Gangster Vol. 1
Capítulo 2: Conociendo al enemigo
Siento como alguien me mueve los hombros suavemente intentando despertarme, abro los ojos algo desorientada encontrándome con la cara de preocupación de Connor. Y se muy bien a lo que se debe ese rostro tan expresivo de él, anoche estuvo todo el tiempo tratando de hacerme cambiar de opinión, pero la verdad es que estaba muy lejos de hacerlo. Ya había tomado mi decisión.
Iría por la cabeza de Alexander y terminare siendo tan millonaria que no me dará el tiempo para contar mi fortuna.
¿Pero será tan literal, el llamarlo la ciudad del pecado?
¿Qué tanto se podría pecar en este lugar?
El avión hizo su aterrizaje y unas limosinas nos esperaban, Héctor se subió en una de ellas y nos hizo señal a Connor y yo nos fuéramos en las otras dos. ¿Pero por que no subirnos todos en una? Pero ninguno dijo nada, sabíamos que nos montaríamos juntos. Jamás nos separaríamos, Connor y yo nos acercamos a una de las limosina entre primero, pero cuando Connor quiso hacer lo mismo, el chofer le bloqueo el paso.
Parecía tan liberador.
Pero tan aterrador a la vez que me gusto ver esa faceta en las personas.
Finalmente llegamos a la mansión y joder esto no podía ser real, la casa era tan hermosa lujosa digna de la realeza. Tanto Connor como yo nos bajamos del auto, boca abiertos intentando aceptar que lo que vemos es realmente real.
Observamos como un mayordomo se nos acerco con unas bebidas de bienvenida junto a una nota para Connor, este le tomo emocionado y me halo para que la viera.
No llegare hasta mañana, tengo asunto que hacer, así que sal y disfruta de la noche junto a tu amiga, pero no se desvelen que mañana tenemos mucho que hacer.
Tengan cuidado, la ciudad del pecado, tiene fama de siempre mostrarnos lo mas que deseamos. No se desvelen, y a ti Connor te amo y gracias por aceptar ser parte de mi vida.
Posdata: Váyanse en vehículos diferentes, es por su seguridad.
H.
- El realmente te ama C – murmuro muerta de amor viendo la nota.
- Lo sé Jazz y sabes que también lo amo – responde Connor sonriendo. – Bueno nena, ya vez lo que dice aquí a cambiarse que vamos a salir – dice Connor, asiento y ambos corremos hacia la entrada de la casa, para así mismo entrar y quedarnos igual que como estábamos hace unos segundos. Las lámparas, junto a los cuadros y los muebles y la luz que había en la mansión hacían el lugar totalmente hermoso. Esta estaba pintada totalmente de blanco, pero los adornos son azules marinos haciendo el lugar un tanto masculino y a la vez moderno y clásico.