₊⊹ Capítulo 2 ⊹₊

Cuando llegué a la estación de trenes, no pude evitar que mi cuerpo se llenara de nervios, aunque había tomado mi decisión y no tenía pensado volver atrás, todavía sentía ese temor que hacía que mi pecho se hundiera al no saber qué me ocurriría con mi vida a partir de este día. Pero esos pensamientos fueron ahuyentados al oír a la señorita que vendía los boletos gritar "¿Quién sigue?" lo que me hizo salir de mis pensamientos, caminar hacia ella y finalmente comprar mi boleto.

— ¿A dónde se dirige? —me preguntó la señorita a lo que le respondí.

—A cualquier pueblo lejos de aquí.—Me miró con una cara extraña casi juzgándome con los ojos pero no dijo nada más, me entregó mi ticket indicando que el tren a Namhae saldría en 20 minutos, le agradecí y me fui a sentar al primer banco que me encontré. Mientras esperaba, miraba mi ticket con atención y pensaba en qué cosas me esperarían en ese nuevo lugar el cual sería mi hogar a partir de este día, el pensar en una vida totalmente diferente a la que había tenido hasta hace unos días, para ser sincera, me aterraba un poco. El miedo se transformó en hambre en un instante, lo que me hizo buscar algún puesto de comida dentro de la estación, luego de caminar por un rato, había una señora vendiendo tteokbokki, me apresuré a donde estaba ella para comprar un poco, bastaría para llenarme hasta que llegara a Namhae.

—Buenas tardes, ¿Me da un poco de tteokbokki, por favor?— le pedí cuando finalmente llegó mi turno en la fila.

—¡Claro que sí !—me respondió con una dulce sonrisa.

—Te ves demasiado cansada. — agregó con un tono que parecía mostrar preocupación. —Estos jóvenes de ahora, lo único que hacen es trabajar en sus oficinas y no piensan en disfrutar de su juventud. Mira las ojeras que tienes, hasta podrías parecer de mi edad. —dijo riéndose. —Toma tu tteokbokki, y descansa por tanto tiempo como puedas. No vale la pena desperdiciar tu vida por un trabajo en una oficina que lo único que hace es drenar tu energía y felicidad, no creo que quieras terminar anciana y cansada como yo. —decía mientras yo agarraba el tteokbokki y le entregaba el dinero.

—Lo intentaré, muchas gracias. —le respondí con una sonrisa. — Usted se ve hermosa hoy. —agregué, intentando mejorar su día. Ella asintió con una sonrisa e hizo un gesto con su mano diciendo que me mueva de la fila porque había más gente esperando comprar, me moví y escuché como decían que el tren a Namhae estaba por abordar. Me sorprendí, agarré mi maleta y corrí rápidamente hacia el tren, por suerte pude llegar a tiempo, cuando entré cerraron las puertas, me quedé parada un momento para recuperar el aliento y me puse a buscar un asiento libre para sentarme, para mi suerte, no había demasiada gente, quizá no mucha gente decidía irse a vivir a un pueblo lejano un día común y corriente. Me senté en el primer asiento libre que encontré y empecé a comer mi tteokbokki, estaba un poco frío ya pero eso no le quitaba lo delicioso que estaba. En cuanto comía tranquilamente, un chico que estaba sentado al lado de mí me entregó un pañuelo, moví la mano diciendo que no, indicando que no lo necesitaba ya que no podía hablar porque todavía estaba masticando. A lo que él habló.

—Tienes un poco de salsa del tteokbokki en tu camisa...—me dijo apuntando hacia la mancha.

Al verla, sentí la vergüenza subir por mi cuerpo como un rubor imparable que trepaba mi cuerpo llegando hacia mi rostro. Con nervios y un poco apurada, tomé el pañuelo que me estaba ofreciendo y le agradecí, él me miró a los ojos y sonrió con un suspiro como si casi se estuviera riendo de mí, se sentó derecho y siguió leyendo el libro que había estado leyendo quizá desde antes de que me subiera al tren. Estaba tan inmerso en su libro que ni siquiera me había dado cuenta de su presencia desde que me senté, le di una última mirada antes de seguir comiendo. Admiré el paisaje que se podía apreciar por la ventana hasta que mi comida se acabó, intenté entretenerme jugando un poco en mi celular, ningún juego muy divertido sino esos juegos que ya vienen instalados en cuando compras el dispositivo, pero el entretenimiento no me duró por mucho tiempo ya que suelo aburrirme rápido con ese estilo de juegos que son una copia uno del otro y no hay nada nuevo. Recordé que llevaba un pequeño cuaderno y una lapicera conmigo, intenté ir dibujando el paisaje, un tipo de mezcla de lo que veía ya que al tren estar en movimiento no podía dibujar con detalle. Al estar decepcionada de mis nulos dotes artísticos, finalmente cerré el cuaderno dirigiendo nuevamente mi vista hacia la ventana mientras pensaba en que si no me hubiera hundido tanto en el trabajo quizá tendría alguna otra habilidad no relacionada con el trabajo, sin duda era totalmente inútil a nivel artístico. Luego de estar viendo fijamente hacia afuera, inmersa en mis pensamientos, mi vista se desvió hacia el libro que seguía leyendo el chico que estaba sentado a mi lado, la curiosidad me ganó y, disimuladamente me corrí un poco más cerca y me acomode para tener una mejor vista y poder leer sin problema. En cuanto pude distinguir algunas palabras, no entendía nada, el libro estaba en inglés. Aunque puedo mantener conversaciones simples en inglés, un libro era demasiado para mi humilde nivel de inglés. A pesar de que podía entender pocas palabras, seguí leyendo, podía entender lo que estaba ocurriendo en el libro si me dejaba guiar por el contexto y además, me había quedado sin fuente de entretenimiento, dormir tampoco era una opción porque no tenía ni un poco de sueño. Leí por un largo rato hasta que llegó una escena que me irritó un poco, la protagonista estaba por perdonar una infidelidad solo porque el hombre se disculpó y le llevó un ramo de rosas, no pude contenerme y susurré..