Es bastante difícil caminar con normalidad, después de matar a 10 chicos en el patio de la escuela, y la sangre pegada en mi. No podía caminar con tranquilidad, por mi vestimenta manchada completamente de sangre.
Las diferentes vistas cálidas y aterradoras hacía mi, disfrutaba tanto esto, me reía mentalmente. Así que solo me metí en un callejón que se alojaba fuera de la visión de las personas. Solo puse mis manos en el pecho y ejecute dos códigos de magia para quitarme la sangre de mi cuerpo, lastimosamente, la de mi ropa, no se puede remover.
Cuando limpié completamente la sangre de mi cuerpo, recibí una llamada de mi hermana, sabía o creía el motivo por el cual me llamaba, era por ver los cadáveres descuartizados de hace tiempo.
—¡¿Estás bien?!—dijo muy preocupada mi hermana.
—Tranquila, no te preocupes, estoy muy bien.
—Me alegro mucho que estés bien. Sabes, quería hablar contigo de algo importante.
—¿Que es?—pregunte algo preocupado.
—Necesito hablar contigo de esto, en la casa. Ven cuando puedas.—termino la llamada después de esas palabras.
«Sentí una sensación extraña al escuchar eso, no era preocupación, era como si... Se fuera a meter en mis planes.»
Me retiré de ese callejón, un poco preocupado. En el camino, estaba el sub—presidente, el me dijo que quería hablar conmigo, ahora era el momento.
—¡Ezra!—grite para llamar su atención.
El chico solo volteó su mirada en mi, y sin ninguna expresión, se acerca para conmigo.
—Por fin te encuentro. ¿Dónde podemos hablar?
—Ven a mi hogar, voy camino hacía ella.
—Realmente no es mucho lo que necesito charlar, es más, ahora yo no platicaré contigo, es la presidenta.
No vengas solo, ven con tu hermana el día de mañana, a primera hora. Adiós.
—Espera, ¿Puedo saber al menos de que es esa plática?
Ezra solo mete su mano en su bolsillo, y saca un logo de una organización, me lo muestra enseguida.
—Mira, sobre este logo, los caballeros de luz, de está organización te hablara ella. Adiós.
—Adiós.—le dije a Ezra, a esta persona, aparte de mi hermana y Ada, le tengo un respeto admirable.
Solo caminando unos metros después, desapareció de mi vista, quizás utilizo algún tipo de magia para desaparecer o algo por el estilo. Me gustaría aprender algunas de sus técnicas.
Yo de camino para mi hogar, sentí una presencia bastante extraña, como la que sentí hace 10 años, cuando perdí mi ojo.
A unos metros de poner mi mano en el suelo, vi lo que pasaba a mi alrededor, no vi nada anormal, nada de lo que me tenga que preocupar. Solo levanté mi mano y esa extraña sensación la dejé de sentir después de pasar algunos minutos.
Me puse de pie y nuevamente partí rumbo hacía mi hogar, quizás, esa extraña sensación, era por lo que me iba a decir mi hermana.
Al llegar mi hogar, vi que mi hermana no había llegado todavía, no estaba su motocicleta, así que deduje que no llego.
Entre y la mayoría de las luces estaban apagadas, me pareció extraño, nuevamente, estuve atento a cualquier situación de peligro, ya que esto no está como lo dejamos.
—¿Dánae?—grite en la casa.
Cómo era de esperarse, no obtuve ninguna respuesta de nadie en lo absoluto. Camine unos cuantos metros delante, y me percate de una extraña presencia en el piso de arriba, esto por que active mi código de magia mental.
Subí lo más silencioso que pude por las escaleras, y se escuchaban pequeños llantos en la habitación de mi hermana.
Me puse en cunclillas, y trate de caminar con el menor ruido posible. Al acercarme más y más, escuché como la voz de una mujer pedía auxilio, así que solo me puse de pie, saqué mis dos espadas, de 36 centímetros cada una y entre a mi habitación.
Vi a dos hombres y en efecto, a una mujer, rápidamente, con mis espadas corte la cabeza de uno, y al otro, le encaje la espada en el pecho, para ser más preciso, en el corazón.
Quite mi arma del cuerpo de ese repugnante sujeto. Y con un código de magia, limpié las espadas de la sangre. Seguidamente, las guarde.
Al acercarme a esa mujer, toque su hombro, a lo que ella, quitó mi mano de su cuerpo, parecía estar traumada en cierto modo.
—Tranquila, soy el dueño de este lugar, no te haré nada malo.
Ella solo sollozaba y tenía dificultades para respirar.
Me aleje de la cama y me quite el saco de mi traje y se lo puse encima, estaba desnuda completamente.
Ella lo tomo y se cubrió por ella misma.
—¿Eres el dueño?—me dijo con algunas complicaciones.
—Si, ¿Cómo entraron aquí?
—No lo se, ellos solo forzaron la cerradura y entraron lo más rápido.
Al terminar esa oración, obtuve desafortunadamente esa sensación nuevamente. Parecía estar volviéndome loco.
Ella solo toca mi cara, y se desprende de las lágrimas que estaban saliendo de ella.
—Gracias... Por caer en mi trampa.
Saca rápidamente una navaja y la encaja en mi estómago.
Solamente, caí de espaldas, lo que afecto más mi herida.
Ella solo se levanta de la cama y se coloca nuevamente sus prendas.
—Me das tanta lástima, que no quiero dejarte aquí. Si deseas algo, llámame.
—Hija de puta.—susurre.
La chica furiosamente, me da una patada en la cara, solo escurriendo más mi sangre.
—Se quien eres, se tú pasado, se porque perdiste tu ojo, se que eres de Zenda, pero quieres destruir ese imperio.
Me quedé sorprendido a cuyas palabras salieron de su boca, no era más que la verdad.
—¿Es cierto?
—No es de tu incumbencia, maldita.
Esas palabras detonaron la pequeña paciencia que tiene. Me tomo de los brazos y los sujeto con una soga que llevaba consigo.
—Ahora mismo me vas a respetar.
Utilizo un código de magia para hacer una soga y así atar mis pies.
—Ahora mismo no puedes hacer nada, ¿Verdad?—me dijo burlándose.
—No, tu ganas.
—Perfecto, lo que quería escuchar.
Editado: 28.05.2020