fue hasta ahora, hace unos días cuando casi nos besamos. Me hablo con tanta perfidia e insolencia que lo único que hizo fue catapultarse en mi mente y corazón como el estúpido es que y siempre será. Para mí fue de esos amores de adolescentes que todos tenemos y a medida que nos pasan los años pensamos, ¿qué le vi? El único problema es que tengo muy claro que le vi.

Ahora presumo que debe rondar los treinta, no sabría decirlo con exactitud, sus gestos últimamente se denotaban más cansados y de no haber sido por los cinco años que tengo sin ver a Thomas, diría que él también lo aparenta.

Se dejó crecer la barba, no muy exagerada pero si perdularia. Su camisa es azul pálido y tiene unos Jeans desgastados, casi tanto como sus ojos. El pelo no diría enmarañado pero se ve que no tiene tiempo para cuidarlo o talvez no le interesa hacerlo... ¿Será una crisis de los casi treinta?  Hace unos días él no estaba en esa condición. Estaba cansado, se le notaba pero no así.

Si a mí me dio para ver seres extraordinarios y paranormales, es justo que al menos el pelo de estos dos esté desarrapado.

 
La noche en que conocí a Kade y decidí tener una relación con Graham la recuerdo con apatía dolorosa. No tuve sexo con él esa misma noche, pero fue el principio del fin. Solo fue una pequeña ventana abierta para que se creyera amo y señor de mi virginidad y posteriormente mi vida.

—Te está mirando. - Joan me dice. Ella siempre está atenta al que ve y al que no. Esperando que la bola ruede y ella la atrape y desgarre. Solo puedo reírme. Me enlazo el pelo con las manos a un lado del cuello. Es mi manía, me giro y comienzo a bailar en la pista.

Amo la música y más aún el bum bum de Wisin y yandel. Puedo olvidar los estirados que son mis padres y simplemente ser. Disfrutar por un momento de la verdadera edad que tengo. 

Cierro los ojos y me dejo llevar.

Al terminar la canción me acerco donde están Thomas y los demás chicos: Albert, Abraham, Colin, Stward. Son mis vecinos desde toda la vida. Aunque mi mejor amigo fuese Thomas, con todos me llevo bien. 

—¿Te acuerdas cuando dijiste que incendiarias tu casa Jenice? -me pregunto Thomas. Lo cual provocó en mí una risa automática.

—¿Cómo no hacerlo si fue hace tan poco tiempo? ¿El alcohol ya está haciendo efecto en ti grandote? -me siento también con ellos.  Todos nos reímos de lo borracho que estábamos. No sé cuántas sangrías me había tomado. Esta noche era para celebrar mis recién cumplidos dieciocho años.

—Que espectáculo das. - una voz me susurro al oído. No supe quién era, aunque Joan, me estaba haciendo señales Como tráfico. Así que lo entendí. 

Era el. 

El chico que tenía largo rato mirándome.  En esos momento sonaba "Algo me gusta de ti" de Wisin y yandel con T-Pain. 

Con ella yo convino, tomando vino 
Pido a lo que ha tenido 
Su cuerpo asesino multi platino 
Fiera crúzate en mi camino 
Quieres pasión prendemos el rhino 
Tú eres la mami de mi destino 
Cuando se mueve maquino maquino maquino

Su olor me envolvió y me giré para encararlo. 

Lo primero que vi fue sus ojos.

Que ojos. 

Un azul oscuro, como el mar cuando cae la noche. Sabes que es azul pero solo la luna te ayuda a verlo. 

—¿Y tú quién eres para decirlo? No sabía que mi padre había rejuvenecido y estaba aquí. - le dije. No podía dejar que me humille frente a mis amigos por más buenon que estuviera.

—¿Qué dirían tus padres si te vieran bailando tan descaradamente? La hija mayor dando espectáculos de gratis. Al menos cobra algo para que no caigas tan bajo.

Eso sí que no lo esperaba. 

Él jugó sucio. Sucísimo. Está en verdad hecha de puro veneno macizo y sexi.

¿Sexi?

Que mierda.

El me ofendió sin conocerme. Me siento por completo humillada. Lo que más me lastima es que lo hizo Sin conocerme. Intento por todo los meDios ser educada y afable. Nunca maltrato a nadie a no ser que lo merezca.

Necesito salir de aquí. Quise irme. Lo desee con todas las ganas.