Capitulo 3: Malos recuerdos

***

3 años antes...

Me dolía todo. Intenté moverme encima de la superficie dura donde me encontraba pero no podía con mi alma.

Con un gran esfuerzo intentando recordar algo abrí los ojos.

En ese momento no sabía ni donde me encontraba, ni que hacía allí ni como había llegado y en que circunstancias.

- Veo que ya estas despierta. Como te encuentras?

- Donde estoy? Que ha pasado?

La chica vestida de enfermera me miraba como si tratara con una loca.

- No te acuerdas de nada?

Supongo que mi cara de circunstancias e incertidumbre debió contestar a su pregunta ya que con un "ahora vengo" se fue de la habitación volviendo a dejarme sola.

* Lo siguiente que sentí fue un tremendo golpe de mi cabeza contra la acera y como todo me daba vueltas. Oí ruidos de metal arrastrándose y unos gritos.

Cuando pude abrir los ojos parecía que habían pasado años, pero no, el chico me estaba cogiendo la cabeza y apretando mi nuca mientras aún estábamos en el suelo.

- Eh eh mirame! Morena escuchame y no te duermas. La que has liado con tu testarudez!

Supongo que mi aspecto debía ser nefasto y parecía que me estaba muriendo ya que el chico no paraba de gritar.

- Me llamo Brais, me oyes? Mi nombre es Brais! *

Volví a la realidad cuando la puerta se volvió a abrir y entró la misma enfermera con un hombre ya entrado en los años.

- Buenos días Julianne. Soy el doctor Sandoval y estoy a cargo de tus cuidados, como te encuentras?

- Confundida- dije con la voz un tanto rasposa y con la boca pastosa.

Miré a mi alrededor para darme cuenta de que no conocía este lugar ni a las personas que me estaban atendiendo.

- Donde estoy?- vovlí a preguntar al ver que no estaba obteniendo ninguna nueva información.

- Tranquila, estas en la base militar del Norte de Noruega. Te encontramos tirada en el suelo desangrándote y a punto de morir y como estabas viva y no tenias mordiscos que pudieran contagiarnos el virus te trajimos hasta aquí.

- Estaba sola?- pregunté acordándome del chico de pelo largo y su moto.

- Si - contestó confundido.- Solo había un casco a tu lado y estabas medio escondida entre unas ramas. Tu cabeza había dejado de sangrar, pero el golpe era feo.

No estaba loca, alguien me había salvado de que me mordieran. Había abandonado a mi padre. Él estaba muerto y yo no recordaba el chico de la Harley.

- Había alguien más contigo?- me preguntó Sandoval con curiosidad.

- No. Estaba sola- Dije no muy segura para mi capacidad para mentir.

***

Me desperté de mi ensoñación mientras oía los disparos fuera de la base. Aún estaba sentada delante de la habitación de cuarentena de Anya y salí corriendo hacia la sala principal, donde todos militares estaban preparados delante de la puerta principal con sus armas apuntando al frente mientras todos los civiles corrían por los pasadizos para esconderse por precaución.

Sin saber que hacer y a sabiendas de que al ser de noche las cámaras de seguridad no captarían anda esperamos impacientes a que el ruido cesara.

- Todo bien? - me pregunto Juno al verme salir del pasadizo sacándome los guantes.

- Si. Anya ha mejorado y posiblemente con una dosis más ya esté como nueva.

- Equipo en posición- bramó Connor cuando dejamos de oír los disparos.

En ese momento oímos como todas las armas eran cargadas y los chicos nos empujaban hacia atrás para cubrir las posibles escapatorias por si conseguían entrar.

- Abridnos la puerta, somos de los buenos- oímos que un hombre con la voz grabe hablaba por un parlante.- solo queremos negociar.

- Negociar qué? Habéis entrado en nuestra propiedad así que tendríamos que abrir la puerta y mataros a todos.

- Por qué habría que hacer algo como esto? Os acabamos de salvar de una muerte de hambre. Los podridos llaman a más podridos y toda la base hubiera terminado rodeada de esos seres.

La tensión se palpaba en el ambiente con la posibilidad de que la podíamos cortar con un cuchillo.

- Esto no se trata de el bando bueno y el bando malo. Nos habéis ayudado por qué necesitáis ayuda y esta excusa os ha parecido sensata- gritó Acfred empezando a enfadarse.

- No hombre no tranquilos. Hemos visto a la chica morena poner una clave en la cámara acorazada de la Universidad y llevamos siguiéndoos des de entonces. Eso que habéis robado no pertenece, igual que el lugar donde estamos os pertenece. No te parece que merecemos un buen trato?