Capitulo 19.-

Olivia

Estaba encerrada en el coche, Max me había colgado el teléfono supongo que venía a ayudarnos, seguía escuchando ruidos en el techo del auto, sabía exactamente que esa chica estaba ahí, esperándome.

— Olivia, vamos, sal de ahí —Podía escucharla hablar en cima del auto.— Este juego no es divertido si te encuentro tan fácilmente.— después de unos minutos comenzó a llover y todo se quedó en silencio solo escuchaba el agua caer, así que me dispuse a salir de ahí, aún que no creía que fuera la mejor idea, pero no había de otra, ni siquiera tenía las llaves de auto para arrancarlo, abrí la puerta lentamente y asome la cabeza, no había señales de nadie así que trate de correr, pero ella apareció frente a mí como si de un truco de magia se tratara.— Hola Olivia, o ¿cómo prefieres que te llame? "Majestad".

—No... sé dé que hablas— Tartamudee dando pequeños pasos hacia atrás.— Es más, ni siquiera te conozco— corrí hacia el sentido contrario, pero de igual manera apareció frente a mí.

—Sabes... sigues siendo la misma hechicera mediocre de hace 190 años — Jugueteó con la daga que llevaba en las manos — Aún no comprendo cómo pudieron nombrar reina a alguien que ni siquiera es como nosotros. — se acercaba a mí lentamente.

—Yo, no soy reina de nada, soy solo una estudiante de preparatoria...¡Oh por dios mira eso, un hombre lobo! —Grite haciéndola voltear y perder su atención de mí, en realidad no creí que eso funcionaría así que corrí entre la maleza, trataba de ir lo más rápido posible escondiéndome entre árboles hasta que mis piernas no dieron más, sentía unos fuertes pinchazos en el pecho mi corazón latía tan fuertemente que sentía que me daría un infarto ahí mismo, me recargue en un árbol para tomar aire y seguir, pero un fuerte golpe me hizo caer al suelo, sentí como un hilo de sangre bajaba por mi nuca.

— ¡Se acabó el juego! — Se puso en cima de mí tratando de apuñalarme con la daga.

—¡Espera! — Estaba luchando con todas mis fuerzas por detenerla, pero era como si tratara de levantar un maldito camión, miraba a todas partes en busca de algo para defenderme, pero no había nada más que tierra y... espera tierra, tome un puño y se la arroje a los ojos haciendo que perdiera la visión por unos segundos y que se enfureciera aún más, salieron sus colmillos traté de levantarme para huir, se lanzó contra mí, pero logré esquivarla.— ¡¿No crees que si me matas, volveré de nuevo?!

—Esta vez no será así — Tome una rama de un árbol y trataba de alejarla con eso. — Ni siquiera sabes quién eres realmente, tú parte humana aún rige tu cuerpo y alma — Comenzó a reír a carcajadas — No creo que a estas alturas hallas hecho un hechizo para reencarnar como lo hiciste antes ¿O si?

—Tal vez sí.— Dije segura y ella río aún más.

—Hazme un favor Olivia, solo muere y entrega el trono a quien le pertenece.

—¡Nunca! — Grite y esa maldita se lanzó hacia mí de nuevo, me abrazo, estaba confundida así que la alejé de mí con un empujón, al separarme de ella sentí una fuerte punzada en mi abdomen, mi vista se posó en la daga que había atravesado mi piel, todo se volvió silencio solo un zumbido en mis oídos,
—Te daré otra oportunidad —su voz sonó como eco en mi cabeza, tapó sus ojos de nuevo y comenzó a contar— 1... 2... 3 —puse mi mano sobre la herida y corrí de nuevo, con todas mis fuerzas, lágrimas caían por mi rostro, sentía impotencia y miedo, sabía perfectamente que no terminaría nada bien, llegue al palacio sin aire y con un dolor tan fuerte que sentía que en cualquier momento moriría, descanse unos segundos y tome fuerza, tenía que encontrar a Liam y tratar de irnos de aquí, pero mi búsqueda fue en vano, solo encontré a Damián.

—Hola, pequeña dama, ¿Buscas a tu príncipe? — Hizo cara de tristeza — Lo siento querida, el ahora me pertenece

—¿Qué? —Fruncí el ceño y el poso su mirada en la herida de mi abdomen que emanaba sangre.

— Sabes, no entiendo por qué Cassandra está aferrada en solo matarte, si serías una excelente cena para mi clan, al fin sigues siendo humana— Tomo con sus dedos sangre que había caído al piso y la olfateo— serías el banquete perfecto para nosotros, su mirada se tornó oscura y sus grandes colmillos salieron así que comencé a correr por el palacio, mirando hacia atrás para asegurarme que no viniera tras de mí, mi respiración era rápida y pesada, subí por unas escaleras y busque donde esconderme hasta que choque contra algo que me hizo caer al suelo.

—Liam...— susurré y automáticamente lo abracé, él se quedó inmóvil frente a mí, mirando fijamente a Damián que se acercaba a paso lento con una sonrisa maliciosa en su cara. Tome a Liam de la mano para que viniera conmigo, pero él no movió ni un músculo— ¡Vámonos!— Grite y lo jale un poco, pero no hacía nada.

— ¡Sostenla!— Grito Damián y él lo obedeció, me tomo de los brazos, lo miré y sus ojos estaban completamente blancos, como si una tela los tuviera cubiertos— Ya estoy cansado de jugar— se paró frente a mí y tomo mi barbilla.

—¡No me toques!— Dije furiosa tratando de soltarme del agarre de Liam.— ¡LIAM! Por favor reacciona, escúchame soy yo...

— Él no puede escucharte ni a ti ni a nadie más, hará solo lo que yo le pida.

Max

Llegue rápidamente al palacio, tenía décadas sin poner un solo pie aquí, la lluvia era demasiado fuerte, entre al palacio y escuché voces, me escondí entre las penumbras para primero analizar lo que sucedía, Damián tenía a mi hermano en trance, ese bastardo siempre jugaba con la mente de los demás, así que no lo pensé y ataque a Damián le salté en cima arrojándolo a unos metros de donde estaba alejándolo lo más que pude de Olivia.
—¡Eres un maldito bastardo!— Grite y corrí hacia él, dándole un puñetazo haciendo que se hundiera en el suelo. Lo tenía a mi merced hasta que sentí otro golpe, mire y no lo podía creer, se suponía que esta maldita bruja estaba muerta.— ¿Es todo lo que tienes? ¡Maldita!— rei ante su ataque.