Borja

Capítulo 8 - Esqueletos y Rarezas-

Luego de un fin de semana pesado para Stef y solitario para Borja, el lunes llegó. Ambos se presentaron a trabajar, era la primera vez que estaban juntos desde que se había solucionado el mal entendido. Borja estaba ansioso por mostrarle a ella como estaba el programa, solo necesitaba su aprobación para darlo por terminado. Era un logaritmo complejo creado para proteger una propiedad de gran extensión, con un sinfín de funciones que ni el FBI conocía y estaba orgulloso de el. Era su pequeño bebé, su primer trabajo con el cual sería conocido a nivel mundial, abriéndole un lugar en el mundo de la informática y seguridad de alta gama.
 


A pesar de que todo estaba bien, entre los dos había una aura oscura que rodeaba a Stef. Borja se dió cuenta de ello al entrar a la oficina que compartían. La última vez que se vieron Stef llevaba unas gafas de sol y ese era el caso otra vez. Era una clara señal de que no ha dormido bien en los últimos días.

A pesar de que no era su asunto, a Borja le preocupaba. Era algo innato en él, preocuparse por las personas sin que estas se lo pidieran. Simplemente una manía que había tomado después de haber vivido un infierno. Bien dicen que hasta que no lo vives no eres capaz de comprender el dolor que se experimenta.

Con cautela se acercó a su lugar de trabajo dejando su maletín en la silla. Y aún de pie, no sabía si acercarse a ella o dejarla en paz... se decidió por la primera. Avanzó hasta el lugar de Stef, la cual estaba metida en la computadora, ni siquiera se había percatado de su presencia. Le tocó el hombro para llamar su atención, funcionó ya que de inmediato apartó la vista de la computadora y separó un poco su silla del escritorio. Stef al ver de quién se trataba le regaló una pequeña sonrisa que mas bien parecía una mala mueca. Él le regresó una sonrisa sincera, mientras le preguntaba:

—¿Cómo has estado, Stef?

—He tenido mejores momentos la verdad —respondió ella mientras se recostaba en el respaldo de la silla.

—No has estado durmiendo, ¿Verdad?

—¿Por qué lo dices? —preguntó a la defensiva.

—Porque traes gafas de sol en la oficina. La última vez que te ví, también las traías, lo cuál me indica que estas intentando ocultar tú cansancio tras unos vidrios oscuros.

—Muy observador, Loson —sonrió a medias, sí él supiera que no había pegado un ojo en días... ¿Pero quién puede dormir cuándo una de las persona que más amas en la vida está en una cama de hospital? Ella por supuesto qué no.

—Lo soy Livinson, la pregunta aquí es: ¿Por qué no estás durmiendo bien?

—Cosas que pasan Borja.

—Sabes que para qué una persona deje de dormir muchas cosas deben de estarle pasando y puedo deducir que ninguna de esas cosas es buena.

—La oscuridad siempre llega cuando menos lo esperas —dijo ella perdida en sus pensamientos. 

—Créeme que soy fiel testigo de eso.

—¿En serio? —cuestionó ella interesada mientras se levantaba y caminaba hacia la cafetera, necesitaba cafeína urgentemente para funcionar más o menos bien—. ¿Un café? —le preguntó.

—No, gracias, por ahora paso del café —respondió el chico—. Pero respondiendo a tu primera pregunta, todos tenemos esqueletos en el armario Stef, nadie se libra de ellos por muy feliz que sea.

—Bueno, en eso tienes razón. Por mucha luz que exista en una habitación, siempre un poco de oscuridad se colará.

—Interesante forma de verlo.

—Creo —terminó de hacer su taza de café y se dió la vuelta para tener a Borja de frente. Estaba tan cansada para regresar a su silla que decidió recostarse en la encimera y disfrutar de su droga favorita, la cafeína. 

—Lo es Stef, tú forma de ver los problemas es muy filosófica, eres muy profunda —dijo medio en broma.

—Pues fíjate que soy sobrina lejana de Platón, así que eso ya lo traigo en la sangre —respondió sarcástica.

—Muy graciosa, aunque te burles de lo que digo, eres más que una cerebrito de logaritmos.

—Soy mucho más que eso Borja.

—Ya me dí cuenta —se creó un breve silencio—. ¿Puedo hacerte una pregunta personal?

—Sí, mas no te aseguro responderla —a Stef los años la habían vuelto muy desconfiada cuando se trataba de su vida privada.

—Bueno, mi pregunta es la siguiente, ¿Qué pasó para qué estuvieras tan alterada el día que te llevé al hospital? —Stef cerró los ojos con fuerza, respirando profundo. Mucho se había tardado Borja en preguntar sobre ese día, pero aún no estaba dispuesta a compartir algo tan privado y qué no solo la involucraba a ella.

—Lo siento, pero eso no lo responderé. 

—Está bien —Borja notó su cambio de actitud, sus paredes se habían vuelto a levantar, tensando sus músculos en el camino—. Siento haber preguntado.

—No hay problema, es normal que sientas curiosidad.

—Más que curiosidad, es el hecho de qué estoy preocupado por ti —eso sin duda alguna sorprendió a Stef, ¿Cómo era posible que en tan poco tiempo él se preocupara por lo que le pasaba? Sin duda alguna era raro, pero raro en el buen sentido.

—Gracias por preocuparte, aunque no deberías.

—Eres mi amiga, ¿No? —si ella le decía que no, quedaría como un idiota de primera.

—Lo soy. Agradezco tu preocupación, pero estoy bien —era lindo que alguien más que Zacarías se preocupara por ella.

—Pues como tu amigo te digo que no voy a dejar de hacerlo, no hasta que dejes de usar esas gafas —volvió a sonreír, esta vez con una sonrisa completa. En ese momento se percató de que con Borja era tan fácil sonreír y sentirse bien, eso le gustó.

—Eres un espécimen en extinción, amigo mío —eso hizo que él se sonrojara un poco.

—No es para tanto —respondió tímido.

—Lo es, eres una buena persona Borja —Stef dejó su taza a la par de la cafetera. Se acercó peligrosamente a él. Lo cuál puso muy nervioso a Borja, contuvo la respiración mientras Stef le daba un pequeño beso en la mejilla. Al sentir el pequeño toque de sus labios sobre su piel, se le hizo un nudo en la boca del estómago—. Por eso nunca cambies —susurró Stef mientas se alejaba de él. Solo en ese momento Borja pudo volver a respirar. Era la primera vez que tenían contacto físico de ese tipo y no sabía qué hacer o cómo comportarse.



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En el texto hay: depresion, amor, ansiedad

Editado: 12.06.2020

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