Caballero Cosmos

Capítulo 27 (V2)

    Allen corría por el suelo con su guadaña mientras intentaba cortar las patas de cangrejo.
   Oscilando su guadaña, una de las ocho patas de Nick se destrozó llevando consigo una lluvia de sangre que bañó a Allen. Sonriendo siniestramente, Allen saltó y golpeó con la guadaña el vientre de Nick, dejándole una gran herida abierta. En el instante siguiente, Allen estaba frente a Nick con la guadaña reposando sobre su hombro.
   —Tú, Nick, siempre fuiste solitario, no te importaba nada.
   Los ojos de Nick miraron a Allen, aunque contrariamente a lo que esperaba, no mostraba ningún indicio de miedo con lo que iba a ocurrir.
   —Incluso ahora te da igual lo que ocurra... ¡Me das asco!
   Allen sacó una piedra grisácea con un líquido amarillo en su interior. Ésta piedra era el Topacio de la Voluntad, aunque ahora estaba corrompida por el poder del ónix.
   Lanzando la piedra al aire, Allen osciló la guadaña y la cortó a la mitad. Cuando la piedra se rompió, la hoja de la guadaña absorbió el líquido y sus llamas negras se volvieron amarillas.
   Alzando la guadaña en el aire, Allen giró la mano con la que la sujetaba, haciendo que la hoja de la guadaña se dividiera en siete hojas extra. Con otro giro, las hojas se invirtieron, dándole la forma de una maza que refulgía en llamas amarillas.
   —Colisión de la Estrella Mayor.
   Allen sonreía mientras la guadaña descendía sobre Nick, que al tocarlo se cubrió con una gran explosión de llamas amarillas.
   Aunque Nick se había preparado para el caso en el que necesitaría usar su habilidad, fue incapaz de activarla por las extrañas llamas amarillas que lo rodeaban, por lo que poco a poco su cuerpo de cangrejo se derritió lentamente cubriendo el suelo con sangre y vísceras que se secaban. En última instancia, perdió el conocimiento tras sentir un gran impacto en su caparazón.

 

   Archibald miraba su mano izquierda estupefacto, por más que intentaba controlar a Nick para que usara su habilidad y escapara de ésa muerte segura, llegó al punto en el que dejó de sentir a Nick.
   —Allen... has vuelto a superar mis expectativas...
   La habilidad de Nick era una que le permitía cambiar de cuerpo y alma, intercambiándose por el más lejano. Sin embargo, y para sorpresa de Archibald, las llamas amarillas de Allen lo ataron a su forma actual, haciendo imposible que Nick usara su habilidad de cambio para sobrevivir.
   —El siguiente que se enfrentará a Allen será Zack, mientras que estén luchando, tú Elisse irás a matar a los héroes de Ciudad F, será relativamente fácil para ti.
   Elisse miró de reojo a Archibald.
   —¿Acaso quieres matar a Zack? Ya has visto el resultado de Nick, si va es lo mismo que enviarlo a una muerte segura.
   —¿Y qué? Para alcanzar un objetivo se requieren sacrificios.
   Con la respuesta de Archibald, Elisse tembló con su espalda llena de sudor frío.
   —¿Pero entonces qué pasa con lo que me dijiste antes de venir al Mundo Negativo? ¿Era cierto?
   —Pues claro que sí... el Proyecto Perfección, así como el Proyecto de Arma Elemental Emocional, están basados en los genes del Umbralux Draco. La única diferencia es que Allen, fue el único que logró adaptarse a la capacidad evolutiva, revalorizándolo en el proceso.
   Tras una breve pausa, Archibald sonrió dándole la espalda a Elisse.
   —Pero... también cabe decir que el Proyecto Perfección es únicamente una rama del Proyecto de Arma Elemental Emocional, ya que los integrantes del Proyecto Perfección solo desarrollaron una de las habilidades elementales del Umbralux Draco... mientras que Allen es capaz de usar las habilidades cristalizadas del propio Umbralux Draco.
   Archibald sonreía cínicamente mirando a Allen con la guadaña en su hombro.
   —Todos los integrantes del Proyecto Perfección existís por el bien del Proyecto de Arma Elemental Emocional. Una vez que Allen se convierta en el arma perfecta, se podrán recoger los beneficios... ¿te imaginas el poder que se puede obtener absorbiendo esa arma durante cientos de milenios?
   Archibald agitó su mano en el aire, disipando la luz en una de sus palmas, y miró a Elisse.
   —Es hora de que te pongas a trabajar.
   Elisse no pudo responderle a Archibald, ya que saltó del tejado en contra de su voluntad.

 

   El traje negro así como la guadaña desaparecieron en llamas negras mientras Allen caminaba. Con un chapoteo, Allen miró al suelo fijándose en que había pisado un charco de sangre aunque el no se fijó en su zapato cubierto de salpicaduras de sangre, sino en su propio reflejo.
   Llevándose las manos a la cara, se quedó pensativo sobre sí mismo.
   —¿Desde cuándo tengo un rostro tan serio?
   Su vista era extremadamente buena, fijándose incluso en su ceño fruncido y sus ojos. Allen comenzó a pensar consigo mismo, sin darse cuenta de que hablaba en voz alta.
   —Si Seira me viera diría que me he vuelto demasiado estricto...
   A la vez, las piedras grises empezaron a brillar tenuemente con su color original, e incluso los dos trozos del Topacio de la Voluntad brillaban, pero pronto dejaron de brillar siendo eclipsadas por el brillo negro del ónix.
   —Aunque poco me importa lo que me dijera esa mentirosa... fingir que le dolía cada vez que usaba la habilidad otorgada por la experimentación...
   Allen dejó de mirarse en el charco y continuó caminando, mientras que en el bolsillo donde guardaba las piedras, en la ónix apareció una pequeña y minúscula mancha blanca que desapareció igual de rápido que apareció.

 

   En la lejanía, cuando Archibald se marchaba, sintió el cambio anímico de Allen, haciendo que corriera al borde y mirara en la dirección en la que estaba Allen.
   —¡No todavía! ¡Todavía no puede desarrollar el elemento luz, tiene que perder la conciencia en la oscuridad antes!
   Sintiéndose extremadamente sofocado por el cambio anímico de Allen, sintió entonces como el elemento oscuridad eclipsaba las otras emociones de Allen, dando un suspiro de alivio.
   —Menos mal... si no llegamos a estar en el Mundo Negativo, Allen habría conseguido la sexta habilidad del Umbralux Draco... eso sería un gran revés en mis planes.
   Lo que no pensaba Archibald, era el progreso casi milagroso que Allen lograría en unas pocas horas, un progreso que rompería a través de sus planes.




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