なんくるないさ - Bnha

戦闘訓練

Yui suspiró por enésima vez en esa mañana. No estaba disgustada con U.A., no podía quejarse de algo que sabía era obvio, pero estaba aburrida de que la rutina matutina, incluso en la academia de las más altas expectativas, fuera tan idéntica a la de la secundaria. Remarcó repetidas veces la respuesta a la pregunta que Present Mic acababa de hacer, aunque estaba demasiado fastidiada como para contestar ella. Para su agrado, a campanilla que anunciaba el descanso sonó en ése momento.

Aunque fuera U.A., Yui seguía aprovechándose de su poder para salir primera de la clase y así evitar que la interceptaran. Hasta ése momento, había logrado exitosamente no establecer amistad o una conversación extensa con nadie y así esperaba seguir lo más posible. Internamente, se agradecía de que sus compañeros de clase respetaran su decisión de estar sola.

Bueno, la mayor parte del tiempo.

— Te encontré, Hayashi-san –dijo su compañera de cuernos y tez rosada, frenando frente a ella tan repentinamente que cayó al suelo.

— Ashido-san... -murmuró la pelirosa, tendiéndole la mano para ayudarle a incorporarse. La chica de tez rosada la aceptó y, tras ella, la de poderes de rana y la de cuerpo invisible apareció.

— Hayashi-san ¿quieres ir a comer hoy con nosotras? –le preguntó la chica transparente, agitando una botella con una bebida de sabor que traía en la mano.

— Definitivamente hoy descubriré tu súperpoder, Hayashi –dijo la chica del ácido, con una sonrisa de oreja a oreja- así que nos vemos en la clase.

— Lo siento, tengo que ir a la oficina del director –se disculpó la de ojos rosa, pausando el tiempo para poder caminar tranquilamente hasta allí. Dio continuación al tiempo una vez estuvo ante la puerta.

Yui llamó y, tras no escuchar respuesta, pidió permiso para pasar, entrando. No había nadie, pero se sentó obediente en una silla frente al escritorio del roedor que regía la institución. La oficina era exactamente como o sería la de cualquier otro director, bien iluminada, ordenada y con todo en aparente disposición. Yui se levantó de su lugar para acercarse a la ventana. Hacía poco habían empezado las clases, pero mucha gente ya se reunía en pequeños grupos para pasar el rato y contarse con emoción lo grandioso que era pertenecer a la academia de héroes, aunque aún no hubiesen hecho nada realmente destacable.

— Su procedencia de una escuela diferente a los demás no es ninguna excusa para no hacer amigos –dijo la aguda voz del director. Yui se avergonzó de no haber notado su llegada- perdone la espera ¿en qué puedo ayudarte, Hayashi-shojo?

La pelirosa extendió una hoja al director.

— Me preguntaba si lo aceptaron –dijo ella con un peligroso brillo en los ojos.

El director suspiró. Bajó de su escritorio y sacó una maleta gris con dos grandes ceros amarillos en las caras laterales.

— Fue validado. Adentro vienen sus restricciones.

La chica se inclinó en una reverencia de agradecimiento y salió con calma. Tras ella, un hombre escuálido y de traje amarillo entró en la oficina, encontrando al director en el lugar donde antes estaba la chica.

— Uso de armas ¿eh? –suspiró el roedor, cerrando los ojos y acariciando la cicatriz que surcaba uno de ellos.

— Director Nezu... -llamó el Símbolo de Paz en su forma no heroica. Sabía que su superior había dicho algo, aunque no estaba seguro del qué.

— ¿Sabes, All Might? Ingresaste en un año muy interesante...

— ¿Sabes, All Might? Ingresaste en un año muy interesante

"La planeación del curso de héroes de U.A.: clases regulares requeridas, como inglés por las mañanas o teoría sobre ser un héroe o los poderes, precedidas por distintos héroes que fungen como maestros en la academia. Durante el descanso viene el almuerzo, en la cafetería, donde se puede comprar comida gourmet a precios razonables. Es preparada por Lunch Rush, el héroe de la cocina y finalmente en la tarde el entrenamiento básico de héroe..."

Yui vagó por los jardines hasta que fue hora de volver a clase. Porque ése día...

— Estoy... ¡entrando por la puerta como una persona normal!

El héroe número uno de Japón, el ícono nacional, el Símbolo de Paz, entró en la clase 1-A marchando con su lustro traje de héroe que había predispuesto especialmente para esa clase. Los jóvenes aspirantes no pudieron evitar emocionarse; ante ellos estaba la leyenda, el ídolo que movía a tantos por intentar quedar dentro de los números que aceptaba la institución. Estaba allí, tal y como los rumores habían dicho.

— Bien, clase. Enseñaré el Entrenamiento Básico de Héroe: es un curso donde entrenarán de distintas formas lo básico para ser un héroe. Tomarán el mayor número de créditos para este curso.

Qué redundante.

— En marcha. Esto es lo que haremos hoy...




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