Black Ghost

Capítulo 36: Confrontamientos.

Al entrar a mi dormitorio, me tiré en la cama como si hubiera corrido un maratón de cinco pasos y me puse a pensar en Maicol. ¡Qué tipo tan amable! Parece que en su ADN le implantaron un chip de buen chico.

De repente, mi teléfono sonó. Era mi querida hermana Evelyn. Solo Dios sabe qué querrá esta vez, pero seguro ya se le pasó el berrinche.

—¡Hola, Alberto! ¿Adivina qué? Dery, su hermana Devora y yo vamos para allá a celebrar su victoria contra Raysa. Como a Dery no le da la gana salir, tu genio de hermana tuvo la brillante idea de hacer la fiesta en tu casa, y a ellos les pareció perfecto. —¡Qué novedad! Mi hermana organizando fiestas a domicilio sin consultarme. Aun así, lo tomé como una buena oportunidad para reconciliarnos, porque después de Evelyn, solo me queda Yolanda en la lista de pendientes.

—Me parece estupendo. ¡Qué bueno que Dery ganó! Es un magazo. ¿Quieres que prepare algo especial para cuando lleguen, Evelyn? —Por alguna extraña razón, sentí felicidad de escuchar a mi hermana hablarme con la calma de quien no tiene aviones maquiavélicos... o eso espero.

—No, no te preocupes. Llevamos un bizcochito y un par de botellas de refresco. Será algo tranquilo. — ¿Bizcocho y refresco? Esto empieza a parecer una reunión de primaria, pero mejor no quejarme. Mi hermana sonaba calmada, como si ya hubiera borrado de su memoria el incidente con Haru. A propósito, tengo que buscar a esa niña cuando tenga tiempo... o voluntad.

—Perfecto, no tengo clases. Aquí los espero. —Mientras tanto, haré un listado mental de todas las cosas pendientes: reconciliarme con Evelyn, descubrir qué tipo de magia usa mi hermana para ser tan poderosa en Herel, y quizás averiguar qué tan bien sabe bailar Devora.

—¡Gracias, hermanito! Por eso te adoro.

Eso sí que no me lo esperaba. Sentí un calorcito en la cara que ni siquiera el verano había logrado.

—Yo también te adoro, Evelyn. Nos vemos al rato.

Colgué con una sonrisa boba. Va a ser refrescante celebrar con Dery; se lo merece. Es un buen chico... y su hermana, bueno, está de infarto. Si pudiéramos combinar el cuerpo de Devora con la personalidad pervertida de Evelyn, tendríamos una bomba nuclear de caos y sensualidad.

¡Hora de bañarme y ponerme presentable! No quiero que los demás piensen que la jungla me ha criado justo antes de que lleguen. Tras una ducha digna de un comercial de jabón (sí, con poses incluidas), media hora después, suena la puerta y ahí están los tres: Dery, Devora y Evelyn. Dery, como si fuera Santa Claus, trae un bizcocho y una funda con refrescos. La fiesta está por empezar.

Entraron saludándome tan cordiales que por poco me pongo a llorar de la emoción. ¡Qué bonito es tener amigos que te traen comida! Nos sentamos en el comedor, y empieza el chismerío de calidad premium.

— ¿Sabían que Maicol ya está en la Capital 12? —suelta Devora, como quien no quiere la cosa—. Evelyn, ¿no te emociona volver a enfrentarte a él? Porque seguro organizan un encuentro entre ustedes dos.
Maicol. Maldito Maicol. Más guapo que yo, carismático, y con ese cabello perfecto. Después de que lo ven a él, yo parezco un meme mal editado. ¿Qué ve Yolanda en mí?

Evelyn, con esa sonrisa de “soy perfecta”, responde:
—¡Claro, Devora! Maicol es un gran amigo y, honestamente, su despedida de aquí fue como un trago amargo. Me inspiró mucho para ser mejor maga cuando estaba en Herel, pero ya volvió.
¿Inspirada? ¡Por favor! Hasta mi hermana le tiene respeto a ese modelo de catálogo. Lo odio.

Dery mete cuchara, porque obviamente nadie pidió su opinión:
—Pues yo ya lo vi en la sala de entrenamiento. Aunque, la verdad, no entiendo qué pasó entre él y Yolanda. Pensé que eran la pareja ideal.
Ah, Dery, si supieras… Yo tampoco tengo idea, pero seguro Berek anduvo correteándolo con un palo. Es el tipo de cosas que pasan en la Capital 12.

Evelyn decide rematar:
—No es por presumir, pero yo soy la mejor amiga de Yolanda, así que ella y su madre me confiaron el secreto. ¡Y no solo eso! Maicol vino rogándome que le dijera a Yolanda que está arrepentido. El pobre no va a descansar hasta demostrarle que es el único hombre que la ama de verdad.
Y ahí estaba yo, tragando saliva como si fuera un trago de veneno. Ya tengo que pensar en cómo convencer a Berek de que lo saque a patadas de la Capital 12, nuevamente.

—¡Esa Yolanda sí que tiene suerte! —suelta Dery como quien lanza una bomba—. Aunque no es de presumir para una chica, hay que admitir que tener a Maicol a sus pies no es poca cosa. ¿Quién no querría un tipo tan guapo?
¡Dios mío, mi autoestima! ¿Cómo puedo competir con el Ken humano? Pero no me rendiré. Debo decirle a Yolanda lo que siento antes de que sea demasiado tarde.

—Pues fíjense —agrega Evelyn, con aires de reina del drama—, Yolanda me dijo que se enamoró de otro chico. Ya no le interesa Maicol más allá de ser su amiga. Y me pidió que le transmitiera eso a él.
¡Tómala, Maicol! Porque ese chico soy yo. Se me borró la cara de funeral y me volvió el tipo más feliz del universo.

—Y ¿quién es ese chico? —pregunta Dery, porque obviamente quiere más chisme.
¡No, hermana! Tú no puedes saber la verdad. Si te enteras, se lo contarás a Berek, y entre los dos arruinarán todo.

—No me ha dicho nada —responde Evelyn, con una actuación digna de un Oscar—. A lo mejor solo es una excusa para no ver a Maicol.

Y así, entre risas, teorías e indirectas, pasó el día. Eso sí, todo apunta a que Maicol ha vuelto a intentar reconquistar a Yolanda, y aunque lo entiendo (ella es un monumento de belleza), también sé que esta vez no dejaré que él me gane.

Al final, después de muchas horas de charla, Dery y Devora se despidieron, dejándome a solas con Evelyn. Es hora de planear mi próximo movimiento… ¡que la batalla por Yolanda comienza!

—¡Al fin solos! —Evelyn suspira como si este fuera el momento cúspide de su existencia, como si acabará de ganar un Oscar al mejor monólogo dramático.
—Gran cosa —respondo, levantando una ceja—. Como si no hubiéramos estado solos antes. —Evelyn sonríe, y no una sonrisa cualquiera: esta es del tipo “tengo-un-plan-maligno-y-lo-sabes”. Empiezo a sudar un poco.



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Editado: 18.07.2025

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