Estaba nervioso, me reuniría con Franchesco Cutro, un capo de alto nivel en ‘Amore per il potere’. En unas horas me reuniría con él y estaba seguro de que me iban a atrapar apenas hable con él. Soy solo un novato, y eso era demasiada presión para mí. Me vestí decentemente para la reunión en un restaurante cerca de los canales de Venecia. Una ropa formal estaba bien para la ocasión, traje oscuro con camisa blanca y una corbata negra, había mucho sol así que me coloque unos lentes oscuros. Parecía un hombre de negro. Después de haberme preparado para la reunión, salí del apartamento donde vivo, uno de los centrales de la cuidad. Llegando a la cuidad con dirección a los canales de la misma, de paso compre un paquete de cigarrillos, pensé que le gustaría a la persona con quien me encontraría.
Llegaría a los canales, y tomaría un pequeño velero para que me llevara al restaurante, pagándole y esperando que termine el transcurso del viaje por los hermosos canales de Venecia.
Llegue a mi destino, bajándome del pequeño velero despidiéndome del amable marinero. Subiendo las escaleras para llegar a las calles y sentarme fuera, en una de las mesas del restaurante. Pasaron varios minutos hasta que llego un señor como de 30 años, sentándome en la silla delante mía, tenía un traje blanco y pecho descubierto, tenía algo de pelos, una barba y bigote algo cortos pero muy elegantes desde mi punto de vista. También portaba un sombrero blanco, todo muy limpio.
Al sentarse, me vio riéndose un poco y dijo: - “Siento la tardanza, algunas veces hasta en Venecia no se pueden encontrar veleros que te transporten, tuve que recorrer un largo trazo.” – Y si se lograba ver que tuvo que correr o trotar, se veía sudado, para después haber agarrado un pequeño pañuelo de un bolsillo del traje. Al secarse la cara, un mesero viene para tomar ese pañuelo y tirarlo por él. Parecía ser respetado y querido por la gente.
Estaba nervioso, no sabía qué hacer, iba a hablar hasta que el primero habla diciendo: - “Permíteme introducirme, me llamo Franchesco Cutro, el capo del área norte que será ahí donde te lleve si superas la prueba. “ –
Estaba confuso, no me habían comentado de una prueba antes de encontrarme con él, sacando un cronometro de horno coloco un minuto y lo dejo en la mesa haciendo una seña y se escucharon disparos. Venían del techo y dentro del restaurante, parecía que había policías en cubierto dentro del restaurante. Tuve que actuar.
Tire la mesa para cubrirme de los disparos, el tirador del techo parecía ser de lado de la mafia, yo estaba en el lado de los policías pero no quería matarlos, tendría que actuar y ganarme la confianza de la mafia haciendo el trabajo que me pedían, saque mi pistola y empecé a disparar, no encontraba un ángulo que me permitiera darles en un lugar que no los mate, me asome un poco para ver mejor y apuntar mejor pero uno me roza una bala en el hombro, iban directo a lo que querían que era matarme. Mi hombro empezó a sangrar, era un dolor de una espada clavándose hasta mi hueso y un ardor peor que el infierno mismo.
Tuve que aguantar el dolor y dejar de lado que ellos eran policías, eran ellos o yo, asomándome un poco nuevamente para apuntar, mi brazo tambaleaba, pero logre disparar y atinarle uno en el cuello, manchándole todo el traje y dejándole un charco de sangre derribándolo. El otro estaba cubierto detrás del bar, tenía solo 9 balas en el cargador y falle 7, no podría darle desde donde estaba mientras estaba cubierto, se me ocurrió darle un disparo en ángulo, buscando algún objeto donde pueda rebotar la bala hasta que encontré un sarten colgando y probé suerte, dispare esperando que le diera, sonó un quejido el chico desapareció debajo del bar. Gasto dos de sus balas al ser dañado disparando al techo.
Con un gran dolor me apoyo en la mesa para lograr levantarme, agarrando mi brazo mientras colgaba débilmente, camine entre los escombros de maderas y vidrios por el tiroteo hasta llegar al bar, lentamente me asome para lograr verlo y me tenía apuntando, disparo. Por suerte me logre cubrir a tiempo, nuevamente y rápidamente me asome para luego disparar en su mano y dejarle un agujero, provocándole que soltara la pistola.
Me coloque enfrente de el con una respiración entrecortada por el dolor que aún tenía en mi hombro, saque lentamente el cargador de la pistola mirándolo vacío así que tire el cargador con la pistola de un lado. El hombre frente mío me miraba con rabia y tenía una respiración fuerte por los tiros que le di, sangraba su tomillo y sostenía la mano en donde le disparé. El capo caminaba tranquilamente y sin ninguna prisa a mí, no tenía ninguna mancha en la ropa, también estaba tomando una taza de té para cuando llego el dejo de lado la taza en la barra del bar para mirar al hombre sufriendo.
- “Buen trabajo, estos eran policías en cubierto con la misión de asesinarme, se infiltraron en la organización haciéndose pasar por unos de los nuestros. Ya saben lo que les hacemos a los traidores. Acabe con él.” – Me dijo mientras miraba al hombre retorciéndose intentando escapar arrastrándose sin éxito alguno. La expresión del capo era seria y tranquila.