Chapter 5

~ LUNES ~
 

Jamás había muerto de la vergüenza tanto como ahora. Había llegado al trabajo a tiempo pero ver a Santino luego de lo qué pasó el sábado, moría de la vergüenza. ¿Me regañaría?
 

Llegue a mi escritorio y, sobre el, había un vaso de café. ¿Era para mi? En él estaba mi nombre junto a una nota.
 

No olvido nada 
 

Voy a ser despedida.
 

~ FLASHBACK ~
 

Luego de ese excitante baile, ambos regresamos a la mesa, yo comencé a beber de los shots que me pasaba Elettra y, aunque era mexicana, no estaba muy acostumbrada a beber tequila de esa forma.
 

—Deberíamos irnos ya —Propuso Santino al ver cómo su hermana corría al baño para vomitar.
 

—Concuerdo contigo... —Dijo Nicolás levantándose para pagar la cuenta. Yo estaba aún al lado de mi jefe, todo me daba vueltas y también quería vomitar. Pero me resistía bastante bien.
 

—¿Estás bien? —Me susurró Santino al oído. Pude sentir como mis piernas me temblaban al escuchar de esa forma.
 

<<¡No, no estoy bien! Te quiero en mi cama>>
 

Lo miré y asentí con una pequeña sonrisa. Una vez todos estábamos listos para regresar a nuestras casas. Elettra quería que la llevaran a casa de una vez.
 

—¡Está bien Elettra! Los llevaré a ustedes primero. —Está vez yo me encontraba en el asiento de copiloto. Nicolás estaba tratando de su hermana no vomitara el auto de su hermano mayor—. Ahora cállate y duérmete.
 

Estaba enojado.
 

El viaje fue rápido. Ya daban las 3 de la mañana y las calles estaban vacías. Así que con un poco de velocidad, llegamos a una zona residencial bastante bonita.
 

—Ciao bella —Elettra se despidió de mí tambaleándose. Me había bajado del auto para ayudar a Nicolás con su hermanita.
 

—La colocaré en su cama y les acompañaré para llevarte a tu casa —Me negué.
 

—Ve a dormir. Santino me llevara, no ha bebido y seguramente quiere regresar a su casa ahora... —Dije dándole un pequeño beso en su mejilla—. La pase bien, nos vemos.
 

Como pude regresé al auto. Cuando la puerta principal se cerro y no vimos más a los borrachos. Santino arrancó y se dirigió a mi casa.
 

Me sentía nerviosa. Había algo en mi diferente esa noche, me había vuelto loca hablar con mi jefe de esa forma. Pero yo siempre había soñado hablar con alguien de la forma que lo había hecho con Santino.
 

—¿Puedo poner música? —Quedaban unos 20 minutos de viaje hasta mi casa.
 

El solo me miró por el rabillo del ojo para asentir.
 

No tarde en conectar mi celular al Bluetooth para colocar música. La primera de ellas fue Girlfriend de Avril Lavigne. No pude evitar comenzar a cantar en voz alta la canción.
 

—¡Hey, hey, hey! ¡You, you, you! ¡I can be your Girlfriend! —Canté mirándole. Santino sonrió y me miró fijamente.
 

—¿Puedes ser mi novia? —Preguntó.
 

¿Disculpa?
 

Quedé helada cuando lo escuche decirme eso. ¿Estaba demasiado borracha para escuchar bien?
 

—¿Qué? —Casi me ahogo con mis palabras.
 

—Es lo que dice la canción, ¿No? —La sangre regreso a mi rostro pero esta vez con algo de vergüenza entre medio. ¡Estúpida!
 

—Ahhh... —Dije—.
 

Santino volvió a sonreír. Una vez terminó la canción, vi por mi ventana un McDonalds. Mi estómago rugió, tenía hambre. Me hartaría de comida una vez llegue a la casa. No podría atreverme a pedirle comida a Santino.
 

—¿Qué pasó?

Me di cuenta que seguía mirando hacia atrás. Babeando por unas papas fritas y un helado.
 

—Nada... Necesito un café y dormir.
 

—Ya casi llegamos a tu casa, ¿Tienes café en casa?
 

—Claro, no podría vivir sin café.
 

—¿Te gusta tanto así?
 

—Pues si, todas las mañanas suelo beberme una buena taza de café. Es algo que me ayuda a seguir con mi día bien. —Sentía que mi lengua se enredaba pero sé que hablé con coherencia. Creo.
 

—Excelente.
 

Fue lo último que dijo hasta que llegamos hasta mi edificio. Había olvidado que Santino era un caballero, me abrió la puerta y me acompañó hasta la puerta de mi departamento.