Stef se encontraba sentada en una de las bancas del gran Central Park. Antes de recibir el mensaje de Borja no estaba con ánimos de salir del hospital y dejar a Sofia pero milagrosamente a pareció su padre para animarla aceptar la invitación de su amigo, aun con la seguridad de que Zacarías cuidaría de la pequeña esta indecisa de abandonar el centro médico. Pero su hija la convenció de que saliera a tomar aire y que de paso se consiguiera un novio. Stef no entendía por qué la insistencia de Sofi, una insistencia que había comenzado meses atrás. Ella estaba muy bien estando sola, pero por lo visto para su hija no lo estaba.
No sabía si quedarse o regresar al hospital por que la llamada que recibió de Vanesa la desconcertó mucho, ¿Cómo era posible que Borja se enfermara en tampoco tiempo?, no comprendía, todo eso le parecía muy extraño. Primero porque su amigo no respondió a sus mensajes y segundo porque justamente la hermana de este le llamara para avisarle que él no asistiría al paseo que desde un principio había sido idea de suya, todo era extraño. Y aunque no lo admitiría en voz alta le había hecho ilusión conocer un poco más a Borja y descubrir que era lo que escondía, porque de algo estaba segura, tanto él como ella tenían esqueletos aguardados en sus respectivos armarios. Y ella quería descubrir los de su amigo. Muchos podían decir que era una entrometida pero Stef desde que era una niña siempre fue muy curiosa sobre todo con las personas y si alguien le interesaba como Borja era muy difícil que dejara de buscar respuesta a todas sus preguntas.
Resignada a que el paseo que el paseo no se llevaría a cabo decidió caminar ella sola, tal vez eso le ayudaría a despejar la mente, tanto de su hija como de Borja, sonrió al recordar que sin importarle salir herido él la había defendido del energúmeno de Robert, sin duda alguna ese chico era único. Si tan solo él hubiera llegado años atrás ella no estaría tan dañada, porque si un hombre como Borja formara parte de su pasado Stef no tendría que haber vivido lo que le toco. Al menos eso pensaba ella, era difícil cambiar el pasado y más si este te dejaba heridas tan profundas que el tiempo en lugar de ayudar a su cicatrización solo las hacía más grandes y más dolorosas. Stef sacudió la cabeza tratando de apartar de su mente esos recuerdos tan oscuros. Decidida a recorrer parte del parque paso por varios de los jardines de los cuales se componía Central Park, durante su caminata disfruto del viento que jugaba con su cabello y del sol que le brindaba un poco de calidez. Estaba metida en un estado de paz y relajación del cual no disfrutaba desde hace semanas. Pero como todo lo bueno no duro ya que su móvil comenzó a sonar con una melodía que ella conocía a la perfección y que por lo mismo rechazo al instante, pero como otras tantas veces el teléfono no dejo de sonar, sabía que si ella no contestaba él tarado que estaba al otro lado de la línea se comunicaría con su padre y eso no podía ser. Así que con fastidio acepto la llamada.