12 DEKÉMVRIOU
-9
I would like to climb high in a tree
La alegre melodía se infiltra en mi sueño, arrastrándome hacia la consciencia.
I could be happy, i could be happy
Parpadeo desorientada y durante un aterrador instante no sé quién soy o dónde estoy.
Or go to Skye on my holiday
Hasta que mi visión se aclara, dejándome ver la plataforma circular de mármol en el techo.
I could be happy, i could be happy
El familiar patrón de oro tallado en el mármol hace que el latido de mi corazón se estabilice.
Maybe swim a mile down the Nile
Ahí en medio de un montón de símbolos griegos está tallado mi nombre.
Dánae Chrysomallis.
I could be happy, i could be happy
Sí, soy una Chrysomallis. No hay nada por lo que tener miedo. Nunca.
All of these things I do
Incorporándome en la cama, me quedo sentada, observando mi habitación.
A cada lado del cabecero, dos columnas sostienen la estructura circular desde donde cae el dosel. En la pared sobre mi cama está colgada una hermosa pintura de una versión más joven de mí misma. Una niña con un arco y un carcaj, acompañada de un zorro.
El techo, también de mármol, está cubierto por papel dorado con símbolos griegos antiguos. Grandes enredaderas de rosas se aferran a la parte alta de la pared, trepando desde las columnas y descendiendo en curvas elegantes hasta las otras dos columnas que flanquean las puertas dobles del balcón. Dos ventanales redondos, arqueados y colocados de manera estratégica, dejan entrar tanta luz que la habitación entera está iluminada a pesar de lo temprano que es. Y frente a los ventanales, un gran mural representa a las nueve musas danzando.
Las mesas de noche, de oro tallado, combinan con la base de la cama, de postes cortos y detalles en espiral. Tanto el suelo como las paredes están revestidos de mármol blanco y dorado. Rosas de tonos variados —desde el rosa pálido hasta el fucsia— decoran todo el espacio: trepan por las enredaderas, rebosan de jarrones elegantes y descansan en plataformas en el suelo, como si brotaran de la piedra misma.
Cada superficie —las cortinas, la colcha, las sábanas, las columnas, incluso los bordes del espejo— está adornada con símbolos y patrones griegos.
Excepto por unos pocos detalles modernos, como las lámparas, mi habitación podría ser el decorado de una película inspirada en la antigua Grecia.
Blanco, dorado y rosa con pinceladas de verde.
I would like to climb high in a tree
Vuelvo a la tierra al escuchar la canción reproducirse de nuevo desde el altavoz oculto en el techo. Aparto la colcha para bajar los pies de la cama y ponerme las pantuflas a juego con mi pijama rosa decorado con copos de nieve plateados y plumas sintéticas en los puños.
De camino a mi baño privado, recojo el Exéli watch de la mesita de noche y ato la correa de cadena con diamantes alrededor de mi muñeca. Al encenderse, una mariposa de ópalo blanco se forma en la pantalla, desplegando lentamente sus alas traslúcidas.
Tras revisar mi agenda, me cepillo los dientes y sigo mi habitual rutina de skincare.
Cuando termino, entro al amplio vestidor para ponerme el uniforme y después me siento en el tocador donde me aplico maquillaje de una manera practicada para que se vea natural.
Maybe swim a mile down the Nile
Me quito los onduladores que uso durante toda la noche de mi pelo. Mi pelo es naturalmente ondulado y solía encantarme el estilo despeinado y clásico en que quedaba después de lavarlo, pero dejó de gustarme cuando mi madre me enseñó una foto de Brooke Shields de joven para demostrarme que me parecía a ella. También dejaron de gustarme mis cejas gruesas por eso.
Camino por la alfombra sintética para observar mi reflejo en el espejo de cuerpo entero. Mis grandes ojos de un color que a mi padre le gusta definir como ocre y que yo llamo miel están resaltados por el sutil maquillaje; mi pelo castaño caoba con reflejos dorados, del que estoy tan orgullosa, cae en gruesas ondas por debajo de mi cintura cubierta por el uniforme de chaleco y falda negra con corbata de rayas naranjas. Sobre las negras medias de rombos llevo unos calcetines oscuros hasta la rodilla que están casi ocultos por las botas de diseño.
Tras ponerme una diadema de terciopelo negro con diamantes y comprobar que todo está perfecto, vuelvo a mi habitación y agarro mi teléfono de la base de carga antes de salir al largo pasillo decorado con retratos de varias generaciones de Chrysomallis. Bajo la escalera interior hasta el primer piso.
All of these things I do
La música sigue sonando por los altavoces casi invisibles incrustados por toda la casa mientras cruzo el pasillo de ventanales flanqueado por macetas circulares repletas de rosas y solo se extingue cuando atravieso la puerta en forma de arco que lleva al jardín donde a mis padres les gusta que desayunemos incluso en invierno.
Dejo atrás esculturas blancas, columnas arqueadas y rosales perfectamente podados, mientras sigo el sendero de piedra que lleva al invernadero que simula ser un conjunto de ruinas griegas.
Mis padres ya están sentados en la mesa redonda de mármol blanco junto a la fuente de narcisos. No importa cuántas mañanas repita la misma rutina, siempre me sorprende lo enamorados que se ven. La manera en que parecen tener su pequeño mundo privado.
Es como vivir en una película de Disney. Una versión griega de Disney.
—Buenos días, glýka —mi madre me saluda con una cariñosa sonrisa—. ¿Qué tal dormiste?
—Mal —le contesto mientras me siento—. Soñé que arruinabais mi cumpleaños.
—Estamos demasiado asustados de las consecuencias para hacerlo —bromea mi padre con su inagotable buen humor.
—Hablo en serio —insisto sin estar dispuesta a bromear de algo que he estado planeando desde los doce años—. Si arruináis mi τεlετου no os lo perdonaré nunca.