Caballero Crono

Epílogo

Allen se situaba justo frente al avatar del Dios de la Decadencia, que le sonreía sombríamente al mirarlo.
<¿Entonces, "Caballero", cómo piensas que puedes matarme? Es inútil, soy un dios.>
Allen negó mientras apretaba los puños y miraba a los ojos del avatar directamente.
—Los dioses no existen.
Con solo la réplica de Allen, el avatar dejó de sonreír y apareció frente a Allen, golpeando su estómago y lanzándolo varios metros de distancia mientras a su alrededor se formaba una densa nube de oscuridad.
<¿Que no existimos? ¡¿Que los dioses no existimos?! ¡Está bien, humano, haré que tu miserable existencia sea un infierno en vida!>
Allen escuchaba los gritos del avatar difícilmente, ya que todo le daba vueltas y estaba tosiendo sangre.
Levantándose del suelo mientras un hilo de sangre caía de la comisura de sus labios, Allen apretaba la boca y sujetaba sus rodillas temblorosas con sus manos. Sonriendo, Allen dirigió su mirada al avatar mientras su mandíbula temblaba.
—Cada día en mi vida ha sido un infierno... Bullying, amor no correspondido, ser un loco por mostrar mis sentimientos, incomprendido... ¡Tu llamado infierno es un paseo por el campo!
<¡Humano desgraciado!>
El avatar se lanzó hacia Allen, golpeándolo con su puño mientras era intercambiado por un golpe que le asestó Allen en el cuello. No obstante, el avatar no se inmutó, y Allen en cambio fue lanzado varios metros de distancia mientras la sangre se filtraba de sus labios y de su ojo izquierdo.
<¡Te eliminaré junto con esos sentimientos de los que te jactas, así como de todos los que te rodean!>
Cuando alzó la mano, una densa nube de oscuridad comenzó a impregnar todo el cielo.
Sin que el avatar se diera cuenta, Allen se levantó mirándolo seriamente, lanzándose contra él y golpeando su rostro.
—¡No harás nada!
Con el golpe, Allen logró desestabilizarlo y aprovechó el momento para lanzarle un golpe con su puño izquierdo. Aunque no logró moverlo, sonrió al ver que del labio del avatar salía un leve hilo de sangre negra.
<Inútil...>
Golpeando su estómago de nuevo, Allen sintió una presión insoportable y se tambaleó antes de que el avatar sujetara su cuello.
<¿Eso es todo? Creía que presentarías un mayor desafío, pero al final eres un simple humano.>
Lanzándolo, el avatar miró riéndose de Allen, que volvía a levantarse solo para volver al suelo con una patada del avatar.
<¿Dónde están tus ideales? ¿Dónde está tu ética?>
Riéndose de Allen, el avatar lo pateaba mientras observaba los incesantes intentos de Allen por levantarse.
<¿Acaso no estaba en mi tiempo final de vida? ¡¿Dónde acabó tu palabrería?!>
Allen sujetó un hilo aleatorio y tiró de él, haciendo que el avatar sonriera al verlo.
Cuando Allen reapareció, fue recibido por un fuerte golpe en la mandíbula, ya que el avatar estaba frente a él, sonriendo cínicamente.
<¿Usar las leyes del tiempo contra un dios? ¡Es un acto fútil de resistencia!>
—¡Eso ya lo veremos!
Allen se volvió a lanzar contra el avatar, intercambiando golpes mientras su armadura se rompía aun más y sangraba a través de las grietas. Gritando, Allen golpeó el rostro del avatar mientras recibía un golpe en el estómago, aunque el avatar apenas se inmutó, Allen tosió y su coraza se agrietó casi por completo.
Golpeando a Allen, el avatar expulsó su oscuridad con más intensidad hasta que, cuando miró el cielo, sonrió y su oscuridad acabó explotando, llenando toda la realidad con un infinito vacío, silencio, desolación, y oscuridad.

