Caballero Crono

Capítulo 29 (V2)

Mirando a Allen y sus dos mitades, Vulpes pensaba de él como si fuera el Umbralux, una entidad caótica. Eso se debía a que, como tal, el Umbralux prácticamente pecaba de aberración contra la naturaleza siendo mitad luz y mitad oscuridad, como los dos lados de una moneda o la naturaleza humana, bondad y maldad.
No podía existir algo así por las propias leyes de la naturaleza, y sin embargo, frente al Vulpes estaba presente esa imposibilidad.
<¿Siquiera eres humano?>
La mitad derecha de Allen, la parte en la que estaba el Modo Desatado expulsó una gran cantidad de miasma rojo intentando suprimir al Modo Ruptura mientras Allen mismo gritaba y rugía incontrolablemente.
Aunque al Vulpes no le importaba realmente lo que le ocurría a Allen, solo le parecía extraño a la par que interesante, por lo que hizo aparecer su katana en sus manos, comenzando a irradiar de su hoja un aura blanca.
<Cripta Derruida: Tumba del Dios Caído.>
En ese momento, Vulpes dio un tajo horizontal hacia Allen desde su posición.

A las afueras de Ciudad P, un equipo formado por Shinobi, Titán y Sombra acompañados por Mago llegaron frente a la cúpula translúcida.
—No siento nada... mi habilidad no me deja conectarme a las sombras del interior.
—Pues claro que no, mentecato. Es una zona con un tiempo propio, es como si intentaras salir del bucle de Archibald usando simples sombras para conectarte al pasado.
—¿Y cómo podemos entrar?
Ante la pregunta de Shinobi, el viejo Mago lo miró seriamente.
—Romperla. Hacerla añicos. Destrozarla. Como quieras llamarlo, es lo mismo.
Shinobi sonrió y sacó su katana mientras la cubría de electricidad.
—¡Entonces es fácil! ¡Etapa Dos: Cazador Relámpago!
—Idiota.
Shinobi asestó un tajo hacia la cúpula, pero antes de que se diera cuenta, su habilidad dejó de estar activada por lo que su katana dejó de irradiar electricidad, y la cúpula, sin que Shinobi se lo esperara, le lanzó un rayo contra él a modo de autodefensa.
Gracias a que su habilidad era la electricidad, Shinobi no recibió tanto daño como esperaba, pero miró la barrera con el ceño fruncido.
—Deberías escucharme Shinobi, he dicho romperla pero no cómo. Los cuatro tenemos que atacar a la vez. Gracias a la demostración de Shinobi, podéis ver que el Vulpes Lunaris ha puesto resistencia en la propia barrera.
Antes de que nadie más pudiera hablar, Shinobi que estaba levantándose del suelo miró al horizonte y apuntó con su dedo.
—Dijiste que ese monstruo es un Categoría EX y estaba íntimamente relacionado con la luna ¿no? ¿Qué pasaría si la luna llena aparece?
El anciano Mago miró donde señalaba Shinobi, cambiando en ese momento su semblante.
—No puede ser... la luna llena tiene su miasma... eso quiere decir que él está dentro. Por suerte, el tiempo sigue su curso sin cambiar.

El ataque del Vulpes golpeó de lleno el vientre de Allen, aunque logró romper la armadura y hacerle un gran tajo en el estómago, no tenía suficiente fuerza para lograr dividirlo y matarlo en el proceso.
<Supongo que tienes algo de suerte. Si estuviera en mi verdadera forma, habrías muerto...>
Allen solo soltó un leve y largo gruñido que poco a poco, se fue convirtiendo en un suspiro de tranquilidad a la par que volvía a su estado base como Crono.
—Creo que ya más o menos sé cómo controlarlo.
Antes de que el Vulpes dijera nada, Allen comenzó a hablar.
—Una vez, Veldor me dijo que los héroes deben mantenerse solos. En mi caso, es porque nadie me ha querido nunca... no sé lo que es despertar al lado de alguien, no sé lo que es un abrazo por la espalda mientras lloras, ni siquiera sé lo que se debe sentir cuando uno se enamora realmente. Lo que yo llamo amor podría ser cualquier otra cosa para los demás.
Allen sonrió oculto por el casco mientras caminaba lentamente mirando el cielo.
—Incluso me atrevería a decir que soy demasiado feo para las personas del mundo, una aberración contra la naturaleza destinada a ser un solitario eterno... o quizá un simple loco que añora el sentimiento más simple que existe. Demasiado tímido como para atreverse a intentar algo con alguien, o puede que sea un simple loco desesperado por recibir amor...
Allen caminaba sin darle ninguna importancia al Vulpes, simplemente miraba al cielo e intentaba atrapar las estrellas visibles bajo el manto del atardecer.
—¿Siquiera existe alguien que sea capaz de amar a un desesperado como yo?
Con su pregunta, Allen se detuvo y miró a Vulpes por unos segundos.
—Te estoy preguntando, Vulpes.
Vulpes únicamente movió levemente su ceja derecha. No obstante, en otro lugar, el vagabundo se quedó dubitativo cuando escuchó a Allen hacer esa pregunta.

