Boss || 1#

Chapter 4

~ UN TIEMPO DESPUÉS ~
 


No sabía como pero Nicolás había conseguido mi numero de teléfono italiano y había estado insistiendo por un par de días que finalmente aceptara a ir con el a bailar. Luego de un par de intentos acepté, pues creía que me merecía ese tiempo para mi. Solo que luego me enteré que se habían añadido dos personas más la salida. 

 

¡Si, Santino se había unido al plan! Iríamos a un club junto a la hermana de ellos, que tenía más o menos mi edad, se veía inocente pero por palabras de Nicolás, era toda una loca, la desgracia de la familia. Según el.
 

—Sei una bella bellezza [Eres toda una belleza]—Era sábado y ahí estaba yo, con ropa que pensé que no volvería a usar, frente de mi edificio con Nicolás tomando mi mano mientras nos dirigíamos hacia el auto de Santino. Donde podía ver a su hermana en el asiento de atrás.
 

—¡Ciao! Piacere di conoscerti, Nico non ha smesso di parlare di te. Sono Elettra [¡Hola! Encantada de conocerte, Nico no ha dejado de hablar de ti. Soy Elettra.]—Vaya nombre.
 

—Elettra, háblale en español, Sofía es de México y creo que se sentirá mejor si le hablas en español.
 

La joven me miró con esos ojos azules muy abiertos. Era delgada y parecía menor pero tenía mi edad. No lo creía.
 

—Lo siento, mis hermanos han viajado más que yo y manejan mejor el idioma... —Dijo la muchacha con ese acento muy marcado. Sus hermanos parecían tener un español muy pulido.
 

—Descuida —Dije con una sonrisa—. Buenas noches señor Rinaldi. ¿Cómo se encuentra?
 

—Muy bien Sofía —Me miró por el retrovisor. Aún por ese espejo, sentía que su mirada quemaba.
 

—Vaya formalidad... Estamos por ir a emborracharnos y lo estás llamando "Señor Rinaldi"... Annoiato, mia cara [Aburrido, querida] —Bufó la chica haciéndome reír.
 

Una vez llegamos al lugar, pensé que sería igual a los que yo visitaba en México. Pero no, era como un bar pero tenía una pista para quienes quisieran bailar. Que lindo. La música no atormentaba y parecía que no estaban bailando... Pues ya saben, Reggaeton.
 

—Santino, ¿A donde nos has traído...? Era una noche de baile y alcohol, no tango y vino.
 

Elettra parecía notablemente decepcionada pero a mí no me molestaba. Nico nos guio hasta una mesa redonda con un sillón a su alrededor.
 

—Pidan lo que quieras. Cuando Santino le de sueño, iremos a una discoteca —Podía ver la cara de incomodidad de mi jefe. Odiaba esos lugares y yo lo sabía. El se mantenía en silencio y eso me agradó en cierto punto. No pelearían allí.
 

Pasaron un par de hora y Elettra había convencido al DJ que pudiera música más animada, las personas que estaban en el lugar, estaban borrachos y animamos por la loca niña.
 

—Bailemos... —Me dijo Nico regresando del baño. Habíamos pedido una botella de ron y Santino decidió no beber.
 

Podía escuchar perfectamente a Dua Lipa. Amaba esa canción como nada. Comencé a mover mis caderas al ritmo de Don't Stark Now, me sentía viva luego de un par de meses.
 

Cantaba la canción animadamente. Sentía una mirada sobre mi, de esas que te desnudan.
 

Era Santino. Había estado mirándome de forma diferente, al menos diferente de la que me echaba desde que llegamos.
 

—¡Don't Start Now! —Canté llevando mi mano hasta mi caballo. Nicolás me tomó de las caderas y tal era el alcohol en mis venas, pero al sentir su respiración sobre mi cuello, no me aparté. Estaba mirando fijamente a Santino y deseando que fuera que me tocara así.
 

<<Estás loca>>
 

—Vamos a tomar unos shots... —Propuso la menor de los Rinaldi's tomándome de las manos y arrastrándome a la mesa. Está vez, me hizo sentarme al lado de Santino, quien se veía más calmado—. ¡Cameriere! ¡Cameriere! —Llamó la atención de unos de los meseros—. Portaci una serie di scatti della tua migliore tequila [Tráenos una ronda de shots de tu mejor tequila]
 

<<¡¡Esto se va a descontrolar!!>>
 

Pensé y no pude evitar reírme. Que pensamiento más tonto.
 

—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó Santino muy cerca de mi. Tan cerca que podía sentir su respiración golpear contra mi piel. Por Dios, no me mires de esa forma.
 

—Algo que pensé.
 

—Bailas bien, pero... ¿Qué más sabes bailar? —Preguntó interesado.
 

—De todo. Mi sueño frustrado fue ser bailarina profesional, estuve una academia de arte la mayoría de mi vida, pero tuve que dejarlo para comenzar a trabajar. Faltaba dinero en casa. —Era triste. Pero también había dejado la escuela por mi ex. No le gustaba que bailaría con nadie y para nadie. Era un celoso.
 

—Eso es triste. Pero puedes volver a hacerlo, puedo darte más tiempo para ti si lo prefieres.
 

—No, amo mi trabajo y sigo bailando, solo que se que jamás lo haré de forma profesional.
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.