Boss || 1#

Chapter 7

~ DÍA SIGUIENTE ~

 

No sé cómo me había despertado está mañana, me sentía realmente tonta y hasta torpe.

 

Realmente creí que podría llegar a tener algo con mi jefe. Pero que ingenua, había caído en la trampa, seguramente lo hacía con todas sus asistente, las enamoraba para llevárselas a la cama y luego las despedía. Era un idiota si creía que eso pasaría conmigo.

 

Una vez estuve lista para irme al trabajo, note que tenía arcadas, ¿Había comido la noche anterior? Con todo lo que estaba en mi cabeza no lo recordaba, quería trabajar y mantener mi cabeza ocupada.

 

—Vamos Sofía, solo olvídalo y estará todo bien.

 

Eso fue lo último que me dije para salir de mi departamento. Y en realidad era lo único que logre decirme hasta que a la oficina, en mi escritorio estaba otro café.

 

¿Qué se creía?

 

Espero tengan un lindo día.

SR.

 

¿Lo hacía con todas? Si, seguramente.

 

Buenos días Sofía—Santino tenía una sonrisa y ese hermoso traje que me volvía loca—. ¿Durmió bien?

 

Buenos días señor Rinaldi —No le permitiría que me hablara de esa forma—, si, dormí bien. ¿Usted?

 

<<¿Dormiste bien tu esposa? ¡Basura! >>

 

Si, he dormido bien —Su sonrisa se comenzó a borrar poco a poco. Sintió mi indiferencia–, ¿Todo está bien?

 

No.

 

—Si. ¿Por qué no habría que estarlo? —Junté mis manos, aunque moría por estar en sus brazos otra vez, solo había sido un par de besos que nos dimos, estaría bien.

 

—Pues... —Calló—. Olvídelo.

 

Después de eso, el regresó a su oficina. Sabía que estaba confundido o enojado, lo notaba en su rostro, pero de que le servía eso. Me mintió o, más bien, me ocultó la verdad. Está casado y con un hijo. ¿Qué le pasa?

 

Debía olvidar eso. Era lo mejor.

 

~ TRES MESES DESPUÉS ~

 

Comencé a darme cuenta que poco a poco había estado bajando de peso, me saltaba comidas pero sabía que no eras gran cosa, solo algunos almuerzos y las cenas, no era para tanto, además teníamos mucho trabajo, en unos días Santino debía viajar a Londres, aún estaba pensando si debía acompañarle o no. Los últimos meses habían sido raros para ambos, ya no éramos tan cercanos como antes, su hermano no estaba y por eso no volvimos a salir juntos.

 

—Señorita Ronan, necesito esos informes ahora —Llevaba horas queriendo concentrarme en ese trabajo que tenía terminar pero no lo lograba gracias al dolor de cabeza que tenía.

 

—Enseguida.

 

Tragué saliva en seco. Dios ¿Qué me sucede? ¿La distancia con Santino me había hecho enfermar? Sonreí ante ese pensamiento tonto.

 

—¿Mi hermano te tiene así? —La voz de Elettra solo me hizo dar un respingón. ¿Qué estaba haciendo ahí?

 

—Señori...

 

—Que si se te ocurra llamarme señorita Rinaldi —Me vi interrumpida por su voz otra vez—, Elettra, mi nombre es Elettra, apréndetelo.

 

—Elettra, ¿Necesita que llame a tu hermano? —No quería hablar con nadie en ese momento.

 

—No, vengo por ti. Así que levántate y vamos a comer algo.

 

—Elettra tengo que trabajar, no puedo ir a comer... —Miré la hora, mi hora del almuerzo había comenzado hace 20 minutos, pero aún así, yo no tenía hambre. Seguramente estaba enferma de algo. Esto jamás me había sucedido.

 

—Sofia, tienes que comer, te veo pálida y se nota que haz perdido peso. Demandaré a mi hermano por abuso laboral —Pensé que era broma pero con ese semblante serio, la veía capaz.

 

—En serio Elettra, tu hermano necesita este informe y sino lo tengo, me despide.

 

—¡Santino! ¡SANTINO! —La muchacha entro a la oficina de su hermano dando gritos, menos mal que el hombre estaba solo, sino, adiós trabajo. Corrí detrás de ella, con el humor que tenía Santino, mínimo un regaño me daba.

 

—Elettra Rinaldi, ¿Ma sei matta? [Elettra Rinaldi, ¿Estás loca?] —Colgó llamada que estaba haciendo luego de disculparse—, ¿Por que la dejaste entrar? —Me miró.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.