Caballero Cosmos

Capítulo 59 (V2)

    Seira desapareció del lugar donde se encontraba y reapareció al lado de Allen con el puño derecho a punto de golpearlo.
   Aunque no logró defenderse, tampoco intentó bloquear el golpe de Seira, por lo que Allen recibió su puño en el rostro con los ojos cerrados a la vez que junto al impacto el suelo se agrietó.
   —¿Sabes Seira? Eres la única de la que puedo decir abiertamente que has sido mi amada hermana, mi querida madre, mi verdadera amiga, e incluso mi incuestionable amor.
   Allen sonreía mientras hablaba una vez que Seira retiró su puño, sus ojos aún seguían cerrados y de su labio brotaba sangre.
   —Aunque siempre me pregunté algo... ¿cómo pude enamorarme de ti? Quizá, si no me hubiera enamorado de ti, no habría planeado escapar de Aegis, así que se podría decir que fuiste mi salvavidas... aunque no pueda decir lo mismo en tu caso...
   Allen abrió los ojos y miró a Seira, que estaba por golpearlo de nuevo, aunque esta vez, bloqueó su puño con el mango del martillo y el florete.
   —Mi corazón está cerrado... no soy capaz de enamorarme de otra persona, incluso cuando veo personas que me gustan, e interactúo con ellas, mis sentimientos no logran convertirse en algo más allá del cariño.
   Empujando sus armas, Allen repelió el puño de Seira y la empujó un par de metros golpeándola con una patada en el pecho.
   —Supongo que es cuestión de tiempo para que mi corazón sane correctamente, o quizá sea porque eres mi primer amor, que eres tan importante para mí que sería capaz de dar mi vida por tu felicidad.
   Allen suspiró con una sonrisa mientras sus ojos brillaban al mirar a Seira.
   —Puede también que lo que siento no es amor, sino obsesión. ¿Cómo puede un sentimiento tan complejo marcar a una persona de esa manera? Siempre he idolatrado a las personas casadas, ya que de pequeño deseaba ser mayor para buscar a una persona con la que pasar el resto de mi vida, tener hijos y nietos, inculcarles mis valores...
   Con otro suspiro, Allen cerró los ojos y miró al cielo, aunque no pudo evitar que las lágrimas empezaran a caer de sus mejillas.
   —Pero la vida no es tan sencilla... me di cuenta de ello demasiado tarde... a las personas de hoy día les interesa solo tener sexo, disfrutar... ¿Dónde quedó el hablar con una persona sin querer acostarte con ella? ¿Dónde está la complejidad de amar a una persona por encima de todo, sin importar el físico, la edad, o cualquier otra tontería?
   Allen volvió a mirar a Seira sonriendo con dos hileras de lágrimas en sus ojos.
   —Quizá nací en la época equivocada, pero no puedo evitarlo... soy así... un romántico empedernido cuyo corazón se encuentra en manos de una bella mujer... una mujer equiparable a una princesa.
   Allen soltó el mango del martillo y guardó el florete en el cinto.
   —Aunque me gusta ser así... soy un romántico que no sabe manejar sus propios sentimientos... ¿y qué? Nadie puede ayudarme a cambiar, soy quien soy gracias a ti, gracias a Aegis, gracias al gen evolutivo.
   Por último, Allen canceló su forma de héroe, disipándose en varios puntos de luz, y volvió a estar vestido con un traje azul marino.
   —Por eso, no necesito mis poderes para hacer lo que tengo que hacer, solo necesito el poder mas grande que poseo.
   Allen se quitó las lágrimas de su rostro, aunque las dos hileras volvieron a caer de sus ojos, y miró a Seira con una sonrisa. Sin embargo, Seira saltó hacia Allen y lo golpeó de nuevo en su rostro, enviándolo un par de metros hacia atrás.
   Levantándose del suelo, Allen siguió sonriendo mientras su nariz sangraba.
   —Inténtalo de nuevo por favor.
   Seira acató su orden y lo golpeó de nuevo. El ciclo se comenzó a repetir una y otra vez, y cada vez que Allen se levantaba, lo hacía más rápido y su sonrisa no dejaba su rostro.

 

   Archibald, mirando a Allen que se levantaba una y otra vez, suspiró exasperado.
   —Levantándose una y otra vez, es idiota... se cree... que... espera... ¿¡acaso intenta...!?
   Comenzando a contar el tiempo que le llevaba a Allen levantarse, empezó a darse cuenta de algo que pasó por alto.
   —Ese humano... ¿por eso reestructuró su ADN? Evolucionar sin tener el gen evolutivo, je... te vuelves interesante por momentos Allen... usar tus burdos sentimientos como detonante y evolucionar en consecuencia a ello y, a su vez, estar en una situación de vida o muerte... fácilmente podría eclipsar al gen evolutivo ahora mismo...
   Mirando a Allen, Archibald se perdió en sus pensamientos.

 

   Allen se levantó con un salto y volvió a sonreír hacia Seira.
   —Otra vez por favor.
   Su rostro estaba sangrando por su nariz y ambas comisuras de sus labios, aunque su sonrisa no dejó de acompañarle.
   Con otro puñetazo, Allen cayó al suelo y volvió a levantarse con su sonrisa.
   —Otra...
   Antes de terminar, Seira lo golpeó de nuevo y cuando cayó al suelo le propinó una patada.
   —Eso... es nuevo...
   Allen habló mientras aguantaba el dolor de la patada y sonreía, aunque siguió levantándose igualmente.
   Al mirar a Seira con su sonrisa, casi podía sentir que estaba por lograrlo, pero ni siquiera Allen sabía qué intentaba conseguir ya que solo se estaba guiando por sus sentimientos e inconsciente.
   Cuando Seira volvió a golpearlo, por un breve instante, superponiéndose con Allen, apareció un espejismo en el que llevaba un traje de cola azul claro con unas grebas, unos guanteletes y unas hombreras plateadas. Aunque el espejismo no duró ni un segundo, Archibald así como Laia lograron verlo.
   Laia se preguntaba qué era lo que vio, mientras Archibald se quedó mirando a Allen con su rostro sin ninguna emoción y sus ojos abiertos sin pestañear.




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