~ Black swan ~

Capítulo 3

Capítulo 3

”infierno”

trágicamente ya solo faltaban unas horas para la boda, en si ya había comprado un vestido, pero en mal estado, y la razón por la que lo compré en mal estado, era para que sus padres se arrepintieran de casarlo conmigo, pero no funcionó ya que mi madre me había comprado uno desde el principio, y me obligó a ponérmelo.

— Joder, lo que me faltaba! No podía ser peor mi día.

Salen las palabras de mi boca, mientras mi madre escucha, y en vez de consolarme, decide nomas reírse.

— Que exagerada eres, deja de quejarte! — Me ha gritado mi madre.

— Exagerada? ENTONCES PORQUE NO OBLIGAN A ARIEL! ¿Por qué es su princesita? — Le respondo también gritando llenada de ira.

— Si, y a ti no te importa si es nuestra princesa o no. — dijo yéndose mientras en su cara aparecía una sonrisa.

Ahora sí estoy más que segura mis padres me odian, y me quieren hacer sufrir! como carajos se les ocurre casarme con el hijo mayor de la mafia Smith, están dementes!

Oh no! Lo he gritado espero ninguno de los dos lo haya escuchado o sino estaré muerta.

— Ya nos tenemos que ir, y tú también Elizabeth así que esta vez irás con nosotros — dice mi padre.

— ¿Por qué? — Pregunto con miedo a su respuesta.

—Porque lo he dicho y punto, no se hablará más del tema, así que vamos al coche, que se hace tarde.

— Maldita sea! Los odio.

pero sin más me tuve que ir al coche, pues sabía que si no lo hacía, iba a tener varias consecuencias y todas serían horribles, así que no quiero empeorar mi vida, más de lo que ya está, me siento frustrada!

Le escribiré a Erick a ver si ha cambiado de opinión, aunque sé que perderé mi tiempo, quiero intentarlo.

— Hola? ¿ Aún no has cambiado de opinión? — Escribo sin obtener una respuesta.

— AH! Enserio no me jodas — digo mientras mis padres se me quedan viendo raro.

— ¿Ahora que? — Digo enojada.

— Nada.

— Ya hemos llegado, así que bájate y alístate en 1 hora está por comenzar tu boda, después de la boda te irás a vivir con el — dice mi padre, sin siquiera preocuparle dejarme con un extraño que acaba de conocer.

— ¿PERO QUE? Ahora se supone que también me obligarán a vivir con el, JA! — Digo con la voz floja queriendo llorar.

— Exacto, ahora bájate!

Decido bajarme del auto sin mirar atrás, con los ojos a punto de reventar, y con mi cuerpo a punto de descontrolarse.

— Buenos días, disculpe la molestia, ¿sabe a donde tengo que ir para que me arreglen? — Digo mientras veo cómo la señora me mira confusa.

— Mi nombre es Elizabeth, tengo una cita para que me arreglen, en lo particular será para mi boda.

— Oh, vale vale ahora si, ven sígueme es por aquí.

— Muchas gracias por guiarme, y disculpe haberle quitado su tiempo — digo mientras me voy alistando, pues ya casi no había tiempo.

— No se preocupe, cualquier cosa que necesite puede venir y decirme.

Ahora que se supone que haga, ya tengo el vestido y el ramo, ahora me falta solo el maquillaje.

digo sin siquiera pensar que todos me escuchaban, pero en si no me importaba.

— ¿Señora Elizabeth? — Pregunta un chico desconocido.

— ¿Si? — Respondo confundida.

— Venga acompáñeme la maquillaremos.

— De acuerdo, gracias.

Ya he llegado donde me van a maquillar, ahora solo tengo que esperar a que terminen, veo que está quedando lindo, me gusta.

Después de unos cuantos minutos habían terminado, me habían dejado hermosa, fue lo único que me alegró el momento hasta que uno de los maquillistas me dice.

— Señora Elizabeth, ya es su boda, necesita salir.

— Ah carajo, no por favor no!

— se miran confundidos entre sí — Pues lo había dicho en voz alta.

— Oh, discúlpenme olviden lo que he dicho — Digo con las mejillas rojas, y muy apenada.

— Está bien, no se preocupe.

— Bien ahora sí, ya comenzó mi infierno— digo mientras me decepcionó.

Ya he salido al altar, mientras mi padre me coge del brazo, llevando hacia donde Erick, él se quedaba algo sorprendido, al igual que las demás personas, supongo que es porque me veía hermosa, o bueno eso creo.

— Acepta a Erick como su futuro esposo para toda la vida, siéndole honesta y leal — dice el juez/ padre de la iglesia.

quería decir que no, pero sé que donde diga lo que siento, estaré muerta con mis padres.

— Acepto.

— Usted señor Erick, acepta a Elizabeth como su esposa para toda la vida, y le será leal y honesto — añade el padre/ juez.

— Acepto.

— Ya se pueden dar los anillos y después besar.

— Perdón, pero no quiero dar el beso frente a todos — digo fríamente.

— Nos daremos el beso, no se preocupe — dice Erick obligándome.

Que carajos se cree que es? He dicho que no quiero hacerlo, maldito bastardo.

Mientras que de repente sus labios se juntaban con los míos, haciendo que mis labios se pongan calientes, así que decido apartarlo.

— Joder! hablaremos en la casa, y ni se te ocurra volver a besarme o tocarme! — Le digo al oído mientras quiero matarlo.

— Jaja, enserio crees que me dejaré mandar por ti? Nunca me darás órdenes, que te quede claro, y ahora salgamos, ya me quiero largar — me dice al oído.

— Vete al carajo.

— Muchas felicidades, espero vivan muy feliz y que se cuiden del uno al otro — Dicen sus padres dándome una sonrisa.

— Gracias!

— Ahora sí no es mucha molestia, nos iremos, muchas gracias por todo, cuídense — digo mientras jalo de la mano a Erick saliendo de la iglesia.

— Súbete — dice Erick.

— Ya voy, y vete al carajo, tampoco seguiré tus órdenes! — Digo esbozando una expresión ignorante.

— Ya veremos, ahora ponte el cinturón y vámonos! — Dice algo sarcástico.

— ¿En cuanto llegaremos? — Pregunto con duda.

— En 30 minutos, y ya has silencio — dice enojado.

Después de los 30 minutos habíamos llegado a mi nueva casa, por suerte teníamos diferentes cuartos así que no dormíamos juntos, y todo era por separado, por el momento no recordaba que se incluía en la famosa Smith, hasta que entre a un cuarto sin querer y vi demasiadas armas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.