Allen flotaba en el vacío de la oscuridad infinita, protegido por su miasma azul que cubría todo su cuerpo. Pero incluso en ese momento, solo pudo pensar en una persona, haciendo que alzara su mano y gritara sin reprimir sus sentimientos.
Respondiendo a lo que sentía, su miasma azul se extendió por toda la oscuridad y comenzó a iluminarlo todo, incluso a millones de años luz de distancia, como si Allen, como su epicentro, fuera la única estrella viva en el universo.
En el momento que el miasma azul logró ocupar todo el vacío de la realidad, el tiempo se comenzó a rebobinar, chocando con la oscuridad que el avatar comenzó a expulsar.

El miasma azul apareció en meros segundos, ocupando incluso el espacio bajo el suelo de la Tierra, haciendo que expulsara el miasma como si fueran vapores. Incluso Moira y Fimus expulsaban de su cuerpo el miasma azul, mirando a Allen aturdidos sin comprenderlo.
Alarmado, el avatar miró a su alrededor, viendo como la vida volvía a germinar en el mundo. Las vidas que arrebató volvieron, y todo lo que tocó su putrefacción resurgió. Cuando miró a Allen, vio que el miasma azul que expulsaba de su cuerpo era incomparablemente salvaje en comparación a momentos anteriores.
<¿Cómo lo has hecho...? No solo has torcido las leyes del tiempo, sino también las leyes de la mortalidad... Eso es... Es... ¿Qué demonios eres?>
Cuando Allen suspiró, una humareda de miasma azul salió de su boca.
—Ni siquiera sé cuánto tiempo ha tomado realmente... ¡Pero...!
Con su último grito, miró al avatar fijamente y comenzó a caminar hacia él paso a paso mientras las personas entraban en pánico.
—No voy a permitir que mates a nadie. Ya seas un dios o un diablo, si estás en mi camino, me aseguraré de apartarte yo mismo.
Allen volvió a lanzarse contra el avatar, golpeando su rostro con su puño y girando su cuerpo en mitad del aire, golpeándolo de nuevo con su izquierda.
Huyendo, el avatar desapareció y reapareció justo frente a una persona. Sonriendo, el avatar la cogió del cuello, y en ese momento, Moira gritó hacia el avatar.
—¡Será mejor que no lo hagas! ¡Puede ocurrir una catástrofe si lo...!
<¡Cállate humana!>
Allen, tras unos segundos, volvió a estar frente al instituto y vio al avatar sujetando el cuello de Rita mientras sonreía.
<¡Ni se te ocurra hacer alguna tontería, o le rompo el pescuezo!>
—Suéltala.
Riéndose, el avatar usó su otra mano para cortar la mejilla de Rita con su uña mientras ella forcejeaba sin que el avatar se inmutara.
<Así que esta humana es tu propia debilidad, ¡tiene gracia!>
—Que la sueltes...
Apretando sus puños, Allen comenzó a temblar mientras veía al avatar reírse.
—¡Si valoras tu vida será mejor que la sueltes!
Incluso Moira intentaba convencer al avatar de que soltara a Rita, y no era para menos, ya que el miasma azul que llenaba toda la realidad y los seres vivos que existían estaba comenzando a burbujear, moviéndose como un huracán en la totalidad de la creación.
<Esta humana se supone que es importante para ti, ¿no, Caballero?>
Allen no respondió, por lo que el avatar sonrió y comenzó a apretar su mano alrededor del cuello de Rita, haciendo que tosiera un par de veces antes de que se quedara inmóvil, dando algún espasmo aleatorio.
<Es una pena lo frágil que es la vida humana, ¿no te parece?>
—Se acabaron los juegos contigo...
<¿Qué has dicho?>
Antes de que siquiera pudiera darse cuenta, Allen estaba frente a él golpeando su rostro con tanta fuerza que soltó a Rita y su cuerpo impactó contra el instituto.
Cuando el avatar soltó a Rita, Allen la sujetó en sus brazos y se sentó en el suelo junto a ella, mirando su rostro.
