Allen se vistió con un chándal y salió del hotel. La fresca brisa de la mañana revolvía su pelo. Respirando profundamente, caminó hasta llegar frente a su cafetería que estaba siendo abierta por Alex.
Allen sonrió en su dirección y continuó caminando. Había pocas personas en las calles, la mayoría abriendo negocios o haciendo footing, aunque en el reloj de un edificio Allen pudo ver que eran cerca de las nueve de la mañana, por lo que aligeró su paso para llegar pronto al edificio de la Federación Heroica.
Al lado del ayuntamiento de Ciudad F, se alzaba un edificio con bastante amplitud. El edificio tenía tres plantas y su exterior era de cristal azul.
Al llegar frente al edificio, Allen se detuvo brevemente y respiró profundamente, aliviando su corazón. Una vez que se tranquilizó, Allen pasó a través de la puerta y fue recibido por una sala de varios cientos de metros cuadrados.
Cuando Allen vio el mostrador a su derecha le enseñó a la persona a cargo el documento que le entregó el hombre ayer. La recepcionista leyó el documento y asintió, luego le entregó a Allen un tarjeta negra con un número de diez cifras.
—Guarda la tarjeta donde quieras, solo es tu identificación. Empezará con una entrevista en el aula este.
Allen guardó en el bolsillo el identificador y se dirigió a la puerta a unos metros del mostrador. Cuando entró, el aula solo tenía una silla en la que sentarse y un altavoz en la pared con una cámara.
<Puede sentarse.>
Allen se sentó en la silla y cruzó sus piernas.
<Empiece diciéndonos su nombre y edad.>
—Allen, 42 años.
<¿Qué habilidad tiene?>
Allen sonrió brevemente y respiró.
—Bueno, estoy seguro que se sabe de sobra mi alto nivel de reflejos así como mi fuerza y velocidad. Así que opino que dicha pregunta es un tanto irrelevante.
<¿Puede contarnos sobre su pasado?>
Allen suspiró y negó.
—Sencillo, sin apenas nada que decir de ello. He estudiado, pasé la ESO y bachiller, luego trabajé y ahora tengo una cafetería.
La voz del altavoz tardó un poco de tiempo, debido a que la persona que hablaba estaba apuntando la respuesta de Allen.
<Puede comenzar la prueba escrita. El tiempo límite es de treinta minutos.>
En la pared blanca, una delgada línea se abrió y expulsó de ella un papel mientras que del respaldo de la silla emergió un bolígrafo. Cogiendo ambos, Allen miró las preguntas y las respondió rápidamente, ya que eran tipo test y solo podía responder con "sí" o "no".
Tardó menos de cinco minutos en responderlo todo, a excepción de la última pregunta, que tuvo que escribir su respuesta. Tras completar la prueba escrita dejó el papel y el bolígrafo en la silla y salió por la puerta.
La pared blanca frente a la puerta se dividió, mostrando a un hombre con traje militar amarillo que cogió el papel que rellenó Allen.
—¡Ése crío...!
—¿Qué ocurre Titán?
El General Titán miró con una cara roja a un hombre vestido como un ninja de color violeta.
—Acaba de responder a todas las preguntas con un dibujo hecho por un niño de cinco años, y en la última pregunta ha escrito "solo acato mis propias reglas, no las impuestas por un gobierno".
El ninja cogió el papel de las manos del General Titán y lo agitó frente a él.
—No nos conciernen sus respuestas, los superiores harán su evaluación. Y no tengo que recordarte que esa persona llamó la atención de Calibur, si intentas hacer algo ten por seguro que eres hombre muerto incluso antes de que consigas ganar las elecciones.
El General Titán tragó saliva. Aunque nunca vio a Calibur, escuchó que aunque su calificación fuera de rango S, su fuerza era comparable a los rangos S-X, por lo que podría vencer monstruos de categoría 5 fácilmente.
—Ahora solo nos toca ver cómo se comporta en la prueba física y en la prueba de combate.
—¿Contra quién peleará?
—No sé si es una broma de mal gusto... o Calibur intenta sacar algo de él, pero tiene que luchar contra Fortaleza.
La cara del General Titán se puso blanca en pocos segundos.
—¿No es un error?
El ninja puso el test de Allen en un fax y lo envío mientras negaba.
—No es ningún error. Tiene que luchar contra Fortaleza durante diez minutos.
—Ese crío está muerto. Fortaleza es un héroe de rango A y está entre los cien mejores en el ránking mundial, no podrá hacerle un rasguño.
—¿Entonces no te has dado cuenta...?
El ninja pronunció esas palabras casi en silencio. Aunque pronto negó y caminó a la puerta.
—¿A dónde vas?
—Prefiero verlo con mis ojos.
El General Titán continuó sin comprenderlo, aunque siguió al ninja detrás de el.
Al salir de la habitación, vieron en la pantalla que Allen había superado las pruebas físicas solo por poco, cosa que hizo al General Titán asegurarse mas de que no podría aguantar ni un golpe de Fortaleza.
Aunque el ninja podía ver algo que el General Titán no veía, el pecho de Allen respiraba con normalidad y su rostro estaba relajado, por lo que supuso que no había usado su verdadera fuerza en las pruebas físicas.
Allen siguió estirando sus brazos mientras que del suelo emergía un cuadrilátero con alrededor de veinte metros cuadrados y en el, un hombre con más de dos metros y bastante amplio vestido únicamente en ropa interior miraba a Allen.
La ventaja que había era que los pocos presentes eran héroes de bajo rango entrenando, por lo que nadie más que Allen estaba tomando las pruebas de aptitud.
Allen caminó al cuadrilátero y se introdujo en el, siendo recibido por el musculoso hombre que se situó frente a él.
—Buenos días señor. Soy Allen, y espero que no salga herido de este encuentro.
El hombre lo miró con una sonrisa siniestra, mientras que el General Titán se imaginaba el peor resultado y el ninja a su lado seguía mirando la postura de las piernas de Allen.
El hombre convirtió todo su brazo en piedra mientras golpeaba a Allen, aunque éste ya se movió a su espalda.
—Creo que no lo he dicho. No me gusta luchar, por lo que no pienso golpearle ni una vez.
Allen hizo una leve reverencia cortés, esquivando otro golpe del hombre.
—Aunque he de admitir que eres rápido aún teniendo semejante volumen corporal.
—Cobarde.
Allen miró al hombre sin comprender por qué lo llamó cobarde.
—Golpea mi cuerpo, te aseguro que tus huesos se romperán.
Allen suspiró y miró al hombre, empezando a apretar su puño derecho.
—Espero que no guardes rencor contra un servidor. Al fin y al cabo... no es propio de un caballero golpear a alguien que es considerablemente más débil.
El hombre golpeó a Allen, aunque su expresión cambió cuando vio que Allen solo usó su mano izquierda para detener su puño. Antes de que pudiera decir algo, el puño derecho de Allen impactó en el vientre del hombre, dejándolo inconsciente.
—Mi error... usé demasiada fuerza.
Todos los presentes, incluyendo al General Titán y el ninja, se quedaron mirando a Allen. Aunque de entre todos, el ninja fue el único que vio una leve y minúscula luz blanca en el puño de Allen, recordando algo que ocurrió hace años.
En ese momento, la alarma se encendió y Allen miró a la pantalla, que mostraba la imagen de una tortuga. Con un suspiro, Allen se encendió un cigarro.
—¿Otro más...? no me dejan descansar ni un día.
El ninja era el único que escuchó a Allen decir esas palabras.
Editado: 11.05.2023