Butchery

2. Supervivencia, Tortura; un juego.

De alguna forma logramos dormir. Fue probablemente el desgaste mental que todo esto conllevaba, quizá fue el hecho de que no aguantabamos despiertos. Aún así no dormimos mucho, casi podía recordar haber cerrado los ojos hace apenas unos minutos y ser despertado abruptamente en segundos.

No nos llamaron siquiera, solo entraron y nos despertaron de forma abrupta sin tacto ni empatia. - Tienen que bañarse, cambiarse y presentarse ante los demás. Dan asco. Además, les van a explicar las reglas del juego. - Mencionó al ver el estado en el que nos encontramos. Llenos de sangre y vomito; el vómito era por parte de el otro Miguel, mientras limpiaba el interior de su boca terminaba vomitando. Nosotros dos sin camisas y ellas sucias de sangre a más no poder.

Era como una amigen vivida del inferno; como si el infierno hubiera empezado antes y quizá sí, siempre se sintió como uno.

Por otro lado dijo juego, esa palabra me llevó al más profundo odio e impotencia que podría sentir. Había olvidado que para ellos era un juego aunque para mí signifique mi vida, de forma literal. Era supervivencia y tortura; creí eso pero realmente es un juego.

Seguido de sus palabras y como consecuencia de estas quise desgarrarme la piel del abdomen con las uñas hasta que el ardor de mis heridas reemplazarán el dolor de mi existencia y que la sangre deslizandose reemplazara el tacto sucio de mi cuerpo.

Nos escoltaron hacia bañeras mixtas, nos obligaron a desnudarnos frente a varios ojos observadonos incluso el de nosotros mismos. Todos cubrían lo que podían de sus cuerpos, con algunas excepciones y se empezaron a duchar tapándose tanto cómo pudieron.

Estaban probablemente grabando desde ya, este espacio en particular era para alimentar el morbo de grandes cerdos que se ubicaban tras sus pantallas, morí de asco. Pedofilia en resumidas palabras. Nos dieron un máximo se una hora para acabar de bañarnos, lo cual fue un tiempo muy considerado.

Limpiamos nuestros cuerpos y la cálida sensación del agua no muy caliente sobre nuestros cuerpos fue bastante satisfactoria para mí lo fue, la sensación dr calidez me reconforta como si de tratase de cobijas calientes.

Además, este iba a ser el único momento donde podía cerrar los ojos y fantasear estar en la ducha de una linda casa de dos pisos, con mi familia viendo la televisión a tan solo unos metros debajo de mis pies; mi linda cachorra rasguñando la puerta del baño en mi espera y mi hermano pequeño muriendo de rabia porque hace más de 30 minutos quería el baño.

Los gritos me despertaron, sollozos por toda la habitación. Era la bulla de unos niños de varias edades o para que suene más romántico; la expresión auditiva de sentimientos negativos de pobres infantes sin sueños ni esperanzas por su inevitable muerte.

Pese al ruido incesante ni siquiera podía quejarme o culparlos realmente. Eran niños asustados porque la muerte de ellos en especial era más segura. Si mi posibilidades de sobrevivir a esta carnicería eran 15% ellos no pasaban del 3%.

Aunque noté que las chicas lloraban por la profanación de sus cuerpos, para ellas ya no era sólo el sobrevivir a una masacre; también era la oración constante a un dios que ya las había abandonado para que las salve de una violación por parte de los varones mayores.

Los chicos estuvimos bien, suficientemente "cómodos". Las chicas aunque intentaban bañarse apenas podían con el hecho de tapar las dos zonas de su cuerpo y era incómodo para ellas, muchos las miraban yo opté por dar la vuelta en sentido contrario para no tener que verlas y se incomoden. Únicamente sabía que estaba Miguel a mi derecha y algún tipo que no conozco del otro lado evitaban a toda costa mirarlas.

Sé que Miguel también optó por ello, es más, él fue el de la idea y que dos chicos más también acataron. Lastimosamente no todos.

- No puedo ver, creo que me cayó shampoo en los ojos. - Gritó después de un rato bañándose. Tomó mi mano porque de tanto dar vueltas para buscar la cerradura de la ducha ahora le costaba posicionarse correctamente y parecía haberse resbalado en algunas ocasiones. - ¿Es tu mano verdad, Miguel? - Preguntó para estar seguro. Además de preocupado.

Me reí al respecto. - Sí, es mi mano.

Aún seguía en su vago intento de mantenerse de pie correctamente. Ante la risa llevé mis manos a su rostro para re-ubicarlo, yo lo tomé con mis manos hasta estar completamente seguro de que estaban en frente de mí para poder abrir los ojos sin problema. Cuando los abrí lo vi a él cerrandolos tanto cómo podía para que no entrase más. Me reí al respecto, su expresión eran graciosa. Junte mis manos y tomé agua en ellas para echarla en sus ojos, provocando así que el shampoo se vaya de sus ojos.

Parecía estar mejor y por precaución lavé todo su rostro para dejarlo libre de shampoo indeseado.

Por un momento olvidé varias cosas de las que me rodeaban. Cámaras, ojos a la vista por entretenimiento, los niños llorando, los mayores y personas vigilando. Fue paz momentánea sin lugar a dudas. Pero volvieron todos de golpe al mismo instante que nos avisan que nos quedaban solo 20 minutos.

Las chicas intentaron salir cuanto antes así que quedaban unas pocas, una apenas podía mantenerse en pie por el dolor de su entrepierna y por los moretones al rededor de su cuerpo supuse que también había sido golpeada; era la misma de la habitación de antes. No la que intentó sacar el semen de su vagina sino la que la acompañaba; a quien di mi camisa.

Ella quedó atrás de las demás, de última con a penas dos o tres chicas más. No podía lavarse correctamente. De forma fácil podías observar lo mucho que le costaba mover sus brazos, piernas y así. Nuestra otra compañera de cuarto, la que sangró en gran medida quiso ayudarla pero se negó rotundamente a ser ayudada hasta el punto de enojarse.

No era tan malo, a decir verdad, era inclusos tranquilo hasta que el tipo de 16 se acercó a ella con intensiones no muy sanas intentando poder tocarla. Ella tenía al rededor de 13 años; el tipo era un enfermo.



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En el texto hay: asesinatos, muerte, violencia

Editado: 20.09.2021

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