Destinada a ti

Destinada a ti

“Existir en tu tiempo de ocio, en tus
videojuegos, en el azúcar del flan; en el reflejo
de tus lentes. Yo quiero existir en tus
recuerdos, en tus sonrisas”.

Ya estabas destinado a mí. No tenía que buscarte, ni pedir deseos, tampoco rogar por un espejismo. La respuesta a mi soledad siempre estuvo ahí, solo bastaba un primero de enero, una noche fría y un cielo estrellado para verte marcado en ellos. Sin pensarlo, con mis
dudas y confesiones a equivocados, yo ya era parte de ti. ¿Sabes por qué, gato? Solo dos locos como nosotros nos enamoramos en una semana. Solo dos personas como nosotros dos, nos volvemos
irracionales con la voz del otro. Por eso te quiero, gato. Siempre jugando conmigo, con mi mente e incluso sosteniendo mi corazón entre tus garras. Es que eres tan radical y egoísta por reclamarme tuya
sin haberme conocido, pero con la vaga imagen de que ya tienes consciencia de cada parte de mí.

Ya no sé cómo es que logras embriagarme, ni los secretos que mi lado sonámbulo pudo haberte contado.

Ya no sé ni quién soy yo, y es que me borras la mente, me la dejas en blanco, mientras que en mi corazón solo doy vueltas en un carrusel infinito.

Gato, ¿tienes consciencia absoluta de tus desastres?
Sí, porque yo soy uno de ellos. Aun siendo un vendaval de emociones inexplicables lograste quererme así, aun llorando silenciosamente, llegaste a mí con un: «Yo te cuido».

Te quiero, gato, te quiero por aparecer. Te quiero por hacerte parte de mis delirios. Te quiero porque te uniste a mis contradicciones. Te quiero porque ni las necesidades básicas del ser humano me llenan, sino tú. Te quiero tanto y realmente creo y siento que te seguiré amando por un largo, sino es que eterno, tiempo.