Capítulo 8: ¿Viviendo con el enemigo?
Gangster Vol.1
Capítulo 8: ¿Viviendo con el enemigo?
La pasión es una obsesión positiva. La obsesión es una pasión negativa.
- Paul Carvel
- Muy bien Jazmín has conseguido justamente lo que queremos – dijo Héctor observándome con aquella sonrisa perturbarte en su rostro. Y como no, si el mismo Alexander Al Capone me ha invitado a vivir en su mansión a lo que le resuelvo sus problemas económicos. Por lo que ahora me encontraba buscando mis cosas personales, como mi computadora, mi celular y mis documentos. Alexander me prohibió salir de la casa con alguna maleta "disque por cuestión de seguridad". Así que el me comprara todo nuevo y la verdad es que no me importaba.
¿A quién no le gusta que lo consientan?
- ¿De verdad te vas Jazz? – murmuro Connor con sus ojos llenos de lágrimas y lo entiendo jamás nos habíamos separados y el hacerlo ahora me duele demasiado. Pero tengo que hacerlo.
- Puedes visitarme cuando quieras, mi cama estará esperándote – vacilé riéndome, sintiendo como las lágrimas caían por mi rostro. Rápidamente él corrió hacia mis brazos dándome un abrazo fuerte. No quería despegarme de él. – I love you boo – murmuro – siempre juntos Jazz.
*^*
Aquí me encuentro con unos pantalones chándal rojo con una chaqueta que dejaba a la vista mis pechos en una camisilla de tiras del mismo color de mi pantalón y unas convers sucias en frente de la mansión Al Capone. No me malentienda mi vestimenta, pero vamos que él dijo que tenía que venir con algo cómodo puesto que "íbamos a trabajar mucho" Y aquello de trabajar mucho me estaba carcomiendo la mente. ¿De qué iba a trabajar aquí si lo mío eran los números, las cuentas y el negocio? Me amarro mi cabello rizado dejando varios flecos en mi cara y decido caminar hacia el timbre. Toco y mientras espero coloco mis manos en mi mochila apretándola para así descargar parte de mis nervios. Abren la puerta y veo a un señor de bastante de edad, tiene los ojos azules y por cómo anda vestido afirmo que es el mayordomo de la mansión.
- Adelante señorita, el señor Al capone la está esperando en su despacho – informo abriendo la puerta completamente para que yo pasara.
Camino hacia el despecho y al estar en frente de la puerta toco tres veces escuchando un perfecto adelante de los labios de mi perdición. Abro la puerta y paso encontrándome con aquellos ojos que se han vuelto mi obsesión. Es que lo decía y reafirmaba mi locura esto que comenzaba a sentir por Alexander no era sano.
«Jazmín tienes que controlarte»
- Hola – respondí seca esquivando su mirada colocándola en los cientos de libros que habían regados por todo el despacho. Eran demasiados, y el verlos en el suelo, no me estaba dando un buen presentimiento.
- Como ya observaras, todos estos libros son de mis propiedades, negocios. Prácticamente son de toda la fortuna que he hecho a lo largo de los años, la mitad son de los que hicieron mi abuelo y luego mi padre – dijo dejándome muda. Viendo la cantidad de libros que hay aquí Alexander tiene una fortuna de miles de millones.
¿Y aun así quiere más?
- Dios mío – murmure. – Debemos renegociar, no puedo revisarte una vida de negocios de forma gratuita.
- Lo sé, así que por cada libro que arregles te pagaré $20,000 – dijo tranquilamente.
- Trato hecho – respondí.
- Bueno, eso es todo, Paolo te mostrara tu habitación tengo que hacer un viaje nos vemos en dos semanas señorita Jazmín – dijo dándome un beso en la mano, probándome esos mismos escalofríos de placer con su simple tacto, para así mismo dejarme sola en el despacho.
- Y tú haciéndote historias de los dos solos en esta gran mansión – murmure riéndome de mi misma.