Black Ghost

Capítulo 50: Verdad.

Me siento frente a él con la expectativa de un niño abriendo su regalo de Navidad. Espero que este secreto sea algo increíblemente bueno sobre mis padres, porque, francamente, no tengo energía para otro drama.

—Señor Alberto, déjeme decirle que lo respeto y admiro profundamente —comienza, con una seriedad que podría hacer llorar a una cebolla—. Veo en usted el reflejo de su padre, una persona que me trató como si fuera parte de la familia.

Todo eso está muy bien, pero, honestamente, estoy a un paso de darle un codazo para que llegue al punto.

—Muchas gracias por sus palabras —respondo con una sonrisa más brillante que una lámpara LED—, pero ¿podría hablarme ya de mis padres? Estoy más ansioso que un niño en un parque de diversiones.

Él asiente, tomando aire como si estuviera a punto de soplar las velitas de un pastel gigante.

—Lo que voy a decirle, joven, es algo que he guardado conmigo durante años. Nunca pensé que tendría que revelarlo, pero tras ver a la señorita Evelyn y a usted... bueno, besándose en la limusina camino a Herel, me siento obligado a decirle la verdad.

¡Maldita limusina! Sabía que era una mala idea darle un beso a Evelyn justo delante del mayordomo. Me siento como un niño atrapado con la mano en el tarro de galletas.

—¿De qué se trata? —le digo con urgencia—. Suéltelo ya, antes de que mi cabeza explote.

Él suspira, como si estuviera a punto de soltar el mayor chisme de la década.

—Uno de los ingenieros mágicos que trabajó para tus padres adoptó a una niña hace años. Esa niña, Evelyn, no es realmente su hija biológica. Según sé, un hombre misterioso le entregó a ese bebé en un pueblo lejano. El ingeniero decidió criarla como suya, pero falleció de forma natural tiempo después, y tus padres la acogieron como propia.

¿Qué? ¿Evelyn no es mi hermana? Mi cerebro parece haber tenido un cortocircuito, y no estoy seguro de si estoy aliviado o aún más confundido.

—Entonces… —tartamudeo—, ¿Evelyn no es mi hermana de sangre?

Él asiste solemnemente.

—No, señor. Usted sí es hijo biológico de sus padres. Evelyn, aunque tiene el mismo tono de piel, no tiene relación sanguínea con usted.

—Bueno… esto es un giro inesperado. Pero no se lo cuente a nadie, especialmente a Evelyn —le advierto, mientras pienso en lo complicado que se acaba de volver todo.

—Entendido, señor. Ahora, si me disculpo, me retiro.

Mientras se marcha, ya estoy haciendo cálculos mentales sobre cuánta plata añadirle a su próximo sueldo. Después de todo, este nivel de chisme vale oro.

No lo puedo creer. El mayordomo acaba de soltarme una bomba que ha sacudido mi vida como un terremoto de telenovela venezolana. Estoy tan impactado que siento que mi cerebro ha entrado en modo "pantalla azul". Necesito hablar con Evelyn, ¡ya!

Con manos temblorosas como si estuviera jugando a los dardos con los ojos cerrados, marco su número a toda prisa.
—Hermanita, ¿dónde estás? —Suena mi voz, una mezcla de urgencia y dramatismo digno de un mal actor.
—Aquí, en el dormitorio de Yolanda, pintándome las uñas. ¿Qué pasa? —¡Por todos los esmaltes de colores! Yolanda no puede enterarse de esto.

—Ven rápido, pero escúchame bien, solita como la soledad misma. Estoy en la mansión y tenemos que hablar. Pero, ojo, no le digas nada a Yolanda. Haz como si tuvieras que ir a resolver algo súper importante, tipo salvar al mundo, pero sin levantar sospechas.
—Perfecto, voy para allá. ¿Pero qué está pasando? —Pregunta Evelyn, y yo siento que mi corazón da un salto mortal al escuchar su curiosidad.

—No puedo decirlo por celular, esto es más confidencial que los secretos del Área 51. Ven rápido, y te lo cuento en persona. Te espero en mi habitación. Y sí, es tan privado que ni te lo imaginas.
—Vale, ya salgo, solo dame un minuto.

Cuelgo y subo a mi habitación con el dramatismo de alguien que sabe que se viene algo grande. Me siento en la cama, nervioso, como si estuviera esperando los resultados de un examen en el que claramente no estudié. Minutos después, Evelyn aparece en la puerta, y la tensión en el aire es tan densa que podría cortarse con un cuchillo de plástico.

Su piel morena, y lo hermosa que es, también la voz en mi mente cuando desperté esta mañana diciéndome ten sexo con tu hermana, la vuelvo a escuchar la voz al verla de nuevo a Evelyn.

Ahora al verla parada de frente a mí y sé que no es mi hermana ¿Qué debo hacer yo?, cuál será mi reacción al verla por primera vez sabiendo el hecho de no ser familia.

Le doy la espalda y me olvido de contarle todo, pero si siento que la deseo tal vez simplemente le doy un beso.

Pero no sé qué hacer ahora si la tengo de frente ¿Qué debo hacer yo?, ante ese cuerpo no existe un no, y ahora al no ser hermanos quizás deseo igual su boca la que me vuelve loco con eso locamente tendría sexo con ella.

Como antes de pensar que éramos hermanos, dos jóvenes de modo no se podían tocar, pero por mi piel ronda una intensa pasión por ella, tengo que probarla, saber a qué sabe su cuerpo y deseo hacer la mía en este instante.

Ya ha despertado en mí la gran pasión y desde que cruzó la puerta de mi habitación, quiero tener sexo con Evelyn.

Me acerco a ella y le arranco la ropa que lleva puesta sin mediar palabras, la beso para atarla a mis mismas ganas al igual ella debe tener por mí, por la excitación mi cuerpo se está volviendo como un volcán por Evelyn y así lo siento mientras la beso, pues su piel se vuelve un huracán queriéndose llevarse todo de mí.

La cargo hasta llevarla a la cama solo tiene la falda puesta porque como un ciclón me he llevado su blusa junto a su brasier y pantis, ya que le he quitado casi toda la ropa, al poner las manos en sus senos siento sus pezones duros con un pequeño gemido de placer sale de su boca.

Utilizo mi lengua y hago un camino desde su cuello hasta sus senos, sintiendo el sabor de su cuerpo, ya esto no es uno de mis sueños por ella, esto es real lo que realmente quería, no pierdo mi tiempo en pensar más en mis fantasías del pasado por ella y dirijo mi boca a su vagina, con las piernas de Evelyn toda abierta para mí, veo lo hermoso aquí abajo, prendiendo mi sangre aún más generando un calor inmenso dentro de mí.



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Editado: 18.07.2025

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