Borja

Capítulo 19 - Simplemente Perdón-

Zacarías y Sofia hacían pequeño recorrido por los pasillos del área de cardiología ya que la pequeña estaba harta de estar en su habitación y utilizo todos sus encantos para que su doctor le permitiera dar un pequeño paseo.

Aun con todos los cables conectados a su cuerpo Sofi era feliz de dar pequeños pasos y ver todo aquello que se encontraba fuera de su habitación.

Zacarías por su parte no podía borrar su sonrisa al ver a su nieta observar todo con curiosidad y entusiasmo, sin duda alguna el optimismo que poseía la niña era herencia de Scarlet, porque de Stef lo duda mucho, por desgracia su hija era todo menos optimista, se atrevía decir que era una de las personas más pesimistas que había conocido.

Luego de varios minutos de caminata en los cuales Sofia agoto la poca energía que poseía, ambos tomaron la decisión de que era momento de regresar.

Resigna de volver estar en cama la pequeña cerró los ojos mientras se recostaba. Zacarías sabía que no podía sobre pasar los límites de la niña pero él notaba lo frustrada que se encontraba a pesar de que siempre le regalara una sonrisa.

  • Tengo sueño Abu.
  • Descansa Sofi.
  • Pero no quiero.
  • Pero lo necesitas.
  • Solo me la paso durmiendo- respondió la niña con pesar.
  • Porque tu cuerpo necesita recuperarse.
  • ¿Crees que pronto podremos regresar a casa?- él guardo silencio durante un momento, no quería mentirle a su nieta pero tampoco quería deprimirla así que debía encontrar como decirle la verdad sin lastimarla.
  • Bueno, veras.
  • ¿Sí?
  • Deberán operar para solucionar el problema de tu corazoncito y luego podremos regresar a casa.
  • Oh, ¿Y estaré bien?
  • Lo estarás princesa.
  • Genial- respondió ella con una sonrisa- si eso me ayuda hacer una niña normal y poder jugar con mis amigos sin miedo entonces quiero esa operación que arreglara a mi corazón mal hecho-Zacarías estaba sorprendido con la naturalidad con la que su nieta tomo la noticia, sobre todo después de que Stef y él se pusieron casi histéricos el día que el doctor les comento lo que debían hacer para solucionar el defecto en una de las válvulas del corazón de la pequeña.
  • Eres muy valiente mi vida. 
  • Como mi mami.
  • Como tu mami, sin duda alguna.
  • ¿Algún día conoceré a mi papi?- el hombre se sorprendió por el cambio de tema- se que jamás le he preguntado a mi mami por él por que se que le duele pero me gustaría que me hablaran un poco de cómo era- Zac apretó los puños sin saber cómo responder, por lo visto era el día de no saber cómo responderle a su nieta. Mientras tanto Sofia jugaba con la sabana que la cubría sin levantar la mirada. Estaba nerviosa pero quería saber, ella quería un papi como el que tenían sus amigas.
  • Yo….- por primera vez el gran Stanfort estaba sin palabras, no era un tema que él debería tocar, al menos no sin la autorización de su hija y por más que quisiera darle un poco de información sobre el bastardo que contribuyo a su creación él no sabía nada, Stef jamás hablo sobre el padre de Sofia y siempre que intentaba tocar el tema su querida hijas se cerraba de tal forma que no había forma de hacerla hablar- él…- estaba por responder cuando la puerta de la habitación se abrió dando paso a un gran oso de peluche lo cual desconcertó a Zacarías pero al ver quien sostenía una sonrisa apareció en su rostro.
  • ¿En esta habitación esta una princesita muy bella a la cual amo mucho?
  • Tío Eros- grito Sofia desde su cama, olvidando por completo la pregunta que momentos atrás había formulado, lo cual hizo respirar  con más tranquilidad a Zacarías.
  • El mimos princesa- respondió el hombre que se adentraba en la habitación- ¿Me extrañaste pequeña?
  • Siempre tío. ¿Ese oso es para mí?- pregunto la niña mientras sonreía y señalaba al oso panda que aun se encontraba en las manos del hombre.
  • Pues claro, ¿A caso ves a otra princesa en esta habitación?
  • No- respondió ella sonrojándose un poco. Ese era el efecto que tenia Eros Cavalcanti en todas las mujeres, no importaba la edad, siempre todas las chicas caían en sus encantos.
  •   Ahora te daré un beso y abrazo muy, pero muy fuerte y te entregare este pequeño que está deseando recibir todo cariño- dijo moviendo al oso en sus manos.
  • No tan fuerte tito o estas cosas se pueden soltar- hablo la niña señalando los cables conectados a su pecho. Eso hizo que Eros se tensara y que su corazón se estrujara.
  • Entonces lo hare con cuidado y así todo estará bien.
  • Muy bien- si esperar mas el hombre se acerco a la niña, dejo el peliche a los pies de la cama  y la abrazo con cuidado pero demostrándole todo el amor que sentía hacia ella- te extrañe tito.
  • Y yo a ti Princesa- el dejo de abrazarla para poder darle un beso en la frente y entregarle el regalo que había llevado para la pequeña.
  • ¿Por qué no habías venido a verme?- pregunto Sofia con inocencia, mientras abrazaba a su nuevo amigo. Eso  provoco que todos los músculos de Eros se tensar y que el enojo que se había calmado al ver a su pequeña regresara con más fuerza- mami dijo que tenias cosas que hacer y que eran muy importantes, pero yo te extrañaba mucho.
  • Eso ya no importa ahora estoy aquí- Zacarías podía notar la furia que Eros estaba conteniendo y la cual explotaría al ver a Stef-  ¿Te gusto?
  • Me encanto Tito. ¿Sabes cómo se llamara?
  • ¿Cómo?- pregunto encantado con la vivacidad de la niña que aun estando en un hospital no perdía la alegría y mucho menos la sonrisa que podía derretir a cualquiera.
  • Esponjociito.
  • Un gran nombre.
  • Lo sé- respondió Sofia. Y Eros simplemente le sonrió.
  • Hola- saludo Zacarías llamado la atención del chico.
  • Hola muchacho. ¿Todo bien?
  • Todo lo bien que se puede estar cuando te ocultan algo tan importante- respondió él casi gruñéndole.
  • Tito no hagas eso, te pareces al perrito de Paty cuando está enojado- dijo Sofia mientras abrazaba a su nuevo oso. Eso sin duda alguna le saco una pequeña sonrisa.
  • Estoy de acuerdo con eso, no gruñas Eros- el aludido puso los ojos en blanco.
  • No es que este muy contento contigo Zacarías.
  • A mí no me metas en eso.
  • ¿Por qué estas enojado con Abu?- pregunto la pequeña con curiosidad- Abu es muy bueno- Zacarías sonrió mientras le giñaba un ojo a su nieta la cual rio con diversión.
  • Mi querida nieta me ama.
  • De eso no hay duda, pero tú y yo tenemos que hablar.
  • Claro..
  • Hablo en serio.
  • Y yo- respondió Zacarías- pero sabes con quien debes hablar de forma civilizada.
  • De ella no quiero ni la hora en este momento.
  • Eros…
  • Ahora no Zacarías.
  • Deben hablar.
  • Lo sé, pero en este momento solo quiero concentrarme en mi pequeña princesa.
  • Está bien.



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En el texto hay: depresion, amor, ansiedad

Editado: 12.06.2020

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