Brujalloween

Capítulo 2

Hace dos años:

Mañana empiezan los exámenes, siendo «química» la primera asignatura que tendremos que aprobar; por tal razón me encuentro caminando por los pasillos que conectan a las aulas de mi grado, voy en busca de aquella chica que posee el mejor conocimiento de química en toda la preparatoria: Ángela.

Hace un rato que el timbre de salida sonó, casi todos los estudiantes están saliendo de la preparatoria, son muy pocos los que se quedan estudiando o vagando para molestar por los pasillos, por suerte esta zona está solitaria, no quiero encontrarme con ninguno del grupito de Terry, esos cavernícolas son muy problemáticos.

—Juan, ¿has visto a Ángela? —le pregunto a un compañero de clases con quien tengo confianza.

—No, pero de seguro está con Víctor en el laboratorio de química.

Claro, ¿cómo no se me ocurrió antes?… Lo que sí me saca de quicio es que siempre esté acompañada de Víctor, ese desgraciado no se le despega en ningún momento, es del tipo de chicos que posee una labia excepcional frente a cualquiera, en cambio yo soy algo tímido y se me dificulta tan siquiera acercarme a ella para decirle «hola»; pero hoy será diferente, hoy me acercaré para que por lo menos me ayude a entender algunas fórmulas.

Me paro frente a la puerta del laboratorio y luego hago una respiración profunda para darme valor, esta noche quiero verme más sereno frente a ella, por lo menos podría iniciar una amistad.

Abro la puerta del laboratorio y me encuentro a Ángela siendo rodeada por cuatro personas; uno de ellos es Terry, quien está restregando una hoja de papel sobre el rostro de la chica.

—Vamos, niña cerebrito. ¡Resuelve este maldito cuestionario!

—Estúpidos, no formaré parte de esto —le responde Ángela, quien, al verme entrar al laboratorio, no dice nada.

Víctor debería estar con ella, pero lo no está. Aquí está Jafet, el mejor amigo de Terry. El desgraciado tiene a Ángela arrinconada y sujetada contra la pared.

—Mira, hermosa…, si resuelves el cuestionario, hasta tú te podrías beneficiar en el examen de mañana.

De repente, los ojos grises de la chica más cotizada y hermosa de la preparatoria ha notado mi presencia, lo cual logra que me tensione por completo.

—¡Nestor, vaya sorpresa! —dice Kenia.

La veo venir caminando hacia mí con su perfecta y lacia cabellera, la cual deslumbra con un espectacular color negro tirando a azulado; piel blanca, labios que lucen un rojo natural y lindos ojos de rasgos asiáticos. Hace tiempo se hizo evidente su envidia hacia la belleza de Ángela, por tal razón me pareció una chica ridícula y dejó de gustarme.

Kenia acerca su rostro al mío, ella mantiene una expresión seductora y a la vez desafiante.

—Sabes que no puedo dejarte ir, ¿verdad? —pregunta junto con una sonrisa malévola.

—L-Lo sé…, así evitas que… así evitas que se te escape un sapo —respondo en tono trémulo.

—Excelente —afirma y luego con su dedo índice empieza a delinear el perfil de mi nariz y mis labios—, ya comprendes cómo funcionan las cosas conmigo.

No es la primera vez que quedó atrapado en las crueldades de organiza Kenia, y por eso sé que tengo que callar, sino me irá igual o peor que la víctima, ya me he visto perturbado con cada acto cruel que se le ha ocurrido. Para cualquiera es evidente que Kenia lleva mucho tiempo con sed de maldad en contra de la chica.

Kenia le hace señas a Rosita, su mejor amiga, para que venga a retenerme. Rosita agarra un bisturí del laboratorio y luego viene hacia mí, chica alta y de piel canela, usa anteojos de aros rojos y es poseedora de unos definidos rizos color castaño que combina a la perfección con sus ojos.

Kenia le da espacio a Rosita e inmediatamente la chica pone el bisturí sobre mi garganta.

—Pobre antisocial —Rosita me susurra al oído mientras se recuesta sobre mis hombros—…, siempre tienes que aparecer en el mejor de los momentos —usa un tono burlesco e irritante.

—¡Que empiece el show! —Kenia se escucha muy animada. La vemos dirigirse hacia el fondo del laboratorio, detenerse frente a un estante, agarra un pequeño martillo y con él quiebra una puerta de vidrio que forma parte el estante y que normalmente está cerrada con candado. Kenia mete la mano entre los vidrios rotos y del interior saca un frasco de vidrio color marrón.

—¡¿Qué tienes pensado hacer, Kenia?! —Ángela se escucha y se ve muy asustada.

Kenia da media vuelta y se dispone a regresar hacia donde está Ángela, pero antes se detiene frente al interruptor de la lampara del laboratorio, apaga las luces y trae con ello una frívola oscuridad; solo la luna llena y el cielo nocturno ayudan a hacer de esta habitación un lugar perceptible.

—Esto se va a poner feo, es mejor tener las luces apagada —Kenia empieza a soltar abrumadoras carcajadas en un tono malicioso, el resto del grupo le acompañan con sus risas.

Mujer insensible y torturadora, el brillo de sus ojos refleja lo mucho que le fascina su idea, la vemos caminar de regreso hacia Ángela con el frasco de vidrio en mano… Tengo un mal presentimiento, tengo miedo de lo que pueda hacer esta loca.

—Te crees la más alinda, Ángela… y eso me enferma.

—Eres una ardida, una envidiosa —Ángela le restriega palabras con desprecio.

—Aquí la única que va a arder eres tu —dice con una amplia y maniaca sonrisa—… A partir de hoy te sentirás la mujer más horrenda del planeta.

Ángela es sujetada por Terry y por Jafet, ella grita aterrada y patalea para intentar escapar, pero la fuerza que hace ambos chicos es demasiado para ella.

«Necesito ayudarla, ¡no puedo permitir tal cosa!»

Trato de dar un paso enfrente, pero antes son detenido al sentir un leve punzón sobre mi cuello.

—Ojitos verdes, mucho cuidado… Si te mueves te entierro el bisturí —Rosita me tiene amenazado, no puedo hacer nada, me siento paralizado.



#43 en Terror

En el texto hay: bruja, asesinato, halloween

Editado: 29.10.2022

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