XXVIII

Alinet.

Todo es blanco

¿Estoy muerta?.

Escucho voces a mi alrededor, pero todo es tan confuso, se escuchan como si estuvieran muy lejos, poco a poco todo comienza a aclararse.

—Gracias—esa voz.....

¿AARON?.

Mi padre, una pistola, yo atada. Estoy en peligro, me va a matar. Me Muevo y suelto un grito, unas manos me sostienen.

—Shhh, shhh, calma, estas bien soy yo, mírame soy yo—mueve mi cara y entonces lo veo. Aaron, un extraño sentimiento de seguridad se instala en mi pecho.

Estoy bien, él me salvo.

—Tranquila, estas bien, todo está bien—lo abrazo y comenzó a llorar.

—A-aron.

—No llores chica de el batido de fresa sin mucha azúcar, si tú lloras, yo lloro.

—T-tengo miedo, mucho miedo—el se aleja un poco, lo suficiente para poder verme a los ojos.

—Te prometo que no te van a volver a hacer daño—besa mi frente—te lo prometo.

Un ruido hace que salte y comience a llorar, cierro los ojos.

¿Es él?

—No te preocupes, es la puerta ves—abro los ojos poco a poco, su tono de voz es muy dulce, me hace sentir bien—Ella es la señora Maria, ella me ayudo a entrar ala casa—asiento.

—S-si te recuerdo tu trabajabas en mi casa—la señora asiente.

—Si, me da mucho gusto que estés bien Alin.

—Así me decía mi madre.

—Yo cuide a tu madre cuando era pequeña.

—Tengo que avisarle al doctor ahora vengo—intenta separarse pero lo detengo.

—No te vayas por favor—se lo ruego, me da miedo estar sola, o sin él a mi lado.

—Alinet tengo que......

—Yo voy, no te preocupes—sale de la habitación y yo miro a Aaron, sus ojos parecen cansado.

—¿Te puedo hacer una pregunta?.

—Claro—me sonríe.

—¿Cómo quedó la marca?—ambos sabemos que me refiero a la F.

—Alinet....

—Necesito saber.... Por favor.

—Quedara la cicatriz, pero...

—Voy a estará marcada por él para siempre.