Han pasado algunos años, es un día común en la rutinaria vida de Ker Edin, la joven despierta muy temprano como debe hacerlo usualmente por vivir lejos del colegio al que acuden. Ella se incorpora y prepara rápidamente para acto seguido salir de su habitación y descender las escaleras para dirigirse a la cocina y poder desayunar algo. Una vez que ha desayunado vuelve a su habitación para cepillar sus dientes y terminar de prepararse, completamente lista desciende nuevamente con todo lo que necesita para acudir al último día de clases en el colegio.
–Estoy lista, vamos– indica a su hermano que se encuentra esperando en la sala.
–Pensé que jamás bajarías, date prisa, quede de verme con Harper y no quiero llegar tarde–responde el joven con ese tono frío y distante de siempre sin siquiera mirarla .
–Eres muy exagerado, hermanito, ella te esperará pacientemente–replica ella con tono bromista.
–Como sea, ese no es tu problema, vamos–contesta cortante y molesto.
La joven avanza al lado de su hermano, para ambos es el último día, de su último año en el colegio, los años han pasado pero ella no ha cambiado continua siendo una joven solitaria, no cuenta con amigos así que dejar de ver a sus compañeros no le afecta en lo más mínimo. Al ser tan diferente a Chase muchos incluso piensan que no son hermanos, incluso ella misma lo ha pensado aunque siempre termina dándose cuenta de que es una locura.
Los jóvenes salen de la casa, suben al automóvil y Chase conduce como lo hace de manera usual, en absoluto silencio y enfocado únicamente en el camino. En muchas ocasiones Ker ha llegado a pensar que su presencia perturba a Chase, debido a que el joven siempre evita encontrarse con ella y jamás interviene cuando es molestada; sin embargo, después de tanto tiempo se ha acostumbrado a eso. Al llegar al colegio ambos descienden y cada uno avanza por separado. Ker observa como Chase se reúne con sus amigos mientras que ella en su típica soledad se dirige a los casilleros para tomar y guardar algunas cosas, una vez que tiene lo necesario se dirige de inmediato a su salón.
Una vez que el itinerario del día en el colegio finaliza Ker sale del instituto y se encamina el estacionamiento, busca el automóvil de Chase; sin embargo, no le es posible ubicarlo al parecer nuevamente se ha marchado sin esperar a la joven, « No entiendo porque siempre tiene que actuar de esta manera, ¿Qué haré ahora? Tendré que tomar el transporte público hasta el pueblo y de ahí caminar hasta llegar a casa, sabe que no me gusta tener que caminar por el sendero del bosque, me hace sentir como si fuese caperucita roja y a decir verdad, me aterra que aparezca el lobo feroz.» piensa mientras sonríe ante las cosas que se le ocurren, con paso sereno avanza hasta donde espera el trasporte, con paciencia toma asiento en esa banca metálica y tomando el libro que la acompaña comienza a leer. Algunos minutos después el autobús aparece y se detiene, ella de manera inmediata sube y se encamina hasta uno de los espacios del fondo, toma asiento y guarda su libro para poder apreciar el agradable paisaje del exterior a través de la ventana.
En cuanto el vehículo llega al final del recorrido Ker respira de manera profunda llenándose de todo el valor que posee para cruzar ese bosque que de manera inexplicable tanto terror le infunde. Ella avanza por el camino que la guía hasta su hogar, en cuanto llega ingresa en éste, cierra la puerta tras ella para después dirigirse a su habitación. La casa se encuentra en absoluta soledad, sus padres aun no llegan del trabajo y Chase tampoco se encuentra, concentrándose en sus deberes el tiempo avanza, una vez que finaliza se encamina a la cocina para poder comer algo. La joven está terminando de comer cuando la puerta se abre anunciando la llegada de su hermano, con la intención de hablar seriamente con él, la joven se pone de pie y se aproxima.
– ¿Por qué no me has esperado?–cuestiona sin ocultar lo molesta que se siente.
–No tenia porque hacerlo, no soy tu niñera, Ker–responde Chase de manera cortante sin mirarla.
–Tienes razón, no eres mi niñera pero si eres mi hermano mayor, cuando menos me hubieses mandado un mensaje, sabes que no me gusta caminar por el bosque, menos aún sola, es tan solitario y aterrador, en fin, sabes que lo detesto.
–Ese no es mi problema, déjame tranquilo–indica dando por terminada ese intento de discusión.
Chase sube las escaleras con paso tranquilo mientras sonríe, « ¿Desde cuándo me reprende de esa manera? Niña irrespetuosa.» piensa llegando a su habitación e ingresando. Ker en la antesala sintiendo la ira aumentar en su interior se encamina de vuelta a la cocina para recoger lo que ha ensuciado, en cuanto ha limpiado se dirige a habitación. La joven no consigue comprender porque su hermano siempre se comporta de esa manera con ella, buscando tranquilizarse se dispone a escuchar música.
Algunas canciones después percatándose de que la música no la ayuda a relajarse y que esa molestia en lugar de disminuir únicamente aumenta, apaga el reproductor, « ¿Que es lo que me sucede?» se cuestiona llevando sus manos hacia su rostro con frustración, usualmente Ker es una joven paciente y tranquila, no suele molestarse y menos aún con esa facilidad a tal limite.
A la mañana siguiente Ker despierta y se incorpora rápidamente, una pesadilla bastante inusual ha conseguido alterarla por lo que respirando de forma irregular trata de ubicarse. Se pone de pie y se encamina a la ducha para poder despertar por completo, es un día muy importante, se trata de la clausura del año escolar que se realizara a las seis de la tarde, tanto Chase como Ker han terminado juntos a pesar de que Chase es un año mayor, eso debido a que Chase repitió un año de colegio, la joven ha terminado de vestirse cuando escucha que llaman a la puerta.
–Pueden entrar–responde sin dejar de secar su cabello.
Se trata de Chase que al escuchar que la joven le permite ingresar abre la puerta e ingresa, lleva en sus manos una bolsa de regalo, observa a la joven mientras seca su cabello y sonríe, se aproxima hasta ella.