<Humano bastardo... ¿De dónde sacas esa fuerza?>
—Asesino...
Riéndose, el avatar caminó hacia Allen.
<¿Y qué vas a hacer?>
Allen soltó a Rita en el suelo, cerrando sus ojos mientras se levantaba y miraba al avatar.
—Eres un asesino...
El avatar se lanzó contra Allen, golpeándolo en el rostro, pero ni siquiera se inmutó por el golpe y continuó mirándolo fijamente con los ojos llorosos.
—Me las vas a pagar...
Sin darle importancia, el avatar volvió a golpear a Allen que sujetó su brazo en el aire, y para sorpresa del avatar, no podía mover su brazo en lo más mínimo.
—¡Vas a pagar muy cara tu osadía!
Allen soltó el brazo del avatar, que le golpeó en el vientre y Allen, al igual que antes, ni se inmutó por el golpe, solo continuó mirando al avatar fijamente.
<Ni siquiera debería ser posible... ¿Cómo eres capaz de aumentar tu fuerza tan rápido?>
Allen apretó su puño, golpeando el vientre del avatar, que se encogió de dolor y miró a Allen de reojo solo para ver que lo iba a golpear de nuevo en el rostro, por lo que se alejó con un pequeño salto y lo miró comenzando a temblar.
—¡Vas a pagar lo que has hecho!
Situándose justo frente al avatar, Allen lo miró a los ojos y dijo esas palabras, y por primera vez, notó que sus ojos temblaron al encontrarse con su mirada.
<¿Qué clase de monstruo eres?>
Manteniendo un semblante serio, Allen golpeó al avatar cientos de veces acelerando su tiempo, y golpeando una última vez su rostro, haciendo que su labio inferior estallara.
El avatar cayó al suelo, con su labio flácido mientras miraba a Allen.
—Ten por seguro que voy a matarte.
<Tú eres diferente... ¿por qué no eres como los demás humanos?>
Cuando Allen caminó hacia el avatar, del suelo comenzaron a crecer hierba y pequeñas flores diferentes a su alrededor, mientras que el último gateaba de espaldas intentando alejarse de Allen.
<Aléjate...>
Haciendo oídos sordos a lo que dijo el avatar, Allen continuó caminando hacia él mientras el miasma azul cambiaba a un intenso dorado.
<¡Aléjate!>
La armadura de Allen desapareció, apareciendo a su alrededor una gran capa de llamas doradas que se elevaban hasta el cielo.
—Dios o no, te mataré aunque sea lo último que haga.
Apretando su puño derecho, la capa llameante se arremolinó en su brazo, haciendo que Allen se volviera un punto luminoso que ni siquiera el avatar podía ver.
<¡Para!>
—¡Esto es lo que siento por ella!
Golpeando al avatar, Allen lo lanzó al cielo mientras lo seguía de cerca. En el momento que llegaron al espacio, el miasma azul que existía en todas partes del universo cambió a un tono dorado, refulgiendo como si fuera el interior del sol.
—¡Dualidad del Corazón:...!
Todo el miasma dorado se reunió en Allen, formando una gigantesca esfera dorada a su alrededor cinco veces el tamaño de Júpiter.
<¡Maldito humano! ¡¿Qué demonios eres?!>
Allen se acercó al avatar, formando grietas en la realidad que el avatar miraba desconcertado.
<¡¿Cómo es siquiera posible?!>
El avatar golpeó a Allen con su puño, que cuando lo tocó, su brazo se agrietó, sangrando mientras miraba a Allen con temor.
—¡Te voy a matar, bastardo!
Lanzando un simple puñetazo, Allen atravesó el estómago del avatar. Sin acabar ahí, Allen giró su puño y abrió aun más la herida, alcanzando el cuello y abriendo su pecho en dos.
<¡Cómo! ¡No lo entiendo! ¡Un humano no tiene tanto poder!>
—¡Tormento No Correspondido!
Sacando su puño, Allen abrió su palma izquierda y la dirigió hacia el avatar, lanzándose hacia él todo el miasma dorado mientras formaba un tornado que lo redujo a polvo.




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