Brilthor

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Las mañanas en Brilthor eran la cosa más bonita de esta ciudad, todas las casas tenían una vista perfecta desde su ventana el como el sol iba pintando el cielo y las nubes de colores cálidos hasta que finalmente alza la mañana, las personas en Brilthor son culturalmente madrugadoras, los negocios abren y las personas caminan hasta sus trabajos o toman el primer bus de la mañana, personalmente disfruto de ver el sol salir sobretodo porque tardo de diez a quince minutos en hacer que mi cerebro funcione por lo que disfruto de ver el sol salir a medida que voy estando consiente de donde estoy y que día es.

Tomar el desayuno siempre es algo opcional depende de las ganas de preparar algo o del tiempo disponible, tiempo que hoy tengo para matar hasta que sea una hora decente para aparecer fuera del juzgado, los sándwiches siempre son una buena opción de desayuno, no llevan mayor elaboración y están tan rápidos como tú puedas prepararlos combínalos con jugo y ya tienes un desayuno decente.

El reloj de la pared marca las diez de la mañana con bastante rapidez, en mi bolso, envuelto en unas cuantas servilletas y metido en una bolsa transparente estaba un nuevo sándwich al que me gustaba llamar “ofrenda de paz”, verifiqué que las ventanas estuviesen cerradas por la seguridad de Prada y salí a la calle, enciendo mis audífonos y me pongo en marcha al juzgado, camino sin prisas sabiendo que era probable que tuviese que esperar unos cuantos minutos afuera, las calles de Brilthor son bastante concurridas a las horas de la mañana y en la parte central lo es aún más, por eso decidí vivir en un punto medio, no en las afueras pero tampoco en el centro de la ciudad que es tan abarrotado que no podría vivir tan tranquila como aquí, las cafeterías me quedan cerca, la biblioteca que me gusta visitar unas dos o tres veces a la semana, a todas partes puedo llegar caminando, soy una persona sin automóvil así que esto es una ventaja, y con mis audífonos puestos a todo volumen no tengo necesidad de escuchar a la gente amargada o molesta y disfruto de la caminata.

Reduzco la velocidad al pasar frente a la jefatura, el jefe Moreno estaba dando una nueva entrevista a la prensa, vestido con su inmaculado traje, su gorra y su cabello al ras parecía más un muñeco de acción coleccionable, un muñeco arrogante que disfruta de la atención de los medios, pero por hoy ese no es mi problema, después lo molestaré con algo, camino un poco más hasta llegar al juzgado y justo como había previsto tuve que esperar sentada en las escaleras.

Mi hermano apareció al cabo de unos minutos vistiendo un traje oscuro ajustado a la forma de su cuerpo, alto y de constitución delgada, mi hermano era la definición de “policía buenote” o al menos era la opinión pública que parecía estar cegada por su apariencia masculina, yo solo seguía viendo al mismo adolecente hormonal de mi infancia que me mantenía muy lejos de su habitación por alguna razón, es decir, bien feo.

—¿Se puede saber qué estás haciendo ahora? —dijo, metió su mano dentro de su chaqueta y sacó una hoja perfectamente doblada, cosa que asumo era el permiso.

—Hago mi trabajo, ¿ya me lo puedes dar?

—A mamá le va a dar algo si se entera de que te estas metiendo en problemas otra vez

Era tan odioso cuando entraba en su faceta de hermano mayor, me irritaba.

—No estoy buscando problemas

—Entonces ¿se puede saber qué estás haciendo al visitar The Cove?

—Ya te lo dije, mi trabajo

—Esa no es una respuesta, dame una que sea aceptable y te daré el permiso

—¿Una respuesta aceptable? — dije, crucé mis brazos frente a mi pecho y lo miré con suficiencia — ¿qué te parece esta? Si no me das el estúpido papel, es posible que a los oídos de mamá le llegue la noticia de que a su niño de oro le gusta frecuentar a cierto twink pelirrojo de la calle once, y que tienen un apartamento juntos a las afueras y que por esa razón no dejas que te visite y tampoco le avisaste que te habías mudado de tu apartamento de soltero. — tenía más información que esa, mucha más, pero a esas alturas sabía que no era necesario seguir hablando, él captó la idea, sus labios se fruncieron y su rostro adquirió una expresión de molestia antes de extender el papel. Se lo quité de las manos sabiendo que había ganado, otra vez.

—Eres una molestia

—Solo estas molesto de que te gané otra vez, siempre has sido mal disimulado, hermano mayor

—No le digas a mamá

—Ya tengo lo que quiero así que no es necesario

—A todo esto, ¿Cómo te enteraste? — dijo, pasó sus manos por su rostro evidentemente estresado. — ni siquiera vives cerca de mi antiguo departamento ¿alguien te dijo?

—Lo descubrí sola—dije, con cuidado guardé el permiso en mi bolsillo y miré a mi hermano, parecía preocupado en cierta medida, pero también en sus ojos brillaba algo parecido al alivio — Tyler es un buen chico y está enamorado, él no se merece estar escondido solo por el hecho de que tú no tienes las bolas bien puestas

—Se lo diré pronto a mamá, ¿ok?

—Pues más te vale que sea pronto, necesito que para la cena del domingo Tyler y tu sean el centro de atención y no yo

—Mamá solo quiere lo mejor para ti

—Lo que quiere es manejar mi vida, lo ha intentado desde que me fui de casa— de mi bolso saqué la ofrenda de paz y mi hermano lo aceptó sin decir mucho




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