¡Ah, la academia de Herel! Ya llevo aquí tres meses y dos semanas, ¿pero quién está contando, verdad? Aparte de yo, que cada día en este lugar parece una combinación de aventura, comedia involuntaria y algún que otro hechizo lanzado en direcciones sospechosas.
Evelyn: Empecemos con Evelyn. Ella… bueno, aparece en mi habitación de noche como un ninja de medio tiempo, solo que en vez de estrellas ninja, lo que lanza son visitas casuales. Así, sin avisar, ¡plop! Ahí está. ¿Por qué lo hace? Porque puede, supongo. Viene dos o tres veces a la semana, dependiendo de su agenda mágica. La verdad, nunca sé cuándo va a aparecer, así que siempre tengo una lista de chistes preparados para romper el hielo… pero ella solo me echa una mirada de “ni lo intentes, campeón.”
Cada vez que viene a cenar, se convierte en una especie de "combo emocional con sabor a celos." Es como si estuviera diciendo: “Aquí estoy para ti… y más te vale que no hayas hablado con ninguna otra chica.” En esos momentos, juro que se transforma en una mezcla entre terapeuta y detective privado, porque cada vez que menciono el nombre de Haru, pone cara de: “Bueno, ella sí pasa el filtro… por ahora.”
No sé qué intrincados cálculos hace en su cabeza, pero estoy seguro de que hay toda una red de conspiración en la que solo ella tiene acceso restringido. A veces, honestamente, me siento como su perrito bien portado al que revisa cada dos por tres, no sea que se me ocurra escapar o hacer alguna travesura.
Y después de todo eso, me deja en un limbo de incertidumbre absoluta, pensando: “¿Será que la próxima vez que aparezca intentará algo aún más raro?” Así, señoras y señores, termina otra noche "normal"... si es que esto califica como algo normal, claro está.
Haru: Ah, Haru. Mi primera amiga aquí, ¡y vaya que es una pieza única! Imagínense un rayo de sol hiperactivo colándose por la ventana en un día más gris que la sopa de la cafetería. Esa es Haru. Mientras Evelyn se nos aparece por la noche, como un fantasma bien educado y probablemente un poco británico, Haru es la chispa de alegría que llega como un estornudo de color en medio de tanta seriedad.
¿Sus especialidades? Reírse de todo y sacarse de la manga historias tan disparatadas que bien podrían ser capítulos perdidos de un libro de magia para principiantes muy torpes. Nos burlamos de todo: desde la comida que parece creada por algún mago enojado, hasta los profesores que probablemente piensan que somos un caso perdido. Y, claro, también nos reímos de los “accidentitos mágicos” que surgen de vez en cuando… incidentes que tienen al equipo de limpieza ya con la escoba en mano y suspirando.
Con Haru confío a ciegas. Si ella fuera un hechizo, sería uno de esos que hace explotar fuegos artificiales en el cielo, con música y todo. ¡Esa es mi Haru!
Dery: ¡Ah, Dery! El tipo sigue en su odisea personal, empeñado en recuperar el corazón de mi hermana. Digo, hasta donde yo sé, el pobre tiene el mismo chance de encontrarlo que un gato de cazar una bola de luz de linterna, porque, honestamente, su "plan" está en algún lugar entre la puerta de la casa y el horizonte. Se nota que no se da por vencido. Él cree que es un héroe trágico de esos que luchan incansablemente por amor… pero ya estamos todos en la parte donde el "héroe" hace cosas tan absurdas que ni en una telenovela de medianoche se verían. Cada movimiento suyo es un misterio cósmico; nadie entiende qué está haciendo o por qué. ¡Le falta nada más ponerse una capa y gritar “¡Por amor!” a los cuatro vientos!
¿Y dónde está cada vez que tengo un examen, o, no sé, algo importante? Pues ahí, pegado a mí como el chicle debajo de un zapato. ¡Es como si estuviera entrenando para ser mi sombra personal! ¡Ni un dragón ni un ejército de trolls lograría despegarlo de mi lado! Y, claro, él sigue con el cuento de que "somos amigos". ¡Claro, amigos! Y yo soy el rey de las hadas mágicas, con corona de brillantina y todo. Seguro, Dery, tú sigue, que así nadie sospecha nada.
Ahora, si supiera que el motivo de su desamor soy yo, que yo soy quien ha estado estratégicamente empujando a mi hermana a alejarse de él de forma involuntaria… Ay, se convertiría en un mago oscuro de los que te lanzan maldiciones en latín antiguo o algo así, dispuesto a buscar venganza. Pero aquí está lo divertido: me hago el inocente, el bueno, el amigo ideal. ¡Nada de que sospechar! Para Dery, soy tan angelical que el mismo Cupido me da me gusta en redes sociales.
Yolanda: Aquí empieza el misterio, porque cuando la veo por los pasillos, me saluda como quien saluda a un mueble. ¡Ni caso! Como si no me conociera de nada. Es de esos saludos que uno ni sabe si fue un saludo o solo una ráfaga de viento. ¿Y siempre está con esos dos estudiantes que la siguen como sombras? A veces pienso que está probando qué tan rápido pueden tropezar detrás de ella. Pero ahí está, caminando como si nada. Aunque, siendo honesto, me queda un vacío inexplicable cuando no se acerca. Vamos, ¿quién entiende a este corazón?
Pero bueno, dejémonos de líos sentimentales porque hoy es el día del examen final. Hoy toca mi examen de Tecnología y mi examen de mago, porque, ¿quién no quiere ser el siguiente Merlín digital?, ya que intentaré entrar a dos casas al mismo tiempo.
Llego al coliseo. Bueno, al coliseo "pequeño" – porque el grande está reservado para las ligas mayores y yo aún soy "invitado al club de magia", aparentemente. Dos maestros están ahí, sentados y revisando sus listas de participantes. Les entrego mi tique de turno, y mientras tanto, miro alrededor por si alguien conocido ha venido a hacerme barra. Spoiler: nadie que yo espere está aquí. Mi hermana ni en pintura, pero, sorpresa, ahí está Dery, mirándome como quien mira una pelea épica entre una cabra y un hechicero… o algo así. La pregunta de siempre es: ¿por qué sigue aquí si ya no está con mi hermana? Tal vez su amabilidad es un hechizo secreto. ¡Quién sabe!