Capítulo 1: Herel.

Me llamo Alberto, y hoy es el gran día: ¡mi primer día en Herel, la escuela de magia! Pero, claro, no llego en un tren mugriento como los demás mortales; no, señor, yo me aparezco en una limusina negra que brilla más que un hechizo de lujo. Si vas a entrar al mundo de la magia, hazlo en estilo, ¿no?

Aunque parezca que la tengo fácil con la fortuna que me dejaron mis padres, la historia es un poco... peculiar. Mis papás murieron en un "accidente" tan absurdo que ni los hechizos prohibidos lo superarían: Murieron en un accidente de auto. Pero ojo, no fue cualquier accidente de auto, no señor. Fue una explosión con llamas verdes. ¿Qué clase de fuego es ese? El tipo que no deja ni cenizas, pero sí muchas preguntas incómodas en los cumpleaños familiares. Se dice que la temperatura de esas llamas mágicas es tan alta que podría hacer sudar a un dragón en el Polo Norte.

¿Creen que eso es raro? Prepárense. Resulta que estuve tres años en "coma". No fue el típico "me caí y no desperté". No, mi historia involucra una moneda dorada muy sospechosa. La encontré en unas vacaciones, y el niño ingenuo que era yo pensó: “¡Ay, mira, una monedita!”. La toqué, y zas, se derritió en mi mano. Caí redondo, como tronco. En la Tierra, parecía que estaba dormido, pero en realidad, mi conciencia estaba ocupada en otro mundo, donde pasé tres años aprendiendo magia y, spoiler: tratando de sobrevivir. Para volver a casa, tenía que morir allá, algo que no sabía. Y sí, morí y de qué forma, fallando a aquellos amigos de aquel otro mundo, por eso ahora solo quiero estar a solas y empezar desde cero. Pero venme aquí, y todos creen que solo estuve en coma. ¡Ay, la suerte de tener una historia tan creíble!

Al despertar, mis padres ya no estaban y mi única familia era mi hermana Evelyn. Me recibió en el hospital con un abrazo como si no fuera a soltarme nunca más. Ya no era la niña que recordaba; había pasado de ser mi hermanita a alguien que no reconocerías con sus rizos largos y esa mirada de "lo sé todo", con su piel morena igual que la mía. Claro, ella también tiene novio ahora. El tipo tiene el súperpoder mágico de irritarme hasta el infinito.

Desde lejos, se puede ver la escuela Herel en el centro de la ciudad, una imponente construcción con forma de castillo rodeada por un lago circular. Este lago crea un anillo perfecto alrededor de la escuela mágica, atravesado por siete puentes, cada uno con un propósito específico. El puente más concurrido es el que conecta con el metro público, mientras que yo cruzo por el puente reservado para vehículos privados. Cada puente tiene una función particular, aportando un orden único al entorno mágico de la escuela. La estructura arquitectónica de Herel es magnífica e impresionante, destacando entre los edificios de la ciudad como un símbolo de grandeza y misterio.

Y aquí ya estoy, caminando hacia las puertas de Herel, listo para retomar mi vida en esta escuela de la magia. Pero, oye, después de haber sobrevivido tres años en un mundo paralelo, ¿qué tan difícil puede ser esta escuela de magos?