¿bojorquez?

Capítulo 2: Daniel Bojorquez.

*-Mi nombre es Daniel Bojórquez estudió aquí desde primer grado en el grupo a, tengo 17 años y espero llevarme bien con mis nuevos compañeros del grupo c.

-Muy bien joven Daniel, prefiere ser llamado por su nombre o su apellido.

-Daniel está bien aunque tampoco me molesta mi apellido pero prefiero ser llamado Daniel.

-De acuerdo Toma asiento, siguiente por favor. *

-Bojórques....Daniel
Bojórquez. -susurre su hombre mientras me perdía en ese pensamiento de recuerdo.

Recién inicio la primera clase y en cada una de ellas hicieron que nos presentáramos uno por uno.

Me recosté en mi cama observando las luces de mi techo siempre me gustó tener decoración en mi habitación, Pero eso no fue ningún impedimento para que su nombre siguiera en mi cabeza.

No logro entender por qué sigue en mi cabeza su apariencia es tan ordinaria, tan común, era bastante tímido y nada atractivo a mi parecer.

No puedo negar que lo considero lindo pero no atractivo pues hay una gran diferencia entre considerar un hombre lindo y guapo.

Pero Dani era más como....lindo.

Sin embargo, a mí me gustaba más llamarlo Bojorquez, por su apellido, aunque a él le gustará más ser llamado por su nombre.

Daniel.

Subí el rostro y sus ojos tan bonitos....

Espera... qué m***** acabo de decir.

Dios mío Milen, no.

Me levanté tan rápido como pude para observarme en el espejo que se encontraba junto a mi cama.

-enfócate en ti milen estudia y nada más.

Solía hacerlo cada vez que me sentía enamorada de alguien pues sabía cómo iba a terminar todo y no, no era algo que yo quisiera la verdad.

Y también cuando me daban bajones emocionales, era un pequeño truco que me había enseñado mi psicóloga personal.

Mi madre, sí, mi madre era mi psicóloga y ama de nuestro hogar.

Pero ese no era el punto el punto era que ese maldito truco tenía que funcionar pues tenía una función y no la estaba cumpliendo.

*
Las clases continuaban consecutivamente, proyectos, tareas, exámenes y muchas más cosas.

Aquel truco del espejo funcionó también que deje de repetirlo pues ya estaba muy bien grabado en mi memoria.

Aunque para ser sincera no sé si funcionó para bien o para mal, pues ahora tengo un pequeño problema más.

No sé si merezca que lo llame problema o no.

Yo no lo considero como un problema mientras esos sentimientos no vuelvan a aparecer en mí, todo bien.

-Milen, crees que más tarde me puedas pasar la foto que acabas de tomarle a la tarea escrita en la pizarra, por favor.

-Claro Dani, más tarde te la mando. -Respondí.

-Gracias Milen.

-Sí, por nada.

Sí, nos hicimos amigos al mes de haber ingresado a clases.

Bueno....yo así lo consideraba, mi amigo.

Aunque para ser sincera no sé qué clase de amigos éramos debido a que solo nos hablábamos cuando nos necesitábamos el uno al otro pero nada más, de esos amigos comunes creo que no teníamos nada.

Digo, es que los amigos comunes suelen hablarse todos los días pero Dani solo me hablaba cuando ocupaba alguna tarea y yo también la verdad, pues a veces faltabamos y uno tenía que apoyar al otro.

No sé si eso era bueno o malo o considerarlo una amistad agradable pero a mí me gustaba la amistad que teníamos.

O al menos la que estábamos intentando, pues la verdad nunca le pregunté si él me llegó a considerar su amiga pero yo a él sí.

Hacemos proyectos juntos los exámenes y a veces nos lo pasábamos, digamos que era algo tranquilo y aunque yo deje de sentir cosas por él, eso no quiere decir que se hayan esfumado como tal.

Yo ya no sentía nada por él o al menos eso creía.

Y es que era tan lindo, súper delicado de su rostro fino, la forma en la que caminaba, se paraba, ay Dios, ya no sé si lo estoy viendo como un amigo otra vez....

-Otra vez observando a quién no debes Milen. -Su voz casi un susurro.

Mi amigo Santi, era gay y aunque nunca me lo dijo abiertamente yo lo sospechaba, hasta que comenzaba a contarme de chicos que conocía y le gustaban.

Comenzó a tomarme confianza cuando se dio cuenta que nunca lo juzgue porque aunque no me lo dijera, ya lo sabía.

Sin embargo, era su vida y cada quien tiene derecho a amar a quien se le venga en gana.

-Qué... -Respondí desprevenida.

-Sí que está bueno el profesor de inglés de primer grado. -Sonriendo en un hilo.

Yo estaba desconcertada pues yo no estaba viendo al profesor de inglés.

Aunque eso me hizo dejar de ver a Santi quien se acomodaba para sentarse a mi lado en la baca del patio y voltear a buscar al profesor.

Y ahí estaba, justo delante de los baños de los profesores.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.