Prólogo.

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Hay demasiadas cosas que el tiempo no puede borrar e incluso si es una marca de sangre puesta en la pared o pisadas que conduzcan a algún lugar remoto a dónde tú vida fue arrebatada.
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Akira.

Aún recuerdo aquella mañana como si fuera sido ayer o incluso hace horas, puedo sentir como mi piel de pronto se pone de gallina ante la helada oleada de brisa que azota la ciudad del pequeño San Oregón. Al girar mi cabeza me encuentro con el delicado retrato de mi esposo dormir plácidamente en su lado de nuestra cama, él suavemente se aferra a mi cadera por lo que delicadamente me zafo para iniciar la preparación de nuestro desayuno.

Artemis nuestro hijo gatuno me sigue desde nuestra habitación hasta la cocina maullando e interponiéndose en mi camino para que no siga mi rutina. Arqueé una ceja ante el extraño comportamiento que hoy tiene Artemis.

—Hijo, solo iré a la cocina por tu comida y para preparar la de papá. —. Le comunico como si fuera un bebé consciente.

Ante aquella breve explicación Artemis se ve más relajado pero continúa pegado a mi sin ánimos de querer alejarse o de ir al jardín como suele hacer cada mañana luego de darme los buenos días. Entre los maullidos de Artemis y la música en volumen bajo transcurrió mi mañana.

—Buen día, cariño.

Chris emerge del pasillo ya bañado y con su traje puesto para irse a su trabajo en la empresa.

Se que ya estamos casados pero es inevitable no paralizarme o ponerme nerviosa cada mañana cuando baja o siempre que regresa a casa conmigo. Es para mí todavía imposible creer que él es mi esposo, que está conmigo todas las noches.

Puedo aún recordar como fue que nos conocimos hace dos años y lo nerviosa que me encontraba durante nuestras primeras citas, durante todo nuestro noviazgo y ahora parte del matrimonio. Siempre lo he querido, desde la primera vez que nos conocimos en casa de la abuela supe que él sería para mí y únicamente para mí, desde entonces lo he amado y adorado.

—Buen día para ti también. —. Me pongo de puntillas para depositar un pequeño beso en sus labios.

Cabe aclarar que Chris es realmente alto y yo condenada mente baja, por lo que si quiero besarlo o amarlo debo estar de puntillas o de lo contrario mi rostro quedaría en su pecho.

—¿Está bien Artemis? Lo veo muy pegado a ti. —. Comenta luego de encontrar a nuestro hijo gatuno seguirme con desespero por toda la cocina.

—Desde que me levanté se comporta de ese modo, no se que le pasa. —. Le respondo preocupada, no vaya a ser que esté enfermo o algo…

—¿Te parece bien llevarlo mañana al veterinario? Se que a Alexis le agradará ver a su sobrino gatuno. —. Chris toma mi mano y me sonríe bajo.

Mi mejor amiga de la universidad Alexis es la veterinaria de confianza de mi familia y a la única que le permitiría aplicarle cualquier tratamiento a mi hijo gatuno. Del resto siento que otro veterinario podría matar a mi hijo gato y no puedo permitirlo.

Ver tantos documentales de asesinatos me está poniendo paranoica.

—¿La llamas para informarle? Estaré ocupada en la universidad durante la mañana y no regresaré hasta las 2 PM.

Ante mi respuesta mi esposo arruga su ceño.

—¿Por qué tan tarde? Me habías dicho que tenías una sola clase hoy.

—La tengo pero recuerda que soy parte del comité de la fiesta de graduación y debo quedarme para ayudar con las decoraciones y con algunas otras cosas.

La emoción de mi graduación me hace sonreír inconscientemente y es que nada me produce tanta felicidad como saber que en unos meses obtendré mi título universitario en Negocios Internacionales.

—Bien. ¿Te parece que hoy haga de tu chófer? Te puedo llevar ahorita e ir por ti en la tarde cuando salgas.

Lo amo pero no quiero interferir en su horario de trabajo y además quiero tener ese espacio de la tarde para concentrarme en mi y en lo que quiero para nuestro futuro como pareja y para mí en lo profesional. Chris aparte de ser mi esposo es mi mejor amigo pero de verdad necesitaba espacio para mí sola.

—Mejor yo me llevo mi auto, quiero ese rato en la tarde para tomarme un tiempo a solas y pensar en el futuro.

De mi matrimonio no tengo dudas y se que estoy locamente enamorada de este hombre y se que quiero pasar el resto de mi vida a su lado y Chris piensa igual, solo que pasamos la mayor parte de nuestro día juntos y nunca nos damos un espacio para estar alejados del uno del otro.

—¿No estarás considerando el divorcio?

Se que al mencionar la palabra “espacio” se estará imaginando que quiero separarme de él y vivir mi vida sola, pero no, soy feliz siendo su esposa pero hay veces donde quiero ser solo Akira y no la Señora Akira Smith.

—Nunca pensaría en el divorcio. Te amo, Chris, solo quiero una tarde para mí y ya. En la noche cuando estés de regreso me encontrarás esperándote.

Es mi esposo,

Es mi mejor amigo,

Es el amor de mi vida y es ese chiquito pequeño que tiene problemas de confianza y de amor. Fue realmente difícil enamorar a Chris y es por sus problemas con el apego evitativo. Ha sido así desde que lo adoptaron y puedo comprenderlo en ciertas partes menos cuando dice que yo lo dejaré. A veces siento que es su trauma el que habla por él.

—Entonces rezaré para que el día pase rápido y pueda volver a casa contigo y con Artemis.

No importa a dónde Chris se encuentre puede estar al otro lado del mundo en un viaje de negocios, en otra ciudad trabajando o haciendo cualquier cosa, pero él siempre querrá volver a casa conmigo. Sin importar a dónde esté él siempre quiere volver a nuestra casa con nuestro hijo gatuno y conmigo.

—Te amo, por favor cuídate mucho y llámame cuando ya estés en casa..