Brandwell

13. CELEBRANDO HALLOWEEN

El día esperado llegó, el 31 de octubre cayó como una suave brisa de otoño, que se convertía en un tornado de cosas por hacer. Desde temprano estuve en la academia organizando y decorando con mis compañeros, nuestra tutora nos supervisaba y ayudaba con uno que otro detalle. A las 5 de la tarde ya todo estaba listo, por lo que decidí irme a mi casa para ducharme y alistarme para la fiesta. Para este año decidí disfrazarme de Harley Queen, atraída totalmente por la actriz que la interpretó en la película «Escuadrón Suicida».

Obviamente, el disfraz no incluía tacones, solo unas botas muy parecidas a las que el personaje usa y una falda al estilo tutú. Me di el retoque de maquillaje enloquecido, y mi loción favorita. En realidad, había puesto tanto empeño en esta fiesta que esperaba poder disfrutarla en todo su esplendor, un poco de distracción después de lágrimas derramadas innecesariamente no vendrían mal. Al llegar nos terminamos de organizar, cada quien obteniendo una tarea que hacer. A mí me había tocado recibir a todos los invitados al son de la banda sonora que habíamos contratado, dirigiéndolos a la zona de la foto para el álbum de fin de año.

Vi muchos disfraces espectaculares, la gente iba entrando y tomaban sus fotos la mayoría en parejas. Con eso me di cuenta de algo, todos habrían hecho parejas o citas para asistir, incluso muchos de mis compañeros a pesar de estar ocupados. Mi ánimo cayó al suelo por un momento, viendo que todos disfrutaban en compañía, menos yo.

—Lindo disfraz —una suave voz masculina me trajo de vuelta a mi trabajo— te vez hermosa.

Hasta el momento no había visto ningún disfraz de Harley Queen o el Joker, hasta que el mismísimo Brad Benson aparece en frente de mí, con su hermosa sonrisa ladeada y vestido como mi «pareja demente».

—¿Joker? ¿En serio? —no pude ocultar mi perplejidad, con una sonrisa nerviosa— ¿Sigues espiándome, acaso?

—Las casualidades de la vida, eso es todo —reía ampliamente divertido.

Mátenme por lo que voy a decir, pero… me encanta verlo reír así, con solo ese gesto mi ánimo volvió a subir esta vez hasta las nubes. Reaccioné justo cuando llegaba más gente, formando una pequeña fila.

—Puedes seguir el sendero del terror para llegar a la sala de baile, o puede desviarte un poco para tomarte la fotografía para el álbum de fin de año —le di un pequeño folleto donde habrían organizado el itinerario de la noche— las inscripciones a los concursos se cierran dentro de 2 horas.

—Tengo una mejor idea —quitó de mis manos los folletos para colocarlos en una mesa al lado, para luego tomarla con suavidad y guiarme a la zona de las fotos— el Joker quiere una foto con su Harley Queen.

Llegamos y nos posicionamos en frente de la cámara, donde Esteban se encargaba de dar sugerencias sobre posturas para la foto, obviamente teniendo en cuenta el disfraz.

—Bien, pueden hacer alguna mueca asesina o lo que sea —sugirió Esteban tratando de ocultar una risa— me avisan.

—Listo —dijo Brad mirándome fijamente.

Como si de una cámara lenta se tratase, hizo que girara a lo largo de su brazo para luego inclinarnos ambos tal cual hacen en las películas románticas, quedando nuestros rostros muy juntos. Su mirada era intensa, llena de algo que nunca había visto hasta ese momento y su sonrisa era increíble, a falta de más palabras para describirla.

¡Flash! Perdidos en la mirada del otro, el flash nos trajo de vuelta al presente donde, a regañadientes, nos acomodamos como dos personas normales.

—Nos vemos luego —susurró a mi oído y me dio un beso en la mejilla.

Lo vi alejarse con su caminar elegante, característico de él, cuando una sonora carcajada me despabiló.

—¿Tu de que te ríes? —indagué un poco sonrojada por lo que dejamos que viera.

—Nada, es solo que… —hizo una pausa respirando profundo— después de tantas discusiones y tanto odio entre ustedes, ¿Están así? ¿De verdad?

—¿Así como? —me crucé de brazos en fingida molestia.

—Así todo melositos y enamorados —decía mientras dramatizaba un beso entre él y sus brazos.

—¿Enamorado quién? Cállate y sigue trabajando más bien —le reñí— solo dices pendejadas.

Regresé a mi puesto, donde se aglomeraban un grupo de estudiantes que se reían disimuladamente tratando de mirar a otros lados menos a mí.

—Disculpen la demora, estaba… —sus risas nerviosas me indicaron que sabían que estaba haciendo, por lo que omití explicaciones— pueden seguir a la zona de fotos para el álbum o, ir directo a la fiesta.

Seguí repartiendo volantes hasta una hora más, cuando ya se habían agotado todos los folletos. Entré a la fiesta donde todos estaban divirtiéndose a lo grande, la playlist ya estaba en su mejor momento sonando una canción de Adele. Seguí inspeccionando cosas, pequeños detalles, arreglando algunas cosas por ahí, en fin, caminaba como loca nueva de un lado para otro.

—Deberías descansar un rato y divertirte —Brad apareció de la nada a mi lado— la fiesta es para todos, ¿No te parece?

Me ofreció un vaso con refresco, lo recibí gustosa y bebí hasta la última gota. Hasta ese momento no había reparado en mi propio estado, me dolían los pies, estaba sedienta y tenía mucha hambre. Estaba cansada y apenas iniciaba la noche.




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