Capítulo 45: Mariposas Amarillas.

—¿Te crees muy listo, pedazo de genio barato? —gruñó mientras agitaba las manos dramáticamente—. ¡Con estas mariposas solares que comen luz como si fuera brunch en domingo y luego disparan rayos que derriten carne más rápido que un asador en oferta, te convertiré en un hermoso montoncito de cenizas, digno de una aspiradora de lujo!

Las siete mariposas amarillas, brillando como luces LED en un festival barato, revolotean a su alrededor. De repente, comienzan a disparar rayos de luz rapidísimos, como si estuvieran jugando a ser pistolas láser en un parque de diversiones. Pero ojo, no todas disparan a la vez; no, señor. Parece que tienen un sistema de turnos, tipo "tú disparas, yo descanso", como si fueran empleados ejemplares de una oficina celestial. Una dispara primero, luego otra, mientras las demás recargan sus baterías solares en este despliegue de eficiencia y caos brillante.

Me tiro hacia atrás, hacia adelante, salto, me agachó, realizó todos tipos de maniobras para esquivar esos rayos mortales que en el piso dejan un hueco profundo al no darme esos rayos solares.

Pero no puedo estar así por siempre solo defendiéndome, así que realizo mi hechizo, sacando mi espejo morado, para absorber esos rayos mortales de luz, como hice con la serpiente de manchas rojas de David.

Ahora intento devolver el ataque absorbido y le conecto, ¡qué bien! Todos los rayos solares atravesaron su cuerpo, considero que con eso terminé, ahora me voy para mi segundo oponente porque miro los orificios que le causaron sus propios ataques de las mariposas amarillas.

¿Quién será mi segundo oponente?, desaparezco mi espejo ya no lo necesitaré, pero espera un segundo porque no sangra por esos huecos que tiene en el cuerpo no lo puedo creer es un holograma de luz y se desvanece el holograma, apareciendo mágicamente delante de mí.

Con su cabello, moviendo su cabeza hacia mí, de abajo hacia arriba, me corta el pecho, cayendo al piso de una manera brutal, estoy sangrando, intento levantarme, pero me duele la herida mi auto regeneración se activa, pero es muy lenta duraría varias horas en cerrar esta herida.

— ¿De verdad pensaste que iba a caer en ese truco de feria? Sé perfectamente que tu espejito mágico refleja los ataques. ¡Te tengo calado desde tu última pelea de brujitas!

Pues sí, ya tienen mi biografía mágica en manos de algún reportero, pero no importa, porque soy impredecible, como un hechizo mal pronunciado.

—Lo que me dejó realmente pasmado es que ese peinado de piña loca tiene alguna utilidad. ¿Es en serio?

¡Maldita sea! Aquí ando haciendo chistes mientras me desangro como protagonista de drama barato.

—Mira, lo que pasa es que mi cabello es multifuncional. No solo me da flow, sino que acumula magia hasta ponerse más duro que una sartén vieja. ¡Con estilo y utilidad!

Ahora regresan sus mariposas a su lado, y vuelven a cagar luz esas mariposas amarillas y me ataca, en cambio yo retrocedo hacia atrás por el ataque de sus mariposas, estoy herido, tengo que alejarme para ver cómo me curo.

Tengo la mano en mi pecho donde me cortó con su cabello y hago mi hechizo fantasma los rayos me atraviesan, pero no me hacen nada.

Aparece atrás de mí, pero mi modo fantasma solo dura 8 segundos y tengo que esperar un tiempo para volverlo a activar.

Se me acaba el tiempo estoy como una persona normal, intenta cortarme nuevamente con su cabello, pero lo esquivo, aunque no muy rápido porque logra contarme en mi brazo derecho un poco.

No me deja otra opción, haré unos de mis hechizos avanzados.

En el tiempo en que sus mariposas regresan a él, hago mi sello con las manos para realizar mi hechizo Plumas Negras.

Plumas Negras consiste, en volver mi cuerpo en una especie de miles de plumas.

Me explico bien pues, cuando estoy herido aparecen cientos de plumas negras y regeneran mi herida, también esas plumas son muy filosas y cortan con facilidad a mis oponentes.

Las plumas brotan por mi herida del pecho y se cierra, también la del brazo derecho me lo cura.

Me alcanzan tres rayos de luz en mi cuerpo grito del dolor, pero dejan de sangrar porque mis plumas salen de mi cuerpo y me curan nuevamente.

Voy corriendo donde se encuentra el señor mariposas, convirtiendo mi brazo en un nido de plumas mientras corro.

Me lanza otro rayo de luz que atraviesa mi pecho, pero sigo corriendo solo me duele, pero mis plumas me curaran y dejará de sangrar mi pecho.

Atravieso todo su cuerpo con mi puño convertido en plumas y miles de plumas lo cortan por todo el cuerpo.

Cae al piso sangrando, está muy herido hasta que se desintegró tal parece que mis plumas lo mataron, ya que el ataque fue muy fuerte para su cuerpo.

Esta técnica tiene la duración de un reality show decente: veinte minutos. Y, como si fuera un celular de gama baja, para recargar mi hechizo de Plumas Negras necesito esperar ¡doce horas! Pero, oye, ¿quién necesita batería infinita cuando tienes estilo? Además, es una técnica mágica bastante efectiva, como una cafetera que siempre hace el café perfecto.

Miro alrededor, más curioso que un gato con WiFi, y me doy cuenta de que en la sala VIP, esa con vista premium al Coliseo para observar a los gladiadores mágicos (donde vi a Berek espiar a Raúl en su combate anterior), no está Yolanda. ¿En serio? Era el lugar más obvio para encontrarla. Pero espera, tampoco está Berek. ¿Qué hacen estos dos? ¿Un juego de escondite magico? En cambio, solo veo al director, que parece estar pasándola en grande con un grupo de patrocinadores que tienen más dinero que buen gusto.

Mientras trato de digerir este misterio, mi siguiente oponente hace su entrada triunfal, aunque más bien parece un chico promedio. Nada especial, como el tipo que te entrega el pedido en la pizzería. No es como el anterior, que tenía toda la vibración de un villano de película adolescente, con su mirada de "soy rebelde porque el mundo me hizo así".