Brandwell

PRIMERA PARTE

LA VIDA ES CUESTION DE PERSPECTIVA

PROLOGO

 

Para cualquier persona normal, todo lo relacionado a la magia no es más que fantasías o efectos ópticos, momentos o situaciones en que el ojo es engañado para hacer creer que algo sumamente increíble está sucediendo.

Pero para mí nunca fue así.

Lastimosamente era una realidad, una que me atormentaba en la mayoría de ocasiones. No es fácil ser una bruja en pleno siglo XXI, no es sencillo contener dentro de ti tanta energía que, con el menor desequilibrio posible, salga a la luz sin poder frenarlo. Por ello mi vida ha estado llena de accidentes y problemas qué en su mayoría, gracias al cielo o a quien sea, han sido con miembros de mi familia, especialmente mi querido primo Joel. Mi «favorito».

Muchos pueden decir, «que genial seria tener esa clase de habilidades», o la típica, «mi vida sería mucho más fácil si pudiese tener poderes mágicos». De verdad, no saben lo que dicen.

¿Cuál es mi problema?

Vivo el 90% de mi existencia, desde que me enteré, totalmente confundida. Por un lado, las creencias humanas dicen que todas nuestras habilidades y energía provienen de un ser oscuro y maligno. Sí, ese que llaman Satanás. Por ende, se nos imagina como mujeres que andan con un gato negro, viajando en escobas o transformándose en animales, formando aquelarres a media noche para invocar o lanzar maldiciones a sus enemigos.

No, todo ello es falso. No invocamos ni hacemos ofrendas a nada, entonces, ¿Cuál es la verdad? No lo sé, nunca me han querido contestar esas preguntas. Pero si sé algo, somos buenas para fingir y no, por ser mujeres no quiere decir que sea nuestro «talento», superen eso.

Somos buenas para hacerle ver a los demás que somos una familia como todas; unos padres trabajadores, con dos hijos bien educados y estudiosos. Y he allí uno de mis problemas. Celebramos las festividades con el resto del mundo, como los cumpleaños, pascua, día de acción de gracias, entre otras, incluida obviamente, la navidad.

¿Se imaginan? Una bruja entrando a una iglesia, loco, ¿verdad? No tanto, he ido muchas veces y nada fuera de lo normal ha sucedido. Y si, puede que esto solo sea una completa estupidez provocada por toda esa información basura en mi cabeza. Pero vean el lado bueno… ¿Lo hay?

En fin, soy Lindsay Brandwell, tengo 16 años y estoy en la mejor parte de mi adolescencia según palabras de mí abuela materna.

Si tan solo supiese nuestra realidad.

 

 

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Hola mis queridos angelitos del señor... de las tinieblas.

Sé que esta historia puede que algunos la hayan leído, a ellos gracias, a los que no, ¿Qué esperan? jajaja mentiris (Leanla).

Resulta que la he rediseñado por completo, muchas cosas cambiaron y anexe más capítulos, es decir, lo volví a escribir.

Si antes era interesante y divertida, ahora está mucho mejor. Brandwell regresa con todas las energías del mundo, Besos!

Actualización, cada dos días.




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