Blaker: El despertar de la princesa

Un consejo

Ker despierta por los golpes en la puerta de su habitación, desea continuar durmiendo pero en ese lugar es imposible dormir hasta tarde. Está convencida que desean que se presente a su entrenamiento, « Son unos explotadores y yo que siempre fui una joven intelectual, no deportista.» piensa ignorando los golpes esperando que comprendan la indirecta y se marchen.

–Ker, despierta–indica Madeleine en el exterior, el caos de la noche anterior ha ocasionado la ira de Demian Takura que desea que el horario se cumpla al pie de la letra.

–Tan solo cinco minutos más, por favor.

–No es posible, Ker, tu entrenamiento te espera–replica Madeleine ingresando en la habitación.

– ¿Qué hora es?

–Las siete de la mañana, ¿Por qué regresaron tan tarde ayer? Tu padre estaba furioso, cuando el joven Ellerbee le anuncio que estabas en tu habitación sana y salva el señor Takura le reclamo, le dijo que quien diablos se creía para llevarte por tanto tiempo, el joven Ellerbee tiene un pésimo humor, no tolera que le cuestionen, por lo que terminaron discutiendo, tu padre lo corrió y el joven Ellerbee se marcho muy molesto–relata la joven mientras abre las cortinas para que la luz del día ingrese.

– ¡¿Qué?! ¡¿Cómo se atreve?! ¡¿Dónde se encuentra ese hombre?!–cuestiona la joven fuera de sí poniéndose de pie de inmediato.

–Escúchame, Ker, lo mejor será que hables con él en otro momento, se encuentra realmente molesto.

– ¡¿Dónde?!– insiste sin ocultar la ira que la invade, Madeleine nunca antes había visto a Ker de esa manera, algunos de los objetos en la habitación se elevan y caen al piso rompiéndose.

–Tranquila, Ker– pide Madeleine consternada, «No debí decir nada pero siempre debo hablar de más con ella.» se regaña preocupada–. Se encuentra en su despacho.

La joven sale de la habitación rápidamente y baja las escaleras encaminándose de inmediato a la oficina de Demian, durante su trayecto varios objetos caen y se rompen. El descontrol en el interior de la joven ha ocasionado que sus habilidades se muestren con una mayor intensidad y Ker aun no las controla a ese nivel, la joven intenta relajarse; sin embargo, no lo consigue. Al llegar al despacho, ingresa sin anunciarse.

– ¿Por qué entras de esta manera a mi despacho, Ker? No estoy de un buen ánimo, ve a entrenar.

–Siempre queriendo controlar todo–comenta la joven con tono grosero y lleno de  molestia.

–Deja ese tono, Ker, y retírate.

– ¿Y si no lo hago, qué harás? ¿Me echaras de este lugar como has hecho con Blake? Hazlo porque con gusto me marcho de aquí.

–Ya comprendo, ¿Es por eso que te encuentras molesta?

– Sí, te advierto que si él no se encuentra a mi lado, me iré de este lugar, ahora mismo.

–Deja esos caprichos, vete a entrenar.

– ¡¿Acaso no he sido clara?!– cuestiona la joven elevando el tono de su voz, al tiempo que los ojos de la joven cambian de color por un tono purpura más obscuro y sus manos se convierten en puños haciendo caer varias cosas del despacho.

–Relájate, puedes causar un accidente–indica con tono tranquilo al ver a qué punto está llegando la ira de la joven–. Estaba molesto y por ello actué de la manera en la que lo hice pero puedes estar tranquila, hablaré con él y me disculparé por tratarlo de esa forma, ¿Feliz?

Al terminar de hablar, Ker aun se encuentra furiosa, respira de manera profunda para relajarse pero le resulta imposible por lo que se encamina al simulador para poder entrenar esperando que eso lo relaje. Blake se encuentra en la sala del la fortaleza Ellerbee en compañía de Zar. El joven de ojos color esmeralda se presentó en cuanto despertó y le dieron un inusual mensaje por parte de su mejor amigo, Blake lo envió muy temprano por lo que la demora en el arribo de Zar le ocasiono un ataque de ansiedad.

–Dime, amigo, ¿Qué es lo que te tiene de esta manera?–cuestiona Zar al ver a Blake tan alterado.

–Es una idiotez que hice, necesito un consejo y únicamente puedo confiar en ti, amigo.

–Te escucho, Blake, sabes que aquí estoy para ti siempre que me necesites–indica llevando la taza de café a sus labios.

–Me acosté con Skylar–suelta de manera sorpresiva provocando que Zar se atragante con el café que bebía.

– ¡¿Qué dijiste?! ¡¿Qué hiciste qué?!–interroga sorprendido una vez que ha logrado tranquilizarse.

–Lo que escuchaste, no sé qué hacer, no quiero perder a Ker.

–Considero que lo mejor será que lo conozca de tus propios labios, no podrás ocultarlo para siempre, debes decírselo, Blake, si se entera por otros se sentirá peor y no sabes cómo reaccionara, al menos si lo sabe por ti, estarás con ella en ese momento, podrás explicarlo y conseguir su perdón, siempre dijiste que Ker era una joven muy comprensiva.

–Pero no quiero lastimarla, su sufrimiento es el mío, no soy capaz de resistir ver una sola lágrima rodar por sus mejillas menos aun seré capaz de ser el causante de su dolor, Skylar dijo que no dirá nada.

–También dijo que hará lo que sea para evitar que te cases con Ker, podría usarlo en tu contra, yo te entiendo, Blake, pero la única solución posible es que tú le confieses todo a Ker antes de que Skylar lo use para hacerle daño, ambos la conocemos y sabemos que es capaz de eso y más.

–De acuerdo pero me tomaré algún tiempo para buscar la manera de decírselo sin hacerle tanto daño.

–Hazlo lo antes posible, amigo, será lo mejor–indica Zar con seriedad.

Si algo distingue a Zar es ser un gran estratega, siempre un paso delante de todos, su gran sabiduría y madurez ayuda a Blake a encontrar el equilibrio y siempre consigue aconsejarlo de la mejor manera para ayudarlo a salir de cualquier enredo en el que se involucre.

–Lo sé, gracias por venir.

Zar y Blake continúan hablando en la sala hasta que es tarde y Zar debe marcharse para atender sus pendientes. Blake sube a su habitación, «Debo hacer lo que Zar me ha aconsejado pero necesito encontrar el valor suficiente para mirar a Ker a los ojos, ser sincero con ella y enfrentar su reacción. » se dice tratando de controlar esa inquietud que se ha apoderado de su interior. Ker sale del simulador cuando ya es bastante tarde pero relajarse le ha costado demasiado, al salir se encuentra con Madeleine que la observa llena de sorpresa.




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