Black Ghost

Capítulo 3: Visita.

El salón de bienvenida es, cómo decirlo… un mar de estudiantes en modo estatua, todos en fila, con cara de "¿quién me metió en esto?" y cero emoción. Me integro a la masa, como buen borrego, y pronto el director empieza un discurso tan largo que siento que podría empezar a crecerme la barba. Habla de cómo Herel es la cuna de la magia, el templo del conocimiento, bla bla bla… o sea, tan inspirador como leer los ingredientes de una sopa instantánea. Hora y media después, siento que voy a necesitar una poción de resurrección si esto sigue.

Mi gran plan en esta academia de "alta magia" es meterme en dos casas, en la Casa de Tecnología y, con suerte, inventar algún aparato que me libre de torturas como esta y también entrar a la casa de mago tipo invocador y hechizo, sin que nadie sepa que ya yo sé magia pasando por desapercibido. Pero no, la pesadilla apenas comienza. Al director le sigue el desfile de mejores alumnos y maestros, cada uno más motivado que el anterior para extender mi agonía por tres horas completas. Por fin, llega el momento que esperábamos: nos mandan a hacer fila (sí, otra vez) para recoger los horarios y las llaves del dormitorio.

Llega mi turno y, después de dar mi nombre, la secretaria me entrega un folder con mis papeles y la llave de mi cuarto. Camino hacia el dormitorio, pensando en la gran inversión de la herencia de mis padres hicieron para que yo no tenga que compartir cuarto: una habitación privada, con cocina, y una tele tan grande que hace ver las clases de pociones en HD. ¿Merezco menos? ¡Claro que no!

Lanzo el folder sobre la cama, dispuesto a disfrutar de un rato de paz, cuando… ¡Ding dong! ¿Pero en serio? ¿Ya alguien viene a molestarme? Abro la puerta y, para mi desgracia, ahí están: Dery, el novio obsesivo de mi hermana, y Yolanda, la chica más popular de Herel. Hija del director, sonrisa brillante, cabellos largos de color rosa chicle y, al parecer, cero respeto por mi espacio personal.

Dery me lanza esa sonrisa amable que me pone los pelos de punta, como si invadir mi cuarto fuera el mayor acto de generosidad.

—¿Van a entrar o quieren algo rápido? —les suelto, dándoles entrada y rogando al universo que sea una visita express.

Los dejo pasar con un solo objetivo: descubrir qué quieren y sacarlos de aquí lo más pronto posible. Pero con Dery… eso sería como pedirle al viento que deje de soplar. Así que aquí vamos.



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En el texto hay: fatasia, cienciaficion, amordehermanos

Editado: 18.07.2025

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