La armadura de Allen estaba agrietándose cada vez más rápido, llegando al punto de que de entre las grietas empezaba a emanar sangre continuamente.
Inmortal hizo el primer movimiento, enlazando sus brazos con cadenas moradas que brillaban con un intenso color dorado.
—Artes de Combate: Gobierno de Huang Long.
Tras ello, Inmortal se lanzó hacia Cosmos y lo intentó golpear varias veces con sus puños, aunque Cosmos los esquivaba tranquilamente mientras observaba con interés la transformación nueva de Allen.
—Inmortal... No puedo contener más a nuestro yo original... Perdóname, no tengo permitido usar toda mi fuerza.
En ese momento, el miasma de Allen explotó hacia todos lados, llenando por completo la ciudad subterránea. Por si fuera insuficiente, el miasma emergió también de la abertura creada por el monstruo topo y ensanchada por el choque de Cosmos e Inmortal. Al llegar a la superficie, los monstruos que tocaron el miasma empezaron a gritar.
Los héroes con habilidades psíquicas o capacidad de controlar la gravedad elevaron a todos los civiles y héroes que pudieron, mientras que los soldados se valían de sus habilidades y helicópteros. Los villanos miraban con interés el miasma que hacía gritar a los monstruos.
En especial, en un rascacielos, Payaso jugaba un solitario mientras que Moira miraba el miasma con su rostro emblanquecido.
—¿Qué es ese... miasma...?
Payaso sonrió mientras tiraba las cartas y se levantaba.
—Eso es... ¿nuevo?
Moira miró a Payaso de reojo, solo para ver que miraba seriamente el miasma sin saber lo que era.
—¿Cómo puede ser nuevo...? Se supone que Humanus debería haberle arrebatado ya a ese crío el gen evolutivo... ¡¿Cómo puede seguir evolucionando?!
En ese momento, Payaso sujetó a Moira del cuello y la miró.
—¡Usa tu técnica de Egregor y llama a la araña!
—Pero...
—¡Hazlo! ¡Quiero ver muerto a ese humano!
Payaso soltó a Moira, y después, ella creó usando la cúpula un enorme sello.
—Magia Caótica - Sigilo de... Egregor...
Moira titubeó al estar bajo la presión de Payaso, pero al final, cedió.
Del agujero emergió un enorme pilar de niebla negra y, elevándose en su interior, había un ser con forma humana.
Cosmos levitaba tranquilamente en el aire, e Inmortal flotó junto a otros héroes.
—¡Todos tenéis que iros! ¡Es muy peligroso quedarse aquí!
Inmortal intentaba convencer a los héroes de que se alejaran. Por su parte, Cosmos miraba a Allen en el interior del pilar, aunque a estas alturas, ese ser ya no era Allen.
<¿Qué demonios eres, Allen?>
—Vaya... Parece que llego justo a tiempo.
Cosmos miró al anciano a su lado, que parecía que había aparecido de la nada.
<¿Tú también estás aquí, Mago?>
—Jojojo... No iba a perderme este evento ni aunque Ahorcado se opusiera. ¿Quién diría que Allen tiene tanto miasma acumulado?
Mientras hacía la pregunta, el Mago miró a Cosmos de reojo.
—Quizá se deba al bucle de Archibald... Aunque por otra parte, el miasma no se puede acumular en un humano sin habilidad.
Cosmos recordó entonces las palabras del poseído Allen, el gen evolutivo suprimía algo en el interior de Allen.
—Aunque ese miasma en realidad no procede del mundo negativo... De hecho, no sé de dónde procede. Nunca había visto nada parecido, ni siquiera Sus Majestades poseen dicho miasma.
El anciano Mago suspiró mientras sonreía y miraba al cielo.
—De todas formas, Loco acaba de obligar a Moira a invocar otra Categoría EX... Aranea Cosmoe... deberías conocerlo. Sin embargo, no entiende que esto es un evento fijo, hubiera ocurrido igualmente. Tanto tu existencia como la del Caballero Inmortal, así como la del Emperador Crono... sois necesarios para el desarrollo del presente por eso el universo os permite existir sin crear una paradoja. Vuestro encuentro estaba escrito desde hace eones por el Antiguo Dios, y nadie puede reescribir sus designios.
Cosmos escuchaba al Mago con un rostro sombrío.
<¿Cómo...?>
En ese instante, el miasma negro del pilar se volvió rojo, un intenso rojo carmesí. Al verlo, Mago sonrió mientras Cosmos sentía como su piel se erizaba por completo.
—¿Lo sientes? El miasma negro otorga habilidades de cualquier tipo y elemento, se podría decir que es el caos reinante sobre los elementos, en cambio, ese miasma rojo es diferente. ¿De dónde podría venir? La respuesta está verdaderamente cerca...
Cosmos hizo un amago de lanzarse hacia Allen en el interior del pilar, pero las siguientes palabras de Mago lo detuvieron en seco.
—Deberías quedarte al margen, Humanus, y observar atentamente a Allen.
Al disiparse el pilar, Allen estaba ataviado en su armadura del Modo Ruptura, a la vez que emergía de él un leve miasma rojo.
—Una pena... no puede controlarse... pero la historia que planeó el Antiguo Dios sigue el curso establecido.
Mago dijo esas palabras mientras negaba en un suspiro, Cosmos quiso preguntar sobre la "verdad" de Allen, pero fueron separados por una gran aguja negra que cayó del cielo.
Allen no respondió ni a la presencia de la enorme aguja que apareció.
En cambio, la armadura en su espalda se rompió, creciendo de ellas dos enormes látigos que se volvieron dos capas rojas independientes con la forma de un ala cada una. Por la misma grieta de su espalda emergió otro látigo que se dejó caer hasta la altura de sus tobillos.
Sus guanteletes se agrietaron por la punta de sus dedos, creciendo en ellos filosas garras negras que se curvaron levemente. Y su casco, en los huecos donde se encontraban sus orejas crecieron un par de cuernos que rodearon su casco hasta llegar a la cúspide de la cabeza, allí se juntaron hasta dejar una separación de entre uno y dos milímetros. Después de que los cuernos se estiraran unos diez centímetros más, fueron rodeados por una aureola.
Por último, la zona donde se encontraba su mandíbula se abrió, rompiendo el casco y mostrando unos afilados colmillos y una lengua viperina.
Con su rugido, Allen hizo que todos los seres se quedaran en silencio.
Editado: 10.11.2024