Blaker: El despertar de la princesa

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En la linda cabaña de dos pisos, color blanco y techo rojo ubicada a las afueras del bosque se encuentra una pequeña niña de seis años de edad. Ella juega de manera tranquila en uno de los columpios que sus padres han instalado en el patio para ella y su hermano mayor. 

– ¡Chase, ven a jugar conmigo, es muy divertido!–grita desde el columpio llamando a su hermano que se encuentra sentado en los escalones de la entrada mientras mantiene sus manos cruzadas.  

– ¡Déjame tranquilo, Ker!–exclama con molestia sin moverse ni un milímetro de su lugar. 

La niña baja del columpio y corre con una gran sonrisa en su rostro hasta donde se mantiene su hermano. Al llegar hasta donde se encuentra el niño tira del brazo de él con la intención de hacer que se ponga de pie y juegue con ella; sin embargo, lo que provoca es la molestia de Chase quien se pone de pie y la empuja haciéndola caer de espaldas en el suelo. 

–¡Te he dicho que no me molestaras, Ker!–exclama con rudeza mirando con en el suelo a su hermana. 

Chase ingresa en la casa sin ocultar su molestia mientras su hermana con lagrimas en sus intensos ojos azules se pone de pie y corre a esconderse detrás de uno de los arboles del bosque, eso siempre le ayuda y la hace sentir mucho mejor. El atardecer a pintado de rojo el bosque cuando Ker ingresa en su casa con una gran sonrisa que denota su alegría, el incidente con Chase a quedado en el pasado para ella y actúa como si nada sucediese. 

– ¿Dónde estabas, Ker?–cuestiona su madre con tono dulce. 

–Jugaba con el príncipe, mamá–responde de manera casual preocupando a su madre. 

No es la primera vez que Ker dice estar jugando con el príncipe, desde hace algún tiempo atrás ha comenzado a jugar con un personaje al que llama príncipe y al cual únicamente ella ha visto. Eso ha llevado a sus padres a sospechar que la manera en que Chase la rechaza y aísla esta afectando de manera grave a su psiquis y la pequeña ha creado a un amigo imaginario para mitigar su soledad. Al llegar su esposo de su trabajo, la mujer habla seriamente con él y juntos deciden enviar a la pequeña a tomar terapia psicológica.  

Siendo prácticamente la madrugada del día siguiente, Blake se despierta y prepara para acompañar a su padre a una reunión importante en el clan Takura. Los años han trancurrido y con estos la relación de los jóvenes se ha enfriado, Logan se ha alejado por completo de Blake, tanto que en ocasiones parecen desconocidos en lugar de hermanos. Zar resultó ser un gran amigo, por lo que Blake suele compartir más tiempo con él que con Logan por lo que considera a Zar como un hermano, es con el único que no tiene secreto alguno. Logan se ha convertido en un joven bastante problemático por lo que Blake siempre debe estar pendiente de lo que hace, le prometió a su madre cuidar siempre de él y hasta ese momento Blake ha hecho lo mejor que ha sido posible, aunque cuando Logan se aleja de esa manera es algo aun más complicado. 

Encontrándose totalmente preparado para acompañar a su padre a la reunión en el clan Takura sale de su habitación y con paso seguro avanza por el pasillo en dirección a las escaleras al llegar al borde desciende con tranquilidad. En realidad, presentarse en el clan Takura no le genera demasiada ilusión y no consigue comprender la razón de que su padre decidiese acudir pero más que ir, no comprende la razón por la cual ha decidido llevarlos a él y a su hermano. 

Owen Ellerbee es un hombre de cuarenta y ocho años, ojos de color café claro, cabello castaño que comienza a teñirse de blanco, labios rosas gruesos y sobre ellos un cuidado bigote, inteligente y fuerte, de complexión deportiva a pesar de su edad, desde la pérdida de su esposa su mirada alegre se ve opacada por una tristeza que no ha logrado superar. Blake llega hasta la sala de la mansión Ellerbee para reunirse con su padre que se encuentra en uno de los sofás esperándolo, al percatarse de su presencia inmediatamente se pone de pie y avanza hasta donde se encuentra su hijo posándose frente a él y mirándolo directamente a los ojos. 

–Hijo mío, veo que te encuentras preparado ya, ven aquí debemos hablar antes de irnos– indica con tono tranquilo guiando a Blake hasta la sala de color negro que adorna la estancia, al llegar ocupan el sofá de mayor tamaño. 

– ¿Sucede algo malo? ¿Logan se metió en problemas otra vez?–pregunta evidentemente preocupado por su hermano. 

–Tranquilo, Blake, tu hermano se encuentra bien, seguramente aun está durmiendo. 

–Te equivocas, padre–comenta Logan llegando a la sala–. Dijiste que debíamos ir al clan Takura, estoy listo. 

– ¡Tú no iras, Logan!–indica su padre con tono autoritario y sorprendiendo a los jóvenes, debido a que ambos habían entendido que se presentarían los tres juntos y algunos de los hombres de confianza del clan. 

