Capítulo 5
“¿me he enamorado?”
A los días siguientes que estuve en el hospital Erick venía y me traía algunas frutas o postres, encontraba eso raro, pues desde que me había casado con él e mudado nunca me había dado/traído algo.
— ¿Te encuentras bien? — Pregunta mientras me da algunas manzanas.
— Si, ¿podría hacerte una pregunta?
— Claro — responde firmemente, mientras por su expresión sé que tal vez sabe lo que diré.
— ¿Por qué últimamente has actuado tan raro?
— ¿A qué te refieres con “actuando raro”?
— Pues de qué me hablas amablemente, y me traes cosas, algo que nunca habías hecho.
— Sabía que dirías eso, pero no responderé a tu pregunta ahora solo intenta de acostumbrarte, y lamento el daño que te hice — dice yéndose del cuarto.
— Está bien…
— ¿Será qué se ha enamorado? Me siento confundida, realmente ha actuado súper raro, será por lo qué he gritado hace 4 días?
Mientras las palabras salen de mi boca sin contenerme, pues la realidad era esa.
— Elizabeth princesa!! Mira te he traído esto, espero te guste mucho — Dice Saúl mientras me da un regalo.
— Awww!!! Es muy lindo!! — He dicho casi que gritando —Es un peluche de Stitch!!
— Hola Elizabeth como has estado, vengo a avisarte que te hemos detectado una enfermedad, ¿haz pensando en algún momento que tienes depresión y ansiedad? — Dice el doctor.
— Hace 6 años, cuando tenía 22 años, me diagnosticaron depresión — digo mientras mis ojos se ponen vidriosos.
— ¿Por qué no me habías contado? — han salido las palabras por la su boca, me refiero a la de Saúl.
— Necesitas tomar terapia desde mañana, ¿Entendido? — añade mi doctor.
— Está bien, ¿dónde será?
— Aquí mismo en el hospital.
— Me tienes que explicar ahorita — añade Saúl.
— Muchas gracias. — Ajá ahora espérate que estoy hablando con el doctor!
— ay ya no me regañes.
— Bueno los dejo.
— Muchas gracias doctor.
— Y tú cállate no te estoy regañando, solo te he pedido que no seas mal educado!
— Ya ya ya!
— Ahora me dormiré un rato, cuando te vayas cierra bien mi puerta, ¿de acuerdo?
— Vale, que descanses bien.
— Gracias.
(Pasaron unas cuantas horas, hasta que escuché como alguien se iba, así que decidí despertarme e ir a la terraza del hospital, me habían dicho que era muy linda)
— Llevaré una manta por si algo, ya que creo que hace frío.
— ¿Para dónde vas? — Pregunta una enfermera.
— A la terraza, quiero tomar un poco de aire, ¿si puedo no?
— Sí, claro que si, solo ten cuidado.
— Vale.
— Es muy grande este hospital, será que habrán fantasmas? — Digo mientras voy subiendo por el elevador.
— ¿Para dónde vas?
Me volteo confundida sin reconocer la voz
— Quien ere- oh Erick, subiré a la terraza.
— Entonces te acompaño.
— No hace falta, digo saliendo del elevador.
— No me interesa, iré contigo — dice mientras sale rápido del elevador, antes de que cierre.
— Ash que molesto eres.
— ¿Enserio? Entonces ahora lo seré más!
— si jajaja, agh.
— ¿Por qué has vuelto a venir? — Pregunto confundida.
— Quería verte, al igual que también quería que habláramos las cosas.
— Hablar de que?
— De cómo te sientes, y si realmente crees que puedas seguir conmigo — he logrado escuchar que tienes depresión y ansiedad, y aunque sé que no debería decir esto lo haré — me has empezado a gustar, y la verdad no permitiré que te pase algo mientras estés a mi mando.
— Tengo depresión desde los 22 — digo añadiendo en si ya han pasado 6 años desde eso, pensé que había mejorado pero no — y sobre tus sentimientos, déjame procesarlo, porque realmente me siento confundida y ahorita no quiero sentir presión.
— Está bien no te preocupes, ¿Me podría quedar un rato aquí abrazándote?
— Hm, está bien, pero quiero estar en silencio ¿De acuerdo?
— Claro.
mientras tanto íbamos al rincón donde había un balcón algo grande, se podía ver la ciudad completa.
— Wow es muy linda la vista.
— No tanto como tú — dice coqueto.
— Jajaja, gracias.
— Perdón por hacerte esto pero ya no aguanto más, desde el principio lo quise hacer.
— El que- — mientras iba a decir “que” siento sus labios sobre los míos, sintiendo otra vez la calor en mi cuerpo, y la respiración agitada de los dos, como el corazón me latía a mil, y como nuestros cuerpos se juntaban sin más, como me tocaba la cara y me tomaba cómo si fuera solo suya.
— ¿Que carajos fue eso? — Digo asombrada.
— Un beso, ¿ Qué, te sorprendí? JAJA mentira — dice riéndose.
— Besas mejor de lo que pensaba.
— Quiere decir que si te gusto, perfecto!
— No te ilusiones, nomas dije que sabías besar.
— Ajam.
— Bajemos ya, me está empezando a dar frío — digo mientras me siento algo nerviosa por lo que acaba de pasar.
— Toma mi chaqueta, quedémonos un pequeño rato más ¿si?
— Ok.
— ¿Le has avisado a tus padres? — Añade recordando que no le he hablado de ellos.
— No, y no pienso hacerlo, así que tú tampoco harás nada.
— De acuerdo.
— Wow, fue la primera vez que me daba la razón, y obedecía que le pasara! Será que le hicieron un amarre? oh Dios el no puede ser Erick — esas palabras salieron de mi boca, pensando que nomas lo tenía en mente.
— Te he escuchado decir eso, no me pasa nada, y tampoco seas tan ignorante tampoco soy tan egoísta como dices.
— JAJAJA — me rio mientras me siento más aliviada.
— Te he echo reír! Lo he logrado.
— Ujum — digo mientras añado — bueno ya vamos para abajo.
— Está bien!!
— ¿No piensas ir a casa? — Pregunto mirando la hora, viendo que ya son las 11:00pm
— No, quiero quedarme contigo.
— Pero en donde dormirás? No hay más camas, ni hay espacio.
#1046 en Thriller
#504 en Misterio
#2914 en Otros
#287 en Aventura
en esta historia hay drama, posesividad celos amor, celos deseo
Editado: 26.04.2025