Capítulo 4

La música suena con intensidad en el Nyktelios, las mesas y sofás se encuentran ocupados, en la pista ubicada al centro del lugar se encuentran algunos individuos bailando animadamente, las luces ubicadas de manera armoniosa completan el famoso lugar neutral de los clanes. Zar como siempre se encuentra supervisando todo y cada uno de los detalles, mantener la calma con individuos pertenecientes a todos los clanes no es tan sencillo; además, siempre hay algo por resolver, sintiéndose cansado decide salir de su oficina. Llega hasta la barra y solicita una bebida, una hermosa joven rubia se aproxima hasta donde se encuentra, «Aquí vamos de nuevo.» piensa colocando en su rostro una sonrisa coqueta.

–Me alegra tanto tener la oportunidad de verlo, príncipe Dixon–expresa la joven besando la mejilla de Zar que recibe aquel beso.

–El gusto es mío, señorita, ¿Se divierte?

–Claro pero creo que ahora me divertiré mas–expresa ella sonriéndole de manera coqueta a Zar.

–Sirve un trago para la señorita–ordena Zar al encargado de las bebidas.

El hombre obedece de manera inmediata lo que ha solicitado Zar, ella acepta la bebida y la lleva hacia sus labios sin apartar su mirada del joven para acto seguido comenzar a hablar sin parar. Zar la escucha mientras toma su bebida lentamente y se mantiene vigilante a todo lo que ocurre, « ¿Sera verdad lo que mis ojos ven?» se cuestiona de pronto entre cerrando sus ojos. Con una sonrisa deja su copa a un lado y avanza dejando atrás a su compañera mientras sus intensos ojos verde esmeralda se llenan de un intenso brillo.

– ¿La princesa en este lugar? ¿Será que mis ojos me engañan?– pregunta al llegar hasta su objetivo–, ¿Nos permites?–indica refiriéndose al compañero de la joven.

Ker sonríe al escuchar a Zar, posa la mirada en él, «Atraer su atención me fue más sencillo de lo que creí.» piensa moviendo su cabeza de manera afirmativa a manera de respuesta para Bryson que la mira esperando instrucciones. Con un ademán de su mano le indica que se aleje y la deje a solas con Zar.

– Te espero en nuestro lugar– informa Bryson con tono tranquilo.

– Puedes irte a donde quieras, yo me quedare con la señorita– indica Zar con el tono arrogante que lo caracteriza y grosero como acostumbra, Bryson lo ignora y se encamina al lugar que ocuparon al llegar–. Ahora que estamos solos, linda señorita, dime, ¿Cómo has estado?

– ¿Ahora te importa cómo me encuentro, Dixon? Durante todo este tiempo jamás me visitaste, ¿No éramos amigos acaso?–le recrimina Ker con tono bromista.

– ¡Oh, vamos! ¡No seas sensible, Ker! Yo te lo advertí, dije que era impredecible; pero, a decir verdad, no lo hice porque me encontraba seguro de que no desearías verme, ¿Qué haces aquí?

– Me hablaron de este lugar y he decidido venir a divertirme con mi amigo al que recientemente has alejado de mí de una manera sumamente irrespetuosa, no sé si te percataste de que nos encontrábamos sumamente felices y divertidos.

– ¿Te ha molestado mi presencia? De ser así puedo retirarme, no quiero molestar a mi hermosa princesa–replica mirando al suelo.

– ¿Ahora el sensible eres tú? A pesar de que atacaste a mi clan, te tengo mucho aprecio, es por eso me preguntaba, ¿Por qué será que Dixon no me ha visitado? He estado muy sola y la soledad le hace cosas raras a la mente de los individuos–comenta con una risita divertida.

– Diría que lo lamento pero no es así; además, no ataque tu clan, únicamente cree una distracción, ¿Qué puedo decir? Soy muy leal y no podía negarle un favor a un amigo ni dejarlo solo en ese momento en el que me necesitaba.

– ¿Yo no soy tu amiga entonces?– pregunta Ker con un tono lleno de tristeza, Zar la observa sintiéndose mal al ver que esconde su rostro, «Seguramente no desea que la vea llorar, cuánto daño le hemos hecho y por nada.» piensa cerrando con fuerza sus manos.

– Lo eres, princesa– replica tomando la barbilla de Ker para que lo mire a los ojos–. Lo siento mucho.

– No importa, Zar, después de todo, quien decía amarme más que a su propia vida, me traicionó de la peor manera que le fue posible, no podría esperar que un amigo reciente cambiara sus lealtades por mí, ven, vamos a bailar, esta noche he venido hasta aquí para divertirme y olvidar todo–expresa tomando la mano del joven comenzando a bailar.

Zar se deja llevar por la música y acompaña a la joven que sonríe dejando ver su perfecta sonrisa, « ¿Qué será lo que estas tramando, dulce princesa?» piensa poco convencido de la pacifica visita de la joven. Bailan varias canciones en silencio, al sonar una canción lenta rodea la cintura de la joven que posa sus intensos ojos en los de él, Zar mira de manera atenta, los ojos son la ventana al alma y él trata encontrar en ellos un indicio de falsedad. Al no encontrar más que una tristeza profunda que ha acabado con el brillo especial que esos ojos tenían, decide confiar en ella. Ker sonríe pasando sus brazos sobre los hombros del joven rodeando su cuello, bailando al ritmo lento de la melodía recuesta su cabeza en el pecho de Zar.

– Ker– la llama Zar de pronto haciendo que ella lo mire–, ¿Te puedo preguntar algo?

– Dime–responde sin dejar de bailar y manteniendo su mirada atenta en el atractivo rostro del joven.

– ¿Aun te encuentras enamorada de Blake?

– ¿De quién?–cuestiona fingiendo amnesia respecto a ese nombre.

– Por favor, Ker, respóndeme sin juegos, es importante para mí.

– No–responde con tono tranquilo.

– ¿De verdad?–inquiere sin poder controlar el brillo especial que se apodera de sus ojos.

– Ya no siento nada por él, es como si hubiese desaparecido del universo, su existencia me resulta totalmente irrelevante.

– ¿Me dejarías comprobarlo?– cuestiona al tiempo que pasa saliva, « ¿Te das cuenta de que esto es una locura?» se reprocha mientras sonríe sabiendo que cumplir un deseo que le ha asaltado puede traerle problemas.

– Claro, aunque no comprendo cómo lo harías–responde Ker de manera curiosa mientras mantiene una pequeña sonrisa en su rostro.