– ¿Por qué no? ¿Acaso no pertenezco a esta familia?–cuestiona con molestia Logan. 

–Claro que si, hijo, pero no quiero tener problemas con Demian y ambos sabemos que eres un jovencito impulsivo. 

– ¡Quiero ir y lo haré!–expresa Logan con determinación. 

–Lo que trataremos es algo importante, Logan, si haces algo que cause problemas será muy malo. 

–Tranquilo, padre, déjalo acudir, yo me encargare de que se comporte de una manera adecuada–interviene Blake en una más de sus discusiones que siempre terminan mal. 

–De acuerdo pero te lo advierto, Logan, no quiero que causes ningún problema, ¿Entendido? 

–Prometo que me portaré bien–responde con una sonrisa complacida. 

–Vamos, se nos ha hecho tarde, hablaremos después, Blake, es importante que no te molestes, sabes bien que la ira es un sentimiento que aun no consigues controlar. 

– ¿Por qué me molestaría?–pregunta desconcertado. 

–Ya no hay tiempo explicarte. 

Lleno de confusión Blake sigue a su padre y hermano, juntos salen de la mansión y suben al automóvil para transportarse de manera rápida sin que se piense que se trata de un ataque o algo parecido, después de algún tiempo arriban a la mansión Takura. En cuanto llegan bajan del automóvil, Logan avanza a un lado de Blake mientras que su padre avanza por delante de ellos, detrás los acompañan algunos de los integrantes del clan, en realidad no son necesarios porque conociéndolos nadie se atrevería a atacarlos; sin embargo, desde el criterio de Owen les da un toque de poder especial. Llegan a la puerta del exterior de la gran fortaleza Takura y enseguida les permiten ingresar, con paso seguro avanzan hasta la siguiente puerta frente a ellos, de inmediato les abren haciéndolos pasar a la ante sala donde los espera Demian Takura. 

Demian Takura es un hombre de cuarenta y cinco años de edad, de rasgos marcados y fuertes, ojos de color azul poco expresivos e incluso mirada fría y cruel, de tez blanca, labios de color rojo definidos, algunos surcos en su rostro marcando su edad, con algunas canas esparcidas entre el cabello negro, cuerpo ágil y fuerte, de carácter egocéntrico y despiadado. Ha cometido muchos actos que por muchos son considerados viles por lo que muchos nunca se han encontrado de acuerdo con su actuar; sin embargo, considerando que es el líder del clan de más importancia el respeto que se le tiene es bastante.  

La mayoría de los líderes de los diferentes clanes se encuentran convencidos de que la hija del señor Takura es la princesa líder de los clanes, Blake en realidad no sabe que pensar al respecto. Su mejor amigo siempre dice que eso no es verdad, ante los ojos de Zar Dixon, Skylar Takura no es más que una niña mimada, tonta y débil al únicamente contar con un don, la levitación; en cambio, Aria Dixon, hermana menor de Zar, poseyendo el don de la telepatía y la ilusión es mucho más inteligente y audaz por ende una más digna lider; a pesar de eso, la mayoría se decanta por la hija del señor Takura debido a que tienen una mejor posición social. 

Aria Dixon es una niña muy dulce de tan solo seis años, sus ojos son de color verde esmeralda al igual que los de su hermano mayor, se encuentran adornados de unas largas pestañas, su cabello es castaño claro, sus labios son de color rosa claro, de una forma muy bonita que además resaltan con el tono blanco de su piel, es una niña realmente bonita. Zar al ser el mayor siempre la cuida y protege, ella es su adoración más grande, tanto que si alguien la llegase a lastimar de alguna manera jamás se lo perdonaría incluido su mejor y único amigo, Blake Ellerbee. 

–Bienvenido, Owen–saluda Demian de manera amable recibiendo al líder del clan Ellerbee. 

–Gracias por la invitación, Demian, te presento a mis hijos, el mayor y heredero del clan Ellerbee, Blake y mi hijo menor, Logan. 

–Es un placer para mi conocerlos, he escuchado algunas cosas de ambos especialmente de ti, Blake, les presentare a mi tesoro mas valioso, mi pequeña hija, un momento por favor, ¡Madeleine!–grita el hombre y una joven aparece de manera inmediata. 

–Dígame, señor. 

–Trae a mi hija para que conozca a los jóvenes Ellerbee. 

–Enseguida–la joven sale rápidamente de la antesala, sube las escaleras de manera presurosa. 

Madeleine es una joven de trece años, complexión delgada, tez morena, cabello negro, largo y un poco ondulado, ojos grandes de color gris intenso adornados con unas largas pestañas, labios gruesos y rojos, de carácter amable y dulce poseedora de un don muy especial, la clarividencia. Desde muy pequeña se encuentra al servicio del clan Takura, siendo un honor para ella ser tomada como aprendiz del encargado de los entrenamientos de la fortaleza y ayudar al líder del clan en todo lo necesario. 




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