En la oficina de Shinobi, la pantalla del ordenador mostraba un vídeo a cámara lenta desde el cielo. Las imágenes pasaban lentamente lo que ocurrió en el tornado verde con el que Allen mató al monstruo de categoría 3 mutado, Strix Temporalis.
En el ojo del tornado Allen miraba al monstruo mientras éste era cortado una y otra vez por las ráfagas cortantes de aire verde hasta que no quedó nada de él.
—Éso es suficiente para llamarse un cataclismo andante.
Titán habló mientras resoplaba, Shinobi, en cambio, comenzaba a entender brevemente porque la Federación Heroica guardaba tan estrictamente la información de Allen.
—Te equivocas Titán, si la información de esto se extiende, los humanos normales no lo llamarán así, empezarán a llamarlo monstruo.
Titán se rió nerviosamente mientras dejaba que la silla soportara su peso.
—No me preocupa lo que piensen los demás, me preocupa más lo que puedan hacer los de alto rango. ¿Qué puñetas haremos si aparece un rango S-X? O peor, ¿qué pasa si Aegis pide explicaciones? Yo estoy al borde del infarto.
Shinobi negó y borró el archivo de vídeo.
—Nada, sin pruebas no pueden tocarnos. De todas formas refuerza la seguridad mañana... no me fío de lo que pueda hacer Allen una vez aparezca Calibur.
—Entendido.
Titán se levantó de la silla y salió de la habitación, dejando a Shinobi sólo mientras elevaba un trozo de pared, mostrando una enorme planificación.
—"Arma", "Emoción" y "Piedra"...
Shinobi conectó las tres palabras con un hilo rojo y una chincheta a un nombre, "Allen".
—Si tenemos en cuenta las piedras preciosas que usa Allen, como el zafiro o el rubí, ya tengo una respuesta. Pero "emoción" y "arma"... no estoy seguro... ¿quizá convertir las emociones en un arma? No, debe ser más complejo...
Debajo de la palabra "Piedra", Shinobi escribió varios nombres en orden del uso que había hecho de ellos Allen.
El Prisma de la Emoción, el Rubí de la Pasión, el Zafiro de la Honestidad, el Topacio de la Voluntad, y por último, la Esmeralda de la Verdad.
—Si nos basamos en sus colores, tienen una afinidad elemental alta a excepción del prisma, pero no entiendo que los llame de esa manera. También está Calibur y Aegis.
Shinobi todavía no sabía la relación que tuvieron Allen y Calibur, sólo que se encontraron y los conectaba a Seira, que a su vez fue la persona que se convirtió en el Gigax Leo.
Aegis, en cambio, era el actual presidente de la Federación Heroica, así como el creador de la misma, por lo que no tenía mucha información sobre el, solo lo que se sabía abiertamente como su habilidad, fuerza, e historia.
Con un suspiro, Shinobi tapó la planificación de nuevo bajo el trozo de pared y se fue. En la mesa de su escritorio, un papel sobresalía levemente del resto en el que, con letras rojas, estaba escrito:
"Proyecto Perfección, Fase Experimental N°1. Seira".
Tras unas pocas horas de descanso, Allen se levantó y se sentó en la cama. Miró la ropa desgastada en una de las sillas y luego fijó su mirada en el bastón que descansaba sobre la pared.
Con un giro de su muñeca, el bastón voló a su mano derecha mientras mantenía una amable sonrisa en su cara.
—Bien... no he perdido mi toque.
Suspirando, dejó el bastón a su lado mientras cogía un teléfono en la mesita de noche a su lado. Tras ordenar algo de ropa, colgó y se fue a ducharse.
Tras vencer al Strix Temporalis, Allen se alojó en uno de los hoteles regentados por la Federación al igual que muchos civiles que perdieron sus hogares en mitad del caos que provocó el tornado verde de Allen o los ataques del Strix Temporalis. Sin embargo, había una buena noticia, la Federación Heroica no tenía ningún registro ni grabación de su lucha contra el Strix Temporalis aunque por otra parte, Calibur aparecería hoy y para Allen, eso era una noticia que le hacía hervir la sangre, ni siquiera sabía si podría controlar las ganas de matar a Calibur una vez que lo viera.
