Con ese comentario, Juno se puso a gritar a todo el mundo como una loca.
Daba ordenes de aquí para allá obligando a los soldados a moverse. Buscó a Acfred y a Uriel con la mirada y cuando los encontró les obligó a revisar a toda la gente de la base para comprobar que ninguno de ellos tuviera ningún síntoma parecido.
En un momento de descanso de sus gritos se giró hacia mí.
- Ve a buscarla a la habitación y ponla en cuarentena.
- Estas segura?
- Me has oído cadete?!
- Joder si claro ya voy - dije medio tartamudeando. Cuando se enfadaba o tenia que repetir las cosas dos veces se ponía como una loca.
Corriendo como is me fuera la vida en ello, que literalmente me iba la vida en ello) llegué a la habitación de los niños donde Anya estaba recostada en su cama con su madre cambiándole los trapos.
- Margarett lo siento, pero por ordenes de la jefa tengo que llevármela a la sala de cuarentena.
- Qué? No! Tan solo es una niña indefensa que no sabe lo que le está ocurriendo - dijo horrorizada y con los ojos desorbitados.
- Ya lo sé, y sabes que si fuera por mí no lo haría pero las normas son las normas.
Muy a su pesar, se apartó de su hija mientras me ponía los guantes y la mascarilla y me dejó cogerla en brazos para llevarla a la otra sala más vigilada.
Al salir, vi a su madre y a su padre llorando abrazados y sin poder soportarlo me fui corriendo hacia la sala principal.
- Julianne te buscan - me comentó un compañero mientras yo recorría los pasillos.
- A mí ?- pregunté extrañada. Había cumplido las ordenes de la jefa, pensé extrañada.
Al oír quien me buscaba apreté el paso y entré de golpe a la sala de mandos haciendo que todos se giraran a mirarme.
- Se puede saber qué está pasando y porqué has dado la voz de alarma?- cuestionó el Sargento Connor con una mirada dura y los puños apretados encima de la mesa.- Estamos en una guerra constante, y un error puede echar a perder todo lo que hemos hecho y lo que hemos conseguido.
- El antibiótico que le di a Anya no funciona. Está peor. Creo que es una neumonia bacteriana y es extremadamente contagiosa.
- Eres la doctora, no puedes hacer nada?- contesta con chulería el Sargento Connor.
- Connor no te pases.- responde Juno con la voz tensa.
- No tengo antibióticos necesarios para tratar lo que tiene Anya. Hay que salir a por provisiones.
- Ya saqueamos todos los rincones dentro del rango establecido para tu estúpida investigación. - Contestó con rabia mal contenida.
Desde que había empezado a mejorar con la puntería y la lucha dentro de la base, el Sargento me había empezado a coger manía, y más por el hecho de que parecía que la jefa me tenia predilección, ya que según ella me parecía a su hija.
- Entonces tendremos que sobrepasar nuestro radio de acción. Ser más atrevidos - respondí empezando a cabrearme. Acostumbraba a ser tranquila hasta que aparecía algún capullo con complejo de superioridad que era experto en tocar los ovarios a la gente, especialmente a mí.
- Yo era estudiante de medicina en la Universidad de Tromsø, justo a tres horas de aquí - expliqué acercándome al mapa de la pared donde habíamos marcado nuestra área de acción.- El material médico estaba guardado en una cámara acorazada. Conozco el código.
- No. Está muy lejos.
- Ya sé qué está lejos. Pero el riesgo merece la pena. Tendríamos suficientes medicamentos para salvar a Anya y prevenir la extensión de la enfermedad.
- O podemos mantenerla aislada.
- Mantenerla aislada no es la solución - respondí con incredulidad hacia su poco cerebro.- Su enfermedad se extenderá por toda la base. Muchos de nosotros moriremos. No tenemos alternativa.- respondí ya exasperada.
Estuvimos por lo menos cinco minutos sin que nadie de la sala abriera la boca para decidir nada y cuando pensé que se negaría, me respondió.
- De acuerdo. Te armaré un grupo de cinco hombres y dos mujeres para que os vayáis mañana al amanecer y volveréis antes de que caiga la noche. Nada de turismo ni distracciones. Ha quedado claro?
Miré a la jefa para saber su confirmación pero ella no me estaba mirando. Muy a mi pesar, el Sargento Connor era quien llevaba las expediciones y salidas de la base, por lo que la Jefa ya podía quejarse, que no le iban a hacer caso.
Estuvimos durante toda la tarde preparando los dos jeeps que íbamos a llevar a la expedición.
A ultimo momento antes de irnos a dormir, me senté en mi litera para preparar mi bolsa de expedición con las armas y los utensilios necesarios.
- Qué pasa Juls?
Me giré de golpe con la mano en mi collar cogiendo el dije.
- Uriel, que tal'
- Yo perfecto ya lo sabes. Y tú? No tienes buen aspecto. Me ha parecido valiente y un poco estúpido que te hayas enfrentado Connor para salvar a Anya.
- Sabes que se lo debo. Su padre me salvó a mi de morir cuando me encontrasteis. Le debo la vida, así que voy a hacer todo lo posible para intentar salvar a la pequeña.
- Me parece bien. Pero no hace falta que pongas tu vida al límite solo por eso. Tomatelo con calma.- Me dio un beso en la frente y se fue a su litera para prepararse para mañana.