En el exterior, Shinobi y Sombra se encontraban en los extremos norte y este, Titán en el extremo oeste, y Mago se situó en el extremo sur. Habían acordado golpear la barrera con toda su fuerza cuando la luna alcanzara su cénit, aunque en cierta medida, eso le preocupaba intensamente a Mago.
—Este es un desarrollo interesante.
Mago miró al cielo y su rostro se ensombreció al ver a un hombre oculto por una túnica negra que lo saludaba enérgicamente.
—¿Qué haces aquí, Fortuna? Ya de por sí este sitio es una zona de peligro irrefrenable, está Allen, Vulpes, la Bruja del Tiempo, incluso me atrevería a decir que está Oscuridad.
—Uhhh... Incluso el gran Dios del Sol tiene malos días... encerrado junto a esos tres, solo Vulpes sería suficiente para darle quebraderos de cabeza, pero también están la Bruja y Oscuridad.
—¡No te hagas el iluso conmigo! Sabes de sobra que estamos cerca de un punto de inflexión.
—Y también sé que ahí adentro está Vulpes... pero me resulta extraño, Mago. Han pasado muchas cosas desde que retrocediste en el tiempo.
Mago observó la luna cada vez más alta en el cielo antes de mirar a Fortuna.
Como uno de los apóstoles del Gran Luminoso, Fortuna era el Apóstol de la Suerte. Incluso Mago, con el conocimiento que poseía, le resultaba imposible entrometerse con algo como la suerte ya que, teóricamente, la suerte está fuera de lo que se podría considerar como las cosas "materiales" de la existencia. Ni siquiera se podría demostrar la existencia de la suerte. Por eso Fortuna era un apóstol muy "raro", su habilidad era desconocida y su poder de combate era nulo, incluso si una persona normal le apuntara con una pistola y dispara, podría matarlo fácilmente. Por esos hechos, Mago desconfiaba en gran medida de Fortuna, si no fuera por el hecho de que eran "compañeros" ni siquiera le haría caso, no tenía ganas de que Ahorcado fuera detrás de su cabeza por deserción.
—¿No tienes curiosidad por los cambios?
Bajo la capucha de Fortuna, Mago podía ver su sonrisa misteriosa.
—¿Qué cambios han ocurrido?
—No muchos. Empecemos con esto: los futuros de esta línea temporal están borrándose uno a uno.
—¡¿Qué?!
—En teoría, según lo dicho por nuestro Señor, es debido a algo que está sucediendo en el presente y está relacionado con Allen. Ni siquiera Su Santidad puede descubrir a qué se debe el cambio.
Mago sabía la respuesta a eso, de hecho, la había presenciado, fue el momento que Allen expulsó el miasma rojo de él. Puede que fuera un minúsculo punto en la historia, pero ese pequeño punto acabó creando un tsunami en el futuro, pero ni Mago mismo sabía que llegaría a ocurrir semejante catástrofe.
Si se borraban todas las líneas temporales futuras significaba que no existían registros del futuro, es decir, la historia estaba tomando un camino lleno de incertidumbre y que antes no existía, y eso era lo que más temía Mago en ese momento. Sin su sabiduría respecto al futuro no podría ejercer su papel como agente doble y ayudar a Allen para que derrocara al Gran Luminoso y Oscuridad sin convertirse en el Destructor.
—Hay más, las otras líneas temporales están siendo eliminadas también.
Si saber que el futuro estaba borrándose hizo que Mago temiera, saber que las otras líneas temporales se estaban eliminando estaba haciéndolo temblar.
—Pero no es posible... ¿quién...?
—El Destructor... ni siquiera Payaso, Ahorcado y los demás han podido refrenarlo en lo más mínimo. Está haciendo honor a su nombre, destruyendo todo lo que se encuentra a su vista.
Esas palabras para Mago fueron como si derramaran encima suya un balde de agua fría.
—Se supone que en el futuro el Destructor está durmiendo. Tras enfrentarse con otros Allen de diferentes líneas temporales, quedó aletargado... ¿qué ha pasado exactamente?
Bajo la capucha, Fortuna sonrió.
—Te lo he dicho antes, en el presente ha ocurrido un efecto en cadena que ha permitido que el Destructor sea aún más poderoso.
Fortuna se dio la vuelta, dándole la espalda a Mago mientras sonreía y se aguantaba las ganas de reírse.
—De hecho, es cierto lo que decía Su Santidad, esta línea temporal está maldita... Allen va a traer la perdición a toda la realidad a este paso. Alguien debería matarlo antes de que sea demasiado tarde...
Fortuna estuvo por irse en ese momento, pero recordó una última cosa y miró a Mago por encima de su hombro.
—Por cierto, Oscuridad y sus cuatro apóstoles cayeron en esta línea temporal, pero solo el Vulpes Lunaris junto al Umbralux Draco han aparecido. Mago, has estado aquí un tiempo, ¿dónde están los otros dos apóstoles?
Mago dudó unos momentos antes de responderle.
—El Umbralux fue asesinado por Aegis, el Vulpes como puedes ver está aquí adentro, el Fimus Chaos y el Aranea Cosmoe han sido asesinados por Allen. Oscuridad no ha aparecido, de hecho, dudo que lo haga.
Fortuna sonrió mientras sacaba una moneda dorada en cuyos lados había una calavera y en el reverso un sol.
—Entiendo... para ser capaz de eliminar a dos de los cuatro apóstoles, je... Allen es terriblemente fuerte. Quizá se necesite un poco de ayuda externa para matarlo...
Fortuna golpeó la moneda y la lanzó al aire, mientras un nítido sonido metálico resonaba en el aire. Pero al contrario de lo que esperaba, Fortuna vio como la moneda se agrietaba al aterrizar en su mano de nuevo.
—¿Qué...?
En respuesta a su pregunta, Fortuna y Mago escucharon la voz del Vulpes.
<Métete en tus asuntos, Allen es mi juguete y yo decidiré cómo matarlo. No necesito ayuda para hacerlo... y menos si se trata de un perro del Gran Luminoso.>
La fuerza en su voz no dio lugar a ninguna duda, Mago y Fortuna comprendieron que Vulpes estaba en su máximo esplendor en ese momento.




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