Blanco y Negro es Igual a Rojo

1. La bruja de las Nieves

Octava vez que el profesor de álgebra me envía a la biblioteca esta semana. Se supone que ese viejo pelón debería tener sus propios libros, pero constantemente me envía a pedirlos prestados a la biblioteca de la escuela con mi carné. Después de una agotadora clase de educación física, lo que menos quiero es tener que atravesar la escuela de extremo a extremo por un pesado libro de álgebra y tampoco quiero ver la clase más aburrida e incomprensible de todo mi horario, pero aquí estoy, con la suerte infinita de poseer el horario peor organizado de todos los cursos de esta escuela.

 

Para empeorar mi día, la encargada de la biblioteca no está. Supongo la señora García fue al baño y me paro frente a la recepción a esperarla.

—Buenos días Eilean ¿Puedo ayudarle?

Esa mirada fría, inexpresiva, como quien carece de emociones. Uniforme impecable, calificaciones superiores y comportamiento intachable; envidiada, admirada e incluso respetada en toda la escuela. Sus movimientos, siempre los mismos, tan predecible que creo saber todo de ella. Sin embargo, nadie la conoce realmente. La solitaria y silenciosa Aspen Smirnov Diaz. Una bonita combinación genética, no lo puedo negar. Esa piel nívea, su cabello tan negro, lacio, el flequillo, su mandíbula y mentón bien marcados, partes que a menudo me quedaba admirando... claro había otros objetivos, pero con esos era más discreto. En resumen, está en mi Top diez de belleza por estudiar en esta escuela.

—¡Hola Smirnov! —saludo alegremente—. El maestro John me envió por un libro de álgebra, es este.

Le paso un pequeño papelito, que el profesor escribió para que yo no olvidara el título que me pidió. Ella lo toma tranquilamente, lo lee, simultáneamente asiente y se va a los estantes.

Solo un minuto pudo haber pasado y Aspen ya trae el grueso libro en las manos. Me entrega el libro, exige mi carné, llena unos formatos y me despacha.

Por fuera acendrada,
Por dentro tinieblas.

La fundadora de Saint Paul School, esta escuela, es la abuela de Aspen. Eso quizá explica porque esa chica es el modelo de perfección para todos aquí, lo era para mí también, hasta hace dos semanas. Ahora me intriga saber lo que pasa por su cabeza, debido a que no es la chica aristócrata y bien portada que yo pensaba.

—Christopher —una chica linda solicitando mis servicios, me esperaba en el pasillo.

Me giro a la izquierda y sonrío amablemente. Así es como todo el mundo me conoce, el chico extrovertido, amable y sonriente, aún no me explico cómo es que no tengo novia, coquetean conmigo pero ninguna parece querer algo más estable.

Ella me sonríe tan dulcemente. Se llama Catalina Leguizamo, es la capitana del equipo de volleyball de la escuela con tan solo dieciséis años. Su piel canela es... irresistible. Para resumir, salimos el verano pasado y de vez en cuando nos reunimos para recordar los viejos tiempos. Cabe mencionar que es conocida como la hermanita perdida de Jessica Alba, chica sexy y deportista innata.

—Esta noche vamos a celebrar en la casa de Mateo, podemos ir juntos —insinua acariciando mi pecho, esa manera tan poco sutil de pedir un raid—. Es la quinta victoria del equipo este año y merece que saquemos la casa por la ventana.

«Sacar la casa por la ventana» la expresión más temida por mí madre, pero una de mis favoritas. Siento que sonrío con malicia. Bien, hoy habrá licor gratis para mí.

Iba a confirmar mi asistencia cuando me sorprendió con sus labios sobre los míos.

—Eilean. El maestro Ramírez está esperando ese libro para la clase —me reprende esa voz de superioridad tras de mí, sinónimo de Aspen.

Estúpida, interrumpió el beso.

—Ya que vas a la misma clase, por qué no lo llevás y me excusás —me burlo haciendo reír a Catalina.

Debo aclarar por qué Aspen me cae mal, con esa prepotencia ostentosa. Siempre siendo tan perfecta y humillando a todo el que no siga las reglas de la institución. Es linda y bastante lista, pero alardear eso delante de las otras chicas no es justo ¡Es cruel! Las he visto llorar en mi hombro por su culpa, y eso no es lindo, aunque, me gusta que busquen consuelo en mí. Por esa razón solo la miro y nunca he tratado de salir con ella. Mi mejor amigo Luis, trató de llamar su atención y al final tuvo que rendirse, porque Aspen es como La bruja de las Nieves, fría y sin buenos sentimientos.

—Lo llevaré —acepta. Y mientras yo celebro mentalmente y le paso el libro, ella me aniquila como el jefe de videojuego que suele ser- aunque no te libraré de la sanción.

«Game over» Lo peor es que nunca sonríe con maldad, como una persona de este planeta lo hace ¡No! Ella con expresión serena agarra el libro y se va.

En este momento me olvido por completo de la presencia de Catalina.

—¡Aspen! —corro tras ella dejándome humillar— devolvéme el libro, yo lo voy a entregar.

—De igual manera vas a perder esta materia, Eilean —dice tan tranquila— mañana tendremos examen de álgebra y tu cerebro no podrá soportarlo.



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En el texto hay: novela juvenil, amor prohibido, primer amor

Editado: 18.01.2019

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