Blaker: El despertar de la princesa

Un mar de preguntas

Ker despierta al escuchar que llaman a la puerta, observa donde se encuentra sintiéndose desubicada, han sido demasiados cambios en poco tiempo por lo que le cuesta acostumbrarse a esos inesperados sucesos, «Debería estar preparándome para la universidad y los exámenes de admisión y no en este lugar tan atípico.» se dice por enésima vez desde que ese joven la llevó a ese lugar, al no recibir respuesta la persona que ha llamado vuelve a intentar.

–Puede entrar–responde Ker incorporándose, de inmediato la puerta se abre dejando ver a Madeleine.

–Es hora de que se prepare, señorita, en el armario encontrará ropa para usted.

– ¿Prepararme para qué? ¿Ropa? Mis cosas no se encuentran aquí, necesito ir por ellas.

–Todo lo que hay en esta habitación le pertenece, señorita, no puede ir a ningún  lugar fuera de aquí, por favor, prepárese, primeramente para desayunar y enseguida para su entrenamiento.

– ¿Entrenamiento? No sé de qué habla, señorita, pero no haré nada hasta que no venga él hasta aquí y me explique la razón por la cual debo de permanecer en este lugar y hacer lo que sea ese entrenamiento.

– ¿Quién, señorita?

–El joven que me ha traído a este lugar.

–Él no se encuentra aquí, dijo que vendría más tarde, por favor, baje a desayunar, la están esperando.

–Siendo así, hágame el favor de informar que no iré y no haré absolutamente nada hasta que él cumpla su palabra– responde con obstinación, Madeleine sale de la habitación resignada.

Blake se encuentra en su habitación preparándose para ir al clan Takura y poder hablar con Ker. Le debe algunas explicaciones y conociéndola, sabe se comportara de manera obstinada negándose a participar a alguna cosa y permaneciendo en donde se encuentra para protegerse, «No conoce a nadie por lo que debe encontrarse encerrada en la habitación que le asignaron es demasiado desconfiada y no saldrá del lugar provocando la ira de Demian Takura.» piensa sin poder evitar sentirse divertido al imaginar la situación.

–Joven Ellerbee–lo llaman tocando la puerta de su habitación.

–Adelante–responde con calma.

–Disculpe la molestia, señor, pero hemos recibido un mensaje del clan Takura, hay un problema con la señorita Takura.

–Gracias, yo me encargo–indica sonriendo al percatarse de que tenía razón, usando la teletransportación llega hasta el clan Takura.

– ¿Qué sucede?–interroga con rapidez al ver a Madeleine.

–La señorita se niega a bajar a desayunar si no habla con usted primero–explica Madeleine preocupada.

– ¿Qué hay del señor Takura?

–Se encuentra sumamente molesto por el comportamiento de la señorita, me ha enviado a decirle que si no baja enseguida la hará bajar por las malas.

–Eso no funcionara con Ker–replica con una sonrisa–. Ella es un espíritu libre, no te preocupes más, infórmale al señor Takura que me encuentro aquí, que no se preocupe y se relaje porque a Ker no le gusta que le hablen feo y tiene un carácter muy fuerte.

–Eso haré, señor–replica obedeciendo a Blake.

Madeleine se aleja en dirección al comedor mientras el joven avanza por las escaleras para llegar a la habitación de Ker. Llega a la puerta y se dispone a llamar cuando esta se abre dejándole ver a la joven vestida de manera deportiva con su cabello negro atado en una coleta mientras su flequillo cae de manera graciosa sobre su lindo rostro, « ¿Así que se encuentra lista para entrenar?» se cuestiona sonriendo.
Ker mira sorprendida al joven en la puerta, con la luz perfecta por fin consigue observarlo con todo el detalle del mundo. Apreciando el cabello negro azabache y lacio que cae de manera graciosa sobre su frente que es lo suficientemente largo para cubrir sus ojos y suficientemente corto para permitir apreciar el color azul electrizante que caracteriza sus intensos y brillantes ojos, además de las largas y negras pestañas que los adornan. La sonrisa del joven capta la atención de Ker y con ella, los perfectos labios de color rojo completamente definidos, «Jamás en mi vida había apreciado a un ser más perfecto.» piensa observando el cuerpo atlético del joven y la manera tan adecuada que tiene de vestir.

– ¿A dónde ibas? ¿Te decidiste a bajar y desayunar?– pregunta con tono inquisitivo sacando a la joven de su trance–. Me han hecho levantarme muy temprano, ¿Sabes? No imaginas como detesto hacerlo pero me dijeron que una señorita se comportaba de manera caprichosa y su deseo era verme, aquí estoy, ¿Qué es lo que necesitas?

– ¿Quieres una lista?–cuestiona con una sonrisa inocente mientras Blake sonríe y la mira cruzándose de brazos–. Para empezar, necesito saber tu nombre, créeme que es de vida o muerte, además, necesito volver a mi casa y recuperar todas mis cosas, necesito mi teléfono, necesito también una cita con mi psicóloga porque tengo graves trastornos que debo tratar y si continúo de esta manera jamás terminaré de decirte todo lo que necesito, me debes una explicación y espero que sea muy convincente de otra manera me iré de este lugar, que era lo que pretendía hacer en el preciso instante en el que has aparecido frente a mi puerta.

–Para empezar, escapar de este lugar es prácticamente imposible, será mejor que no lo intentes, te dije que mi nombre lo conocerías en su momento, soy Blake y por el momento no necesitas saber más de mí, en cuanto a lo ocurrido hoy, no es correcto ese comportamiento que has tenido, te dije que puedes confiar en todos aquí, no te preocupes, todo lo que ves en esta habitación, es tuyo, no necesitas absolutamente nada de lo que antes tenias y por tu bien será mejor que aceptes tu nueva realidad, no volverás jamás a ese lugar.

–Tú fuiste quien me rescató en aquella ocasión, ¿Cierto?– cuestiona recordando aquel día en el que aquel joven misterioso la llevó sana y salva a su hogar.

–Eso es lo de menos ahora, lo importante es que no puedes salir de este lugar.

– ¿Por qué?, ¿Soy una prisionera acaso? Necesito mi teléfono, mi ropa, todo.




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