Al salir de la ducha, Allen se vistió con unos pantalones azules y una camiseta de manga corta, tras atar los cordones de sus deportivas, cogió el bastón y las piedras antes de irse con un rostro sombrío.
Titán y Shinobi estaban frente a un hombre con armadura morada, su pelo castaño movido por el viento junto a sus profundos ojos azules le daban la impresión de que pertenecía a la realeza, mientras detrás de ambos estaban varios héroes menores.
Titán lo evitaba mirar, pero por sus puños apretados se podía entender que sus sentimientos hacia esa persona no eran buenas, Shinobi, en cambio, lo miraba tranquilamente.
—Señor, ya le habíamos preparado un auditorio con toda la seguridad pos...
—¡Tonterías!
El hombre interrumpió a Shinobi, cosa que le enojó enormemente aunque se tragó su respuesta y lo que quería decirle.
—¡No hay lugar mas seguro que donde yo esté!
—Imbécil...
Titán dijo sus pensamientos abiertamente antes de marcharse, siendo seguido por tres héroes menores del grupo. Aunque el hombre miró en su dirección, sus ojos lanzaron un destello antes de sonreír, haciendo que Titán se detuviera, los otros héroes se desmayaron en el acto.
—General Titán... ¿acabo de oír... un insulto hacia tu superior?
Titán no tuvo tiempo de responder, ya que el hombre apareció frente a el y lo golpeó en el estómago, de su boca saliendo sangre y sus ojos cerrándose levemente mientras se inclinaba hacia atrás.
El hombre agarró a Titán del cuello y lo miró con una sonrisa.
—Sabes que el castigo por ofender a un rango superior es la muerte inmediata... ¿verdad?
Aunque contrariamente a lo que esperaba, Titán se rió y golpeó al hombre con su puño derecho mientras todo su brazo multiplicaba su grosor por varios centímetros, aunque el hombre agarró su brazo y lo dobló, rompiendo sus huesos y doblándola en una extraña postura.
—Como eres un candidato a presidente no puedo matarte, pero créeme... no vivirás más allá de un año.
—Señor Calibur, por favor, perdone a Titán, su habilidad hace que sea bastante impulsivo.
Shinobi se arrodilló y rogó por el perdón de Titán, cosa que funcionó, ya que Calibur lo soltó y se fue, pero antes de alejarse mucho mas miró a Shinobi.
—Por esta vez lo dejaré pasar... pero tienes que mejorar tus modales... y los de tu perro si no quieres que desaparezca un día.
Calibur se fue, aunque Shinobi seguía arrodillado, incapaz de pararse sobre sus piernas y Titán, tumbado en el suelo mientras sangraba desde su brazo.
—No tenías que meterte ninja consentido.
—Ahora sé lo que sientes cuando estás en el cuartel general de Ciudad A... ese tipo ni siquiera es humano. De todas formas, ¿qué intentabas? ¿morir? ¿quedarte lisiado?
Titán escupió la sangre de su boca y miró a una persona en particular que estaba a varios metros de distancia, donde estaban las furgonetas del equipo técnico.
—En ningún caso... solo darle un par de motivos extra para que destroce a Calibur.
Fue entonces que Shinobi se fijó en que Allen, había estado mirando en su dirección todo el rato, en su mano izquierda tenía tanto el topacio como el prisma.
—Además... Calibur no se puede comparar a lo que siento cuando estoy en el cuartel general.
Con una sonrisa, Titán se levantó y volvió a escupir sangre.
—Esto será interesante... Allen o Calibur... claramente será difícil para los civiles sobrevivir si se quedan alrededor, incluso puede que para los héroes.
Editado: 11